Lagarde alerta de que la guerra comercial de Trump rebajará el crecimiento económico y subirá la inflación
El BCE cree que los aranceles de EE.UU. y la UE pueden reducir medio punto porcentual el incremento del PIB de la eurozona


BruselasLas advertencias del Banco Central Europeo (BCE) sobre los peligros de la guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea son cada vez más claros. "La zona euro, que está muy abierta al comercio y está profundamente integrada en la cadena internacional de suministros, sobre todo con EEUU, está especialmente expuesta a los cambios de políticas comerciales", ha alertado la dirigente del organismo bancario, Christine Lagarde, en una comparecencia en el Parlamento Europeo.
Concretamente, según las estimaciones del BCE, los aranceles del 25% que la administración de Donald Trump amenaza con aplicar a todos los productos europeos que importan EEUU provocarían que el crecimiento económico se frenara en 0,3 puntos porcentuales durante este primer año. "El peso del impacto en el crecimiento económico se concentraría en el primer año después del incremento de los aranceles, e iría aflojando con el tiempo, aunque tendría un efecto negativo persistente", ha añadido la dirigente francesa.
Además, en caso de que la Unión Europea continúe aplicando la estrategia del ojo por ojo y responda a Estados Unidos con tasas similares, tal y como asegura que piensa hacer, el organismo bancario europeo calcula que la cifra se elevaría hasta medio punto porcentual. A estas alturas, las previsiones económicas del BCE apuntan que la zona euro crecería un 0,9% en 2025 y un 1,2% en 2026.
Otra de las potenciales consecuencias negativas de la guerra arancelaria que apunta Lagarde es un repunte del incremento de precios. El BCE estima que la inflación de la eurozona este año se quedará en el 2,3%, muy cerca del objetivo de la propia entidad para situarla en el 2%, pero teme que las políticas comerciales de Trump la disparen medio punto porcentual más. En todo caso, dado que la actividad económica se frenaría, el organismo bancario cree que la inflación también se reduciría a medio plazo.
En este contexto, Lagarde ha evitado dar ninguna pista sobre qué decidirá el consejo de gobierno del BCE en el encuentro que mantendrá el próximo abril: si seguir bajando los tipos de interés o mantenerlos a los niveles en los que está ahora, al 2,5%. Cabe recordar que subir el precio del dinero es una de las principales herramientas de las que dispone el BCE para detener la inflación, porque comporta un encarecimiento de los créditos que conceden los bancos y, por tanto, el consumo se reduce. Por eso, la presidenta de la entidad se escuda en la "incertidumbre" en las previsiones económicas para evitar avanzar la senda de los tipos de interés, que dependerá en gran parte de las tasas de incremento de precios.
Las palabras de Lagarde llegan justo al día siguiente de que la entidad homóloga del BCE en Estados Unidos, la Reserva Federal (la Fed), decidiera dejar sin cambios los tipos de interés (entre el rango del 4,25% y 4,5%). Los argumentos del organismo bancario estadounidense, Jerome Powell, son similares a los de Lagarde: argumentó la decisión por la "incertidumbre" que provocan los efectos de los aranceles que Trump está aplicando y amenaza con ir ampliando.
Bruselas aplaza la entrada en vigor de aranceles
La determinación de la Comisión Europea para responder con la misma moneda a Trump se mantiene intacta, pero quieren tender la mano en la Casa Blanca hasta el último momento. En este sentido, según informan fuentes comunitarias, Bruselas aplazará una parte de los aranceles contra EEUU del 1 de abril al 13 de abril para tener mayor margen de negociación con la administración republicana y, de este modo, intentar evitar la escalada comercial entre ambas potencias.
De hecho, se prevé que el 2 de abril se empiecen a aplicar las tasas de importación de Estados Unidos contra los coches europeos y que la Comisión Europea, en caso de que Washington no rectifique, aproveche para extender el 13 de abril los productos que grava provenientes del país estadounidense, incluidos los automóviles. Es decir, subir todos los aranceles contra EEUU todos de repente, a menos que Trump no acabe echando atrás.