Tecnología

Mujeres de Silicon Valley: el paraíso de la tecnología en voz femenina

Catorce directivas del mundo tecnológico en EE.UU. explican los retos y los avances de la igualdad en el campo STEM

Vista aérea de Silicon Valley - Patrick Nouhaille/Flickr
26/08/2023
5 min

BarcelonaLa figura femenina en el mundo tecnológico es todavía una minoría, y la presencia de mujeres en puestos de decisión en empresas tecnológicas es, a menudo, anecdótica. Aunque cada vez está más presente esta problemática y las empresas empiezan a ponerse las pilas en la equidad en el trabajo, tanto en el ámbito de representación como en el salarial, estamos lejos del equilibrio. Silicon Valley, el paraíso norteamericano por excelencia de las empresas tecnológicas y las start-ups con un prometedor futuro, evidencia la tendencia: las mujeres representan cerca del 36% de la mano de obra tecnológica y sólo ocupan el 26% de los puestos de decisión de la industria tecnológica de la zona.

Es un hecho que las mujeres han estado siempre infrarrepresentadas en el campo científico y tecnológico, lo que se bautiza como carreras STEM, unos campos donde los hombres suelen ocupar la mayoría de los puestos de dirección e investigación. Por este motivo, visibilizar las voces de mujeres que han conseguido romper barreras y posicionarse en empresas tecnológicas en sitios como Silicon Valley es tan importante, y eso es lo que procura la fundadora de Aula Magna Business School –la primera escuela de negocios online para mujeres–, Clara Lapiedra, en su libro Mujeres de Silicon Valley (AMBS Publishing, 2023). "Este libro pretende ser una fuente de inspiración no sólo para mujeres, sino para cualquier persona que crea en el poder de implementar la diversidad y la innovación en el estilo de liderazgo", explica Lapiedra en la introducción.

El libro aglutina catorce entrevistas a mujeres exitosas de Silicon Valley, de nacionalidades y etnias de todas partes, que "han sido pioneras a la hora de allanar el camino hacia plantillas más equitativas y diversas". En ellas, Lapiedra procura plasmar los principales retos que se han encontrado estas profesionales a la hora de hacerse un hueco en un mundo mayoritariamente de hombres; "es un testimonio de todas las cosas increíbles que podemos conseguir cuando aceptamos las diferencias, ampliamos nuestros límites y luchamos por la excelencia". ¿Y cuáles son las lecciones de estas mujeres de Silicon Valley?

El potencial de la diversidad

La vicepresidenta de estrategia de sostenibilidad en Ricoh, Karen L. Clarkson, evidencia la necesidad y el potencial de incluir diversidad de género y culturas en los equipos. En cuanto al género, "las mujeres trabajan y rinden de forma diferente a los hombres". "Tenemos mayor capacidad de intuición, tendemos a ser más empáticas y vulnerables. Se trata de habilidades inherentes que fomentan la lealtad, aportan claridad y hacen que los equipos se sientan valorados. Está demostrado que las empresas dirigidas por mujeres generan más beneficios y tienen mayor retención y satisfacción de sus equipos", asegura Clarkson.

A menudo, el problema reside en la dificultad de acceder al sector tecnológico, ya sea por la falta de acceso a las carreras STEM debido a una no exposición a estos intereses desde que las chicas son pequeñas por un tema cultural o por una carencia generalizada de oportunidades. En este sentido, las mujeres entrevistadas en el libro coinciden en la necesidad de crear red: "Los hombres trabajan muy bien el hecho de tejer su red de contactos; siempre están dispuestos a presentar a sus colegas. Las mujeres tendemos a ir por detrás, pero podemos y debemos hacer lo mismo. Construir mi propia red de mujeres me ha hecho sentir más poderosa a la hora de enfocar mi trabajo, mi futuro y la forma en que quiero ayudar a los demás", relata la directiva de Ricoh.

Es más: no contar con la mitad de la población en tareas como el desarrollo de alta tecnología puede generar sesgos. De hecho, tal y como explica la directora técnica de programas Dolores Carreño, "la perspectiva de género en los proyectos de desarrollo de software empresarial es primordial". "Es probable que un equipo más diverso comprenda y represente mejor las necesidades de sus usuarios finales, lo que se traducirá en mejores productos y servicios tecnológicos".

Deberes para las empresas

Asimismo, la directiva de Google Nanditha Gandi considera que "para que haya más mujeres en STEM hay que animarlas a que busquen puestos disponibles, pero también ofrecer el apoyo mientras lo hacen". "Varios estudios muestran que un gran número de mujeres están abandonando sus puestos de trabajo, y esta cifra ha aumentado mucho en los últimos años debido a la flexibilidad limitada, las escasas oportunidades de crecimiento y el cuidado de los hijos. La creación de programas por ayudar a las mujeres a navegar y crecer desde el nivel de entrada hasta el nivel ejecutivo, proporcionando patrocinio y tutoría a lo largo del camino, es una gran forma de apoyarles", explica.

Y el cambio cultural es también una clave para alcanzar la igualdad. Según la experta en dirección de marca personal Katty Lopez de Gull, que asesora a decenas de mujeres directivas en Silicon Valley, lo tiene claro: "No es suficiente con orientar a las empresas, también hay que cambiar la percepción generalizada de que las carreras STEM son sólo para genios que exigen renunciar a todos los demás intereses.[...] Hay que seguir motivando a las chicas para que se dediquen a sectores STEM cambiando primero la realidad en la que se fijan a la hora de plantearse sus opciones y decisiones futuras".

La innovación también va de género

Históricamente, "la innovación se ha considerado un campo dominado por los hombres. A ellos se les han atribuido algunas de las innovaciones más importantes de la historia, desde la invención de la bombilla de Edison hasta el primer ordenador de Alan Turing . Las mujeres, en cambio, han sido a menudo ignoradas e infravaloradas en este campo pese a sus contribuciones", explica Lapiedra. "Afortunadamente, esto está empezando a cambiar y las mujeres comienzan a ocupar el puesto que les corresponde como líderes de la innovación", destaca la fundadora de AMBS. De hecho, si algún sitio puede ejercer de termómetro de este cambio, éste es Silicon Valley.

También así lo destaca Tatiana Zander, directora de innovación tecnológica en Ericsson North America: "Ha habido muchas reuniones en las que yo era la única mujer en una sala con 20 hombres. Eran varios, de diferentes culturas y entornos, pero Sin embargo, era limitarme a ser la única mujer, pero ahora cada vez vemos más entornos multidimensionales y diversos en cuanto a procedencia, etnia, género y edad. Otro nivel la progresión de las ideas y la creatividad, la colaboración, la inclusión y el compromiso, la toma de decisiones y la resolución de problemas", relata.

Con todo, la vicepresidenta de Procore Technologies, Anna N. Schlegel, es una voz discordante: "En la alta tecnología, todavía no estamos preparados para pensar, actuar y liderar desde una perspectiva de género y diversidad. Hemos ido atrás. Sabemos que tardaremos 150 años en alcanzar la igualdad, y quién estará allí ¿Muchas empresas tienen un equipo "de diversidad" y envían a mujeres a conferencias o acogen a chicas jóvenes, algo que está muy bien, pero no mueve la aguja. Las empresas deben tener programas muy intencionados, [...] si no, estás a merced de lo que piense tu jefe de ti, que puede tener un bagaje cultural muy diferente o su propia agenda. Creo que las empresas quieren hacerlo, pero no pueden abarcarlo entre tantas prioridades", dice la directiva.

Por último, Shirley Deng, directiva en Meta y mentora del avance de la mujer en el sector tecnológico, considera que por conseguir la igualdad en el sector STEM es necesario "introducir a las niñas en las materias STEM cuando todavía son pequeñas", "abordar los estereotipos y los prejuicios", "ofrecer oportunidades de tutoría y creación de redes, así como de crecimiento y promoción, y celebrar los modelos femeninos en tecnología". Sea como fuere, las mujeres en Silicon Valley existen y sus historias tienen un mensaje motivador final: "Si yo he podido, tú también podrás".

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