Afganistán: 20 años de guerra para volver a la casilla de salida
Los talibanes conservan su estrecha relación con Al Qaeda
Barcelona“Nuestra misión en Afganistán nunca fue construir una democracia, sino evitar ataques terroristas contra suelo estadounidense”, declaraba lunes el presidente norteamericano, Joe Biden. Un argumento muy diferente del que había esgrimido, el 7 de octubre de 2001, su predecesor, George W. Bush, en el discurso televisado en el que anunció la invasión del país para derribar el régimen talibán, en represalia por los atentados de Al Qaeda en los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001: “Esta misión militar lleva el nombre de Libertad Duradera. Defendemos no solo nuestras preciosas libertades, sino también la libertad de la gente, por todas partes, de vivir y criar sus hijos sin miedo”.
En los veinte años que separan los dos discursos desde la Casa Blanca ha habido decenas de miles de muertos, se han gastado billones de dólares y ahora Afganistán se aboca a volver a su punto de partida: los artífices del régimen de terror que el ejército norteamericano y sus socios pulverizaron en 2001 son otra vez amos y señores.
Azita Rafaat, que fue diputada en el Parlamento de Kabul entre 2005 y 2010, hasta que se tuvo que exiliar con sus cuatro hijas en Suecia, respira hondo antes de responder la pregunta sobre qué le parecen las palabras de Biden. “Por primera vez un presidente de los Estados Unidos admite que esta guerra era solo para que los americanos se protegieran: siempre hablaban de llevar la democracia y de los derechos de las mujeres en Afganistán. Pero, después de tanta sangre derramada y tantos esfuerzos gastados, creo que es demasiado tarde y es una manera de rehuir su responsabilidad”, dice en una conversación por teléfono. “Estamos volviendo a la casilla de salida, ahora todos tenemos miedo de volver a los tiempos más oscuros”, lamenta.
Bajo los 'señores de la guerra'
“Después de la caída de los talibanes vivimos unos años de esperanza: se formó un nuevo gobierno, una nueva Constitución… Mucha gente volvió a Afganistán y por primera vez las mujeres teníamos un poco de espacio fuera de casa. Pero a partir de 2003 los Estados Unidos se centraron en Irak y entregaron el poder a los señores de la guerra, los mismos hombres que habían destruido el país [en la guerra posterior a la retirada de las tropas soviéticas, en 1989]. La corrupción era generalizada y empezamos a perder todo lo que habíamos conseguido”, recuerda la exdiputada. ¿Cómo explicar la humillación de la primera potencia militar mundial y sus aliados en Afganistán a la que hemos asistido esta semana? Para Rafaat, la respuesta es clara: “Los Estados Unidos y también las potencias europeas invirtieron mucho en Afganistán, pero todos los recursos se dedicaron a la guerra y nunca se tuvo en cuenta ni la cultura ni la estructura social afgana”, critica. Y añade: “Además, Washington mantuvo su alianza con Pakistán, que protegía a los talibanes dentro de su territorio: pero no ha habido sanciones contra Islamabad, como sí que han hecho con Irán”.
Amparados en el miedo
Rifaat también quiere dejar claro que la gran mayoría de su pueblo no comulga con los talibanes: “Dicen que la gente les apoya porque son pastún [la etnia mayoritaria] pero las manifestaciones antitalibanes que hemos visto en estos últimos días son de pastún; el único apoyo social que tienen los talibanes es el miedo y la falta de un gobierno creíble a los ojos de la gente. Después de tantos años de guerra, la gente solo quiere protección”.
Si el objetivo último de los Estados Unidos y la coalición de 50 países que le apoyaron (incluida España) era evitar que Afganistán fuera una base de operaciones desde donde Al Qaeda pudiera atentar en todo el mundo, tampoco queda claro qué pasará ahora. “A finales de 2001, Al Qaeda había prácticamente desaparecido: unos dos tercios de sus milicianos estaban muertos o encarcelados, Bin Laden se había tenido que esconder y habían perdido sus bases, pero después de la invasión de Irak Al Qaeda renació, y esta vez en el corazón de Oriente Próximo, en una posición mucho más central que la de Afganistán. Y de esta nueva Al Qaeda surgió el Estado Islámico”, explica al ARA el arabista Jean Pierre Filiu, profesor de la facultad parisiense de Science Po. y uno de los principales expertos en yihadismo en Europa. “Ante el surgimiento de Estado Islámico en Europa nos olvidamos de Al Qaeda, pero no dejó de existir: en el Sahel, en Yemen, en Siria y en el mismo Afganistán”. Filiu destaca que “los talibanes siempre han tenido unos vínculos privilegiados con Al Qaeda y los han mantenido hasta hoy: han combatido el Estado Islámico con mucha violencia, pero nunca se han enfrentado a Al Qaeda. La paradoja es que después de veinte años de esta guerra los talibanes han recuperado el control del país y mantienen este estrecho vínculo”.
La debilidad del imperio
La caótica retirada norteamericana ha supuesto también una humillación para la primera potencia mundial que se ha comparado con la derrota de Vietnam. Como explica José Antonio Gurpegui, del Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos de la Universidad de Alcalá, “para el ejército norteamericano supone una pérdida moral, un cuestionamiento del Pentágono después de la muerte de dos mil soldados estadounidenses y un gasto de dos billones de dólares". "Más allá del ejército, ha sido un baño de realidad para los norteamericanos ver que no han sido capaces de vencer una fuerza armada con muchos menos recursos”, añade. Gurpegui recuerda que las relaciones entre los Estados Unidos y los islamistas radicales afganos se remontan a los años 80, en el combate contra la Unión Soviética: “Reagan se reunió con los muyahidines [a los que llamaba “luchadores de la libertad”] cuando combatían la invasión soviética y Trump tenía previsto invitar a los talibanes a Washington, pero la muerte de un soldado norteamericano lo impidió en el último minuto”.
7 de octubre de 2001
Menos de un mes después de los atentados perpetrados por Al Qaeda el 11 de septiembre en los Estados Unidos, Washington inicia su intervención en Afganistán. El ejército estadounidense bombardea el país y delega la invasión terrestre a facciones muyahidines, que son islamistas radicales y a las que arman y financian.
Finales de noviembre de 2001
Cae el régimen talibán
Diciembre 2001
Se celebra la conferencia de Bonn, auspiciada por la ONU, para formar un gobierno interino en Afganistán. Los Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional aceptan que las facciones muyahidines entren a formar parte del gobierno y controlen los ministerios más importantes
Enero de 2002
Países de la OTAN, incluida España, envían tropas
2004
Las tropas internacionales se concentran en Kabul (o sea no se despliegan en el resto del país) hasta 2004, porque los Estados Unidos centraron su esfuerzo militar en la guerra de Irak a partir de 2003. A partir de 2004, las tropas internacionales se despliegan en el norte y oeste de Afganistán
2006
Las tropas internacionales se despliegan por fin al sur y este de Afganistán, que es donde los talibanes tienen su feudo. Entonces el movimiento islamista ya había ganado fuerza. Al sur y al este solo se despliegan tropas de los Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Australia. El resto de países declinan ir a las zonas más peligrosas.
2009
Con la llegada de Barack Obama al poder, los Estados Unidos aumentan drásticamente sus efectivos en Afganistán y el resto de países hacen lo mismo. Hasta 150.000 militares extranjeros son desplegados en Afganistán. El aumento de tropas supone más bajas militares y la opinión pública de los países con tropas en Afganistán empieza a cuestionar la intervención.
2011
Los Estados Unidos capturan y matan a Osama Bin Laden en Pakistán. A partir de entonces se plantea la retirada. Los países con tropas desplegadas no pueden aceptar continuar teniendo tantas bajas.
Finales de 2014
Se retiran casi todas las tropas internacionales y queda un contingente residual de unos 15.000 efectivos, básicamente norteamericanos.
Febrero de 2020
El gobierno de Donald Trump firma en un acuerdo de paz con los talibanes en Doha para retirarse del país el 1 de mayo de 2021. En el acuerdo los talibanes se comprometen a un alto al fuego, a evitar que Afganistán se convierta en una base de operaciones para grupos terroristas que puedan suponer una amenaza para los Estados Unidos y sus aliados y a abrir negociaciones con el gobierno afgano, que no juega ningún papel en la negociación. Por su parte los Estados Unidos establecen la retirada de todas las tropas internacionales en dos fases hasta el 1 de mayo de 2021, a retirar las sanciones a algunos líderes talibanes y a poner en libertad a 5.000 presos del movimiento.
Abril de 2021
Joe Biden atrasa la retirada hasta el 11 de septiembre de 2021
Mayo de 2021
Los talibanes inician una gran ofensiva y empiezan a ganar terreno rápidamente.
15 de agosto de 2021
Los talibanes se hacen con el control de Kabul sin resistencia