Estados Unidos

El fascismo en Estados Unidos

Trump a un acto de campaña con el característico gorro rojo
10/05/2025
Periodista
3 min

BarcelonaMe ha sido inevitable tomar prestado a la escritora estadounidense Siri Hustvedt el fondo del artículo que publicó hace un mes en el diario Le Monde. Inevitable, porque lo que no he dejado de preguntarme desde hace meses ella también se lo ha estado preguntando, y se lo ha respondido nítidamente con "El fascismo en Estados Unidos", un escrito donde Hustvedt -viuda del novelista Paul Auster- asegura que vive en "una rutina teñida de miedo", que tiene ante una realidad donde el en la prensa una lista de las 199 palabras a evitar por el gobierno Trump: destacan negro, diverso, gay y mujer.

La narración inquietante de Siri Hustvedt conecta con la de la periodista Julia Angwin, que explica al New York Times a qué se dedica el DOGE, la estructura administrativa montada por Elon Musk: pues a montar un sistema de vigilancia ya la vez elaborar unos registros sobre una inmensidad de información crítica que afecta a la mayoría de los ciudadanos. Más de lo que ya disponen las grandes marcas tecnológicas. Una vigilancia como nunca se ha visto en Estados Unidos. "La base de datos de la ruina", concluye Julia Angwin. La vigilancia propia de un estado totalitario.

¿Qué hacer o qué hacer? Siri Hustvedt apuesta por hacer frente a la censura ya la represión que se avecina, mientras Jason Stanley, historiador y profesor de la Universidad de Yale, ha optado por irse de EEUU y en otoño estará en Canadá dando clases en la Universidad de Toronto. Stanley es de origen judío, sus abuelos huyeron del nazismo, y él también huye porque no quiere que sus hijos "crezcan bajo el fascismo". El título del libro que publicó en el 2018 era todo un presagio: Cómo funciona el fascismo y cómo ha entrado en tu vida. El duelo de Jason Stanley se mezcla con las alertas de Amnistía Internacional sobre cómo el efecto Trump está acelerando la crisis de los derechos humanos en todo el mundo. Y en la ceremonia de entrega de los premios Pulitzer se han denunciado los mecanismos del trumpismo por silenciar la crítica, reescribir la historia y rasgar el derecho constitucional a la prensa libre ya la libertad de opinión.

Cuenta atrás de los aranceles

Vamos consumiendo los 90 días anunciados por Trump para establecer el sistema de aranceles. Hacia el 10 de julio se sabrán cosas. O no. Porque siempre existe la posibilidad de que todo se avance, se retrase o quede en no se sabe qué. Sin embargo, desde el New York Times el analista Rebecca Petterson deja claro que "el daño ya está hecho". Los diversos ámbitos económicos de EEUU han perdido la confianza en la situación, y nada garantiza que las sacudidas de Trump puedan convertirse en un descalabro. Transitando por el eco de las alertas y alarmas, el economista y premio Nobel Paul Krugman no está de utilizar el adjetivo extremapara definir la situación, mientras recuerda que en 2018 él ya habló de la amenaza del fascismo. Otro economista premio Nobel, Joseph Stiglitz, explica detalladamente cómo Trump está construyendo "el mayor paraíso fiscal del mundo".

En 100 días de mandato —rellenos de malabarismos retóricos, insultos, amenazas y mentiras—, el apoyo social de Trump ha caído al 39%, pero da igual: él dice que las encuestas son falsas. Y mientras ejerce a la vez de policía malo y de policía bueno, Trump pacta con Ucrania ir a explotar las tierras raras -un expolio-y Zelenski lo acepta. Parece que para ganar tiempo. Mientras, Putin observa silencioso. Quizás se frota las manos y ve que Trump no es el resurgimiento de la América eterna sino el comienzo del declive. Pero cuidado, porque el propio presidente ruso aún no se ha dado cuenta de que su renacimiento imperial también es un espejismo.

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