El ataque ruso en Ucrania

Las amistades de Dugin con la ultraderecha europea

Desde hace más de veinte años, el ideólogo ruso cultiva relaciones con grupos extremistas occidentales antiliberales

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Un momento del entierro, en Moscú, de Dugina.

Barcelona / LondresLa muerte en atentado, este sábado, de la hija de Aleksandr Dugin en el contexto de la guerra de Ucrania ha puesto el foco sobre este pensador y politólogo neofascista ruso, conocido entre círculos iliberales de la cada vez más amplia comunidad de la extrema derecha europea, que combaten con firmeza todo lo que representa la Unión Europea. La superposición de las redes europeas de Dugin, algunas de las cuales construidas desde hace más de veinte años, con las elaboradas por el Kremlin desde mediados de los años 2000 "es motivo de gran preocupación", en palabras de una de las mejores conocedoras de la actividad del ultraderechista, la profesora de la universidad George Washington Marlène Laruelle.

El texto de referencia para acercarse a las relaciones entre la extrema derecha europea y Dugin es el libro Eurasianism and the European Far Right: Reshaping the Europe–Russia Relationship. Coordinado por Laurelle, se publicó el 2015, en la luz de las repercusiones de la anexión ilegal en Rusia de la península de Crimea. Los vínculos entre Dugin y su red de propaganda, desde la web geopolitika.ru, hasta la cadena online TsargratTV, facilitan estas conexiones, que actúan como caballos de Troya ideológicos del Kremlin en Europa.

Marine Le Pen sería, a estas alturas, el caso más conocido, sin olvidar la ambigüedad calculada del primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Pero la influencia es doble y no solo política, sino especialmente ideológica, que va empapando capas diversas de la sociedad. En este caso, puede abrazar desde personajes como Alexander Markovics, historiador y periodista austríaco muy prestigioso entre la Nueva Derecha Europea, o Diego Fusaro, un joven filósofo italiano que se considera marxista, asiduo de los medios de comunicación y partidario del Italexit (la salida de Italia de la Unión Europea), como se puede leer en En contra del viento, publicado en castellano este 2022.

Dos etapas

Laurelle y sus colaboradores desgranan las conexiones de Dugin con la extrema derecha europea, con la cual ha construido contactos personales en dos etapas: un periodo histórico principal, entre 1989-1990 y 1994, durante el cual hizo varios viajes a Francia, Italia y España, y un segundo periodo, más corto, que empezó en la segunda mitad de los años 2000, cuando estableció relaciones con colegas turcos, húngaros y griegos.

En la primera etapa Dugin entró en contacto con los movimientos paneuropeos y descubrió las teorías de la Nueva Derecha impulsadas por el francés Alain de Benoist, fundador de GRECE (Grupo de investigación y Estudio de la Civilización Europea) y de la revista Nouvelle École. De Benoist saca teorías sobre el Tercer Mundo y sustituye el racismo biológico, obsoleto y tabú, por el que denomina diferencialisme cultural. Todavía influyó más en el pensamiento de Dugin el belga Robert Steuckers, antiguo alumno de GRECE. Francis Parker Yockey, Otto Strasser, Christian Bouchet o Jean-François Thiriart son otras de las conexiones intelectuales que establece el ruso en sus viajes por Europa occidental.

Los vínculos con España

¿Existen vínculos de Dugin con la extrema derecha española? La respuesta resumida es que la conexión existe, aunque según varios expertos consultados no es muy significativa. Especialmente en cuanto a Vox, única formación de derecha radical con representación institucional, que ha evolucionado más hacia posiciones atlantistas que rusófilas. 

Vayamos por partes. Dugin es "un viejo conocido de la extrema derecha española" desde los años 80, explica el doctorando especialista en extrema derecha de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París Arsenio Cuenca. En aquella época se lo "comienza a ver en ciertos círculos". A finales de la década hace una visita a España y se encuentra con figuras de la extrema derecha y también de Alianza Popular. Más adelante, continúa, se lo relaciona con el antiguo grupúsculo Movimiento Social Republicano (MSR), hoy disuelto, así como con dos nombres destacados por varias fuentes consultadas: Juan Antonio Llopart, editor de Ediciones Fides –que ha hecho un tuit explicando que había conocido personalmente a Daria Dugin, a quién definió como una "mártir"– y Jordi Garriga, el traductor al español de algunos de sus libros, exmiembro del MSR. Además, se lo ha relacionado con la revista La Emboscadura, que "ha mezclado la Cuarta Teoría de Dugin con el hispanismo". 

¿Qué pasa con Vox? En los últimos días ha trascendido que el vicesecretario de organización del partido en Barcelona, Jordi de la Fuente, ha sido el prologuista de dos libros de Dugin y ha defendido sus tesis. Con todo, varios expertos coinciden que las conexiones rusas con Vox no son tan significativas. La especialista en extrema derecha en la Universitat de València Anna Isabel López incide: "Más que de influencia, hablaría de conexión".

En el caso de Vox, sobre todo por el hecho de que forma parte "de una alianza de partidos de extrema derecha europeos que tienen conexión". A pesar de que se ha publicado que Rusia ha financiado la extrema derecha en Europa, en el caso de Vox López admite que no hay "vinculación económica demostrada". A su vez, Cuenca defiende que posiblemente el hecho que De La Fuente "no se desate de estas esferas" rusófilas lo puede haber "limitado" a la hora de ascender dentro del partido: "En Vox no son mayoría estas tesis". 

Sí que hay coincidencias en la parte discursiva. Como extrema derecha europea, Vox se posiciona a su entender en la defensa de unos estados nación más fuertes y una Unión Europea más débil, y esto a Vladímir Putin "lo beneficia".

Además, coinciden en el "modelo de autoritarismo democrático o de democracia iliberal", y en posiciones ideológicas contra "el aborto, el cambio climático, la homosexualidad". ¿Qué dicen desde el partido? Fuentes de la dirección de Vox recalcan que han "condenado la invasión en Ucrania". "Tenemos relación con cualquier persona que defienda el patriotismo, crítico con la globalización, conservadora", especifican estas voces consultadas por el ARA : "Esto no quiere decir que tengamos ningún tipo de relación con Putin, a quien no hemos apoyado en el tema de Ucrania".

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