La extrema derecha alemana se dispara y obtendría los mejores resultados desde la Segunda Guerra Mundial
Alternativa para Alemania dobla el apoyo de hace cuatro años y se situaría segunda fuerza en el Bundestag

BerlínAlternativa para Alemania (AfD), un partido ultraderechista, euroescéptico y antiinmigración, ha sabido aprovechar el descontento popular con la "coalición semáforo" del socialdemócrata Olaf Scholz. En las elecciones federales anticipadas de este domingo hizo buenas las encuestas y se colocó como segunda fuerza en el Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán. La candidata ultra Alice Weidel, que lidera el partido con Tino Chrupalla, ha logrado el mejor resultado para la extrema derecha alemana en unas elecciones generales desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Según las proyecciones de la televisión pública ARD, AfD obtendría el 19,5% de los votos, el doble que en los comicios de 2021, en los que obtuvo el 10,34% de apoyos. Alternativa para Alemania pasaría, así, de tener 83 diputados a 142, a la espera de conocer los resultados definitivos. Doce años después de su fundación, Alternativa para Alemania ha logrado desbancar a los socialdemócratas y los Verdes, que, junto con los liberales (FDP), habían gobernado Alemania durante los últimos tres años con Olaf Scholz como canciller.
Sin embargo, si no hay sorpresas o giros de guión, AfD no podrá entrar en el próximo gobierno de coalición –aunque Weidel ya se ha ofrecido–, ya que el conservador Friedrich Merz, líder de la alianza democristiana CDU-CSU, ha rechazado cualquier futura colaboración con los ultras.
El partido, fundado en abril del 2013 por el profesor de economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke y el jurista Alexander Gauland, tenía en sus primeros años un perfil económicamente liberal, populista, euroescéptico y conservador. En la elección del nombre del partido influyó el hecho de que la canciller Angela Merkel, durante la crisis financiera y del euro, dijera que no había alternativa. "Si fracasa el euro, fracasará Europa", dijo Merkel. AfD rechazaba la política del gobierno de Merkel por salvar el euro y abogaba por el fin de los rescates financieros millonarios, por el regreso al marco alemán y por la disolución de la zona euro.
Radicalización en la cuestión migratoria
Entonces en el partido había dos alas: por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke y, por otro, los ultraconservadores de Frauke Petry. Poco a poco, el partido se fue radicalizando y pasó del euroescepticismo inicial a un discurso antiinmigración de naturaleza xenófoba y antiislamista.
AfD se presentó en unas elecciones federales por primera vez en septiembre del 2013. Con el 4,7% de votos, la extrema derecha no logró entrar, por poco, en el Bundestag, ya que no superó el umbral del 5% necesario para obtener representación. La crisis migratoria de Europa del 2015 y la decisión de la entonces cancillera conservadora Angela Merkel de abrir sus puertas a 1,2 millones de refugiados y solicitantes de asilo, la mayoría sirios, fue "un regalo" para AfD, tal y como han reconocido sus líderes.
El partido ultraderechista obtuvo 94 diputados en las elecciones federales del 2017, convirtiéndose en el primer partido de extrema derecha en conseguir representación parlamentaria en el Bundestag desde 1945, y el tercero en número de escaños. En los comicios de 2021, AfD obtuvo un 10,34% de los votos, lo que supuso una ligera caída, quedando relegada al quinto puesto en escaños. Pero en las elecciones europeas de 2024, Alternativa para Alemania fue, con el 15,9% de los votos, el segundo partido más votado en Alemania, tras la alianza conservadora de la CDU-CSU.
Apoyo desde Estados Unidos
AfD ha prometido en esta campaña electoral la salida de Alemania de la Unión Europea y del euro, y el cierre de las fronteras y deportaciones masivas de inmigrantes sin papeles y criminales extranjeros. Weidel ha aprovechado los recientes ataques con cuchillo o los atropellos masivos perpetrados por migrantes o solicitantes de asilo de países musulmanes para sacar rédito electoral. "Para AfD las malas noticias son buenas noticias y las buenas noticias se reinterpretan como malas", explicaba el exmiembro del partido Franziska Schreiber en su libro Inside AfD [Dentro de AfD], publicado en 2018.
Weidel –que sostiene que su partido no es de extrema derecha, sino más bien liberal conservador y que Hitler era "comunista" y "socialista"– ha contado en esta campaña electoral con el inestimable apoyo del magnate tecnológico Elon Musk, propietario de Telsa, SpaceX y la red social X. Musk considera que "sólo AfD puede salvar a Alemania".
La líder de extrema derecha, favorita de los trumpistas, también se reunió durante la campaña electoral con el primer ministro húngaro Viktor Orbán y con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance. El número de dos del gobierno estadounidense creó polémica en Alemania al instar, desde Múnich, a romper el cordón sanitario en los partidos de extrema derecha. Aunque el canciller saliente, Olaf Scholz, y otros candidatos rechazaron cualquier interferencia exterior a las elecciones alemanas, ya era demasiado tarde.