Relevo en Downing Street

¿Jonhson planea volver a la primera línea de la política?

Diferentes analistas 'tories' creen que el 'premier' saliente busca una segunda oportunidad

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Boris Johnson, durante su último discurso público como primer ministro, el pasado jueves, a Sizewell, al nordeste de Inglaterra

LondresAlgunos comentaristas y exmilitantes del Partido Conservador británico lo han comparado con el posible regreso de Silvio Berlusconi, que concurre otra vez a las elecciones generales del 25 de septiembre en Italia. Pero, en el caso de Boris Johnson, más bien hay que hablar de su admirado Winston Churchill, que después de perder las elecciones de julio de 1945 ganó las de 1951.

Aun así, el hipotético regreso a la primera línea de la política de Johnson, que mañana viajará a Balmoral (Escocia) para presentar la dimisión formal a la reina, una vez se sepa este lunes quién será su sustituto o sustituta –Rishi Sunak o Liz Truss–, no tendría que esperar ni siquiera a unas próximas elecciones para hacerse. Al menos de acuerdo con los que lo teorizan o lo temen, como David Gauke, ministro de Justicia de Theresa May, y Rory Stewart, secretario de Estado de Asuntos Extranjeros y ministro para el Desarrollo Internacional, también con May.

El planteamiento que hacen se basa en la demoscopia y las expectativas de futuro. Ahora la distancia en las encuestas entre conservadores y laboristas oscila entre nuevo y catorce puntos, dependiendo de quien las haga. A mediados de agosto, en el momento culminante de la campaña por el relevo de Johnson, la web de referencia de los tories, Conservative.home, aseguraba que al menos un tercio de los militantes votarían por el todavía premier si fuera posible.

Con estos datos, más la perspectiva de unos meses próximos muy difíciles para el inminente nuevo gobierno –con constantes huelgas de sectores estratégicos y una crisis de precios de la energía de consecuencias imprevisibles durante el invierno–, el razonamiento que hacen es que a medida que se acerquen las elecciones las encuestas todavía serán mucho peores.

¿Qué pasaría, entonces? "Los problemas para el país y el partido parecen insuperables; prevalece el pesimismo. Desesperados, los diputados conservadores concluyen que solo hay una persona que podría cambiar las perspectivas electorales. Sí, es una figura que genera división y algunos dudan de su integridad y competencia ministeriales, pero es un ganador de elecciones, capaz de llegar a sectores del electorado donde ningún otro conservador llega. Por lo tanto, la premier [Liz Truss] es destituida y los diputados y militantes conservadores eligen a Boris Johnson para sustituirla", escribe el exministro David Gauke en The New Statesment. Lo mismo cree Jonathan Marland, un lord conservador amigo suyo de Johnson de hace muchos años que dirigió su campaña a la alcaldía de Londres.

Por su parte, Rory Stewart, uno de los enemigos más constantes de Johnson, también cree que quiere volver. "Es peligroso, hay gente que quiere que vuelva. Tenemos que recordar por qué se fue. Se tendría que haber ido mucho antes. Lo que hizo fue profundamente vergonzoso. Intenta hacer un Imran Khan [primer ministro del Pakistán destituido por el Parlamento el mayo pasado, que busca ahora una vía para volver] o un Berlusconi. Estará rondando, esperando un regreso populista", decía la semana pasada en una entrevista a The Guardian.

Silencio del político

¿Y el implicado qué dice? Explícitamente, cuando se le pide sobre una nueva vida política, nada. En un tipo de esprint final para dejar una marca que haga olvidar sus escándalos, la semana pasada se limitó a recorrer el país de un lado al otro, ya sea para promocionar la energía nuclear en una futura planta –el visto bueno final dependerá de su sustituto como primer ministro– o la extensión de la fibra óptica. Y cuando se le preguntó sobre un posible retorno, callaba.

Pero las palabras de su última intervención en los Comunes, al final de julio, pueden dar alguna pista. Dirigiéndose a los diputados en lo que describió como "probablemente y sin duda" la última sesión de control, dijo que su "misión" se había "cumplido en buena parte… de momento".

Si de la investigación sobre el Partygate que lleva a cabo la comisión de estándares de los Comunes no sale muy malparado, que Johnson trate de volver a la primera línea puede ser, solo, cuestión de tiempo.

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