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Le Pen vuelve a mutar y se acerca al trumpismo

Su condena desata el discurso populista contra la justicia y las instituciones democráticas de la líder de extrema derecha

Marine Le Pen durante el mitin en París / AFP
06/04/2025
4 min
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ParísLa sentencia que condena a Marine Le Pen a cuatro años de cárcel y cinco de inhabilitación –que difícilmente le permitirán presentarse a las elecciones presidenciales del 2027– lo ha cambiado todo. Desde que un tribunal de París condenó el lunes a la líder de extrema derecha por malversación de fondos públicos, Le Pen ha dejado atrás su discurso moderado y se ha dedicado a atacar a las instituciones del Estado con una vehemencia y una cólera inéditas. La líder de Reagrupament Nacional (RN) acusaba esta semana "el sistema" de haber hecho uso de la "bomba nuclear" para evitar que pudiera estar en la carrera presidencial y la formación llamaba a la movilización callejera. "Si ellos utilizan un arma tan potente contra nosotros, es que estamos a punto de ganar las elecciones", aseguraba haciendo referencia a la bomba nuclear.

Los pesos pesados ​​de su partido no han dejado de aparecer cada día en los medios con argumentos claramente populistas para denunciar una sentencia "política" y una "violación en el estado de derecho". Por primera vez, la RN habla de complotismo, habla de un "sistema" que va en su contra y ataca a las instituciones del Estado, como hacen otros partidos de ultraderecha europeos. La ofensiva mediática que ha impulsado Le Pen, los argumentos populistas y la estrategia de presión a la justicia que está poniendo en marcha como respuesta a la sentencia le acercan al trumpismo, aunque ella siempre ha querido distanciarse. "Ofensiva con acentos trumpistas", titulaba la portada Le Monde en su edición del miércoles.

"Estamos observando una forma de trumpización del discurso cuando la RN intenta dar la vuelta al uso del sentido mismo de la democracia: ataca a los jueces que representan al pueblo y les responsabiliza de la rebaja del orden democrático", destaca en Le Parisien el analista político Olivier Rouquan. "Los neopopulistas quieren monopolizar la soberanía popular, así que su retórica es: Si les atacamos a ellos, atacamos al pueblo. Trump y Putin también utilizan esta lógica inversa", explica el analista.

Contradicción de Le Pen

La estrategia contradice la maniobra de desdiabolización y normalización que ha impulsado Marine Le Pen desde que tomó las riendas del partido en el 2011 y expulsó a su padre en el 2016 por unas declaraciones antisemitas que había realizado el fundador del Frente Nacional. La transformación del partido que ha hecho el actual líder para ensanchar la base electoral, moderando el discurso y presentando la formación como un partido de ley y orden capaz de gobernar, choca con los llamamientos a la movilización callejera para protestar por una sentencia judicial y con el tono empleado ahora por Le Pen, que recuerda al del presidente de Estados Unidos.

Trump, además, ha demostrado su sintonía con la líder de la RN con la crítica a la sentencia que ha hecho en su red social, Truth Social, tildando de "caza de brujas" la condena. "¡Liberad Marine Le Pen!", exclamaba un hiperbólico presidente.

Le Monde se preguntaba esta semana si el nuevo discurso de la RN se mantendrá hasta las elecciones y marcará un cambio de rumbo del partido de extrema derecha. "Una campaña con acentos trumpistas contra la justicia de la República podría suponer una estocada a esta normalización, ya frágil desde la censura en el gobierno de Michel Barnier en diciembre", apuntaba. El diario también destacaba que toda la ofensiva del partido contra la justicia sirve para evitar que se hable de la cuestión de fondo, la malversación de más de cuatro millones de euros con contratos ficticios de supuestos asistentes del Parlamento Europeo. La sentencia considera probada la malversación y situaba a Le Pen "en el centro" del sistema que permitió cometer el fraude.

Marine Le Pen, que se había desmarcado con la forma de hacer de su padre y de la ideología más ultra del Frente Nacional, parece recortar ahora la distancia. Atacar a la justicia y "el sistema" es una apuesta arriesgada para la líder de extrema derecha, que corre el peligro de deshacer el camino hecho con la desdiabolización y el intento de presentar el partido como la única fuerza capaz de poner en orden al país y preservar los valores de la República. "Dejando atrás la famosa desdiabolización y la búsqueda del respeto, Le Pen, guiada por la ira, reencuentra los acentos populistas de su padre. Es una recaída", afirmaba el miércoles el periodista Renaud Dély en un editorial de Radio France.

Vuelta a los orígenes

Alérgico a las protestas ciudadanas, Reagrupament Nacional ha convocado para este domingo por la tarde un mitin-protesta contra la sentencia con el título populista "Salvemos la democracia". Es un paso más en este acercamiento a Trump y en la vuelta a los orígenes del partido. La comparación es inevitable: en 1998, cuando Jean-Marie Le Pen debía comparecer en un juicio por haber agredido a una socialista, miles de personas salieron a las calles de Versalles para protestar contra la pena de inhabilitación que pesaba contra el fundador del Frente Nacional. Por último, fue condenado a un año de inhabilitación.

Entonces Le Pen padre denunció una "maquinación judicial" y advirtió de que "utilizar la justicia para eliminar a un adversario político es particularmente grave", unas declaraciones que recuerdan mucho a las de su hija tras la sentencia condenatoria del lunes.

El partido –que siempre ha criticado las manifestaciones de la izquierda que acaban con actos violentos– no quiere que la protesta del domingo acabe con violencia y ha llamado a protestar pacíficamente. "Tenemos órdenes de no romper nada, de no dañar nada", explicaba un militante a France Info. "No tenemos la estrategia de asalto del Capitolio, sino la estrategia de Martin Luther King. Haremos las cosas de una forma muy organizada", afirmaba en la misma emisora ​​el eurodiputado del partido de extrema derecha Philippe Olivier, cercano a Le Pen.

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