Muere la mayor superviviente del Holocausto con 113 años
Rose Girone huyó de Polonia y vivió bajo el dominio japonés en un gueto judío en Shangai

BarcelonaLa superviviente de mayor edad del Holocausto, Rose Girone, falleció en Nueva York este lunes a los 113 años. Girone vivía en Breslau, el actual Wroclaw, en Polonia, en 1937 cuando los nazis se llevaron a su marido al campo de concentración de Buchenwald. Entonces ella estaba embarazada de ocho meses. Según explicó en entrevistas posteriores, sintió cómo un agente le decía a otro: "Llevámonos también a la mujer", pero el otro le respondió: "Está embarazada, dejémosla en paz".
Su marido, Julius Mannheim, y su suegro fueron trasladados a Buchenwald, pero tras dar a luz a su hija Reha, Girone logró la liberación de su marido y unos visados para marcharse a China, uno de los pocos países que aceptaban refugiados judíos. Pero en el Shanghai ocupado por los japoneses se creó un gueto para los judíos, donde tuvieron que malvivir bajo un régimen de terror.
Rose Girone, nacida Rosa Raugvogel, era una de los 245.000 supervivientes del Holocausto nazi que todavía quedan vivos en 90 países, según un estudio publicado el pasado año por la Conferencia de Reclamaciones judía, creada en Nueva York. Se cree que era la mayor. De hecho, la edad media de los supervivientes se encuentra en los 86 años, y está disminuyendo rápidamente porque la mayoría son mayores y tienen la salud frágil.
Girone nació el 13 de enero de 1912 en Janow, Polonia, y con seis años su familia se trasladó a Hamburgo, Alemania: "Hitler llegó en 1933 y todo acabó para todos", había dicho la propia Girone en algunas entrevistas. Hasta seis millones de judíos fallecieron en los campos de concentración nazis en Europa.
Bajo el dominio de un japonés que se llamaba a sí mismo "rey de los judíos"
Pero esa mujer vivió otro escenario de la persecución contra los judíos, en los territorios bajo el dominio del imperio japonés. En Shanghai, su marido, ella y su hija vivieron bajo el dominio de un japonés que se llamaba a sí mismo "rey de los judíos". "Hicieron cosas realmente horribles a la gente", había explicado Girone sobre los militares japoneses que patrullaban por las calles en camiones, según AP. "Uno de nuestros amigos fue asesinado porque no se movía lo suficientemente rápido", había explicado.
Cuando terminó la guerra, en 1947, con la ayuda de su madre y otros familiares en Estados Unidos embarcaron hacia San Francisco. Llegaron a Nueva York y, más tarde, Girone abrió una tienda de lanas. También pudo reencontrarse con su hermano, al que llevaba 17 años sin ver.
Más adelante se divorció de Mannheim y, en 1968, conoció a Jack Girone, con quien se casó un año después. Estuvieron juntos hasta la muerte de Jack en 1990. Con una actitud positiva, Girone siempre recordaba que la vida le había puesto a prueba muchas veces, y que eso le había hecho más fuerte. "Nada es tan malo que no puedas extraer también algo bueno", decía.
"Rose fue un ejemplo de fortaleza, y ahora estamos obligados a mantener viva su memoria", ha dicho Greg Schneider, vicepresidente ejecutivo de la Conferencia de Reclamaciones en un comunicado hecho público este jueves. "Las lecciones del Holocausto no deben morir con quienes vivieron ese sufrimiento", ha añadido.