Canadá roza los 50 ºC en el cuarto día consecutivo de récords de temperatura

Las autoridades locales calculan que la mortalidad se ha casi doblado debido a la ola de calor

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Los servicios de emergencia dan agua fresca a un hombre que vive en una caravana en Seattle

BarcelonaLa ola de calor que afecta al noroeste de América sigue generando datos extraordinarios y difíciles de asimilar. Ayer Canadá batió por cuarto día consecutivo el récord de temperatura en el país. En la población de Lytton, en la Columbia Británica, el termómetro alcanzó los 49,5 ºC, todavía un poco por encima de los valores de días anteriores. Hay muchas comparaciones que demuestran la rareza y la excentricidad de este dato, una de las cuales es que hasta el viernes en Canadá no se había pasado nunca de los 45 ºC. En cuatro días el récord de temperatura del país ha subido 4,5 grados, algo del todo extraordinario. Y todavía más: en Lytton, donde se recogen datos desde 1921, nunca se había llegado a los 40 grados hasta ahora.

Los medios de comunicación de los Estados Unidos usan también la comparación con la famosa ciudad de Las Vegas, conocida por sus brutales episodio de calor. En Las Vegas la temperatura no ha pasado nunca de los 47,2 ºC, cosa que significa que las temperaturas que ha habido en los últimos días en Canadá y en estados norteamericanos como Oregón y Washington han igualado o incluso superado los extremos de temperatura de una ciudad acostumbrada al calor extremo como Las Vegas. Un gráfico publicado por el investigador de Berkeley Robert Rohde pone de manifiesto lo extraordinario de este episodio.

Son más de cuarenta los observatorios de la Columbia Británica que han batido el récord histórico de temperatura los últimos días. Las autoridades locales han explicado que desde que empezó el pico de calor ha habido un 75% más de mortalidad de lo normal, unas muertes que en la mayoría de los casos se han desencadenado por las temperaturas extremas. En la región normalmente mueren unas 130 personas durante este periodo y en los últimos días han muerto más de 230.

Las temperaturas han bajado ya claramente en lugares más próximos a la costa, sobre todo en los Estados Unidos, pero la ola de calor también ha afectado con mucha fuerza a estados como Oregón y Washington. En concreto, en el aeropuerto de Dallesport, situado en la frontera entre estos dos estados, la temperatura llegó el lunes a los 47,8 ºC. En el aeropuerto de Portland también el lunes se sobrescribió por tercer día consecutivo el récord absoluto de temperatura de la ciudad: el termómetro llegó a los 46,5 ºC. Hasta el viernes se situaba en 41,6 ºC.

El episodio de calor está generando temperaturas entre 15 y 17 grados más altas de lo que sería normal, según el servicio meteorológico de los Estados Unidos. En Portland, una ciudad caracterizada por un clima parecido al británico, la mayoría de tiendas se han quedado sin ventiladores ni aparatos de aire acondicionado. El tranvía estuvo parado entre el domingo y el martes porque algunos cables se fundieron, literalmente, debido al calor.

Se trata de una ola de calor que “amenaza a la vida”, según responsables de salud de la región de Portland. Hay que tener en cuenta que ciudades como Vancouver, Seattle y Portland están poco acostumbradas al calor fuerte. Habitualmente domina un viento fresco y húmedo.

En Seattle, en el estado de Washington, el lunestambién se llegó a una temperatura récord de 40 ºC. Los servicios de emergencia han alertado de varios tramos de carretera en los que el asfalto se ha agrietado o ha quedado afectado debido al calor, e incluso ha pasado en autopistas grandes.

En Seattle, la definición de oleada de calor queda enmarcada por tres días seguidos en los que se han superado los 32 grados. El sábado se llegó a 38, el domingo a 40 y el lunes a 42. Nunca había habido una oleada de calor en junio en Seattle, un mes que en la ciudad acostumbra a ser muy fresco, bastante nublado y todavía poco veraniego. Nunca había habido tampoco dos días consecutivos en los que se superaran los 100 grados Fahrenheit (37,7 ºC), como ha pasado los tres últimos días.

Calor extremo y prematuro

Los anteriores récords de temperatura registrados en Seattle databan de 1965 y 1981, cuando las temperaturas extremas llegaron más al centro del verano, en julio y en agosto, respectivamente. A pesar de que se trata de un dato aislado y concreto, es muy sintomático de los cambios que se están produciendo con el calentamiento global.

En 2019 Europa también vivió una situación parecida y durante el mes de junio la temperatura se disparó hasta valores nunca vistos. La ola de calor afectó sobre todo a la península Ibérica, pero también Francia, Reino Unido, los Países Bajos y Bélgica, donde en algunos casos se superaron por primera vez los 40 grados. En Francia se llegó a 46 grados. Varios estudios a posteriori catalogaron ese episodio extremo de temperaturas como la gran ola de calor más prematura registrada en Europa. Como mínimo desde 1950 no había precedentes de un episodio de calor tan fuerte fuera de los meses centrales del verano.

Un artículo de la Agencia Estatal de Meteorología concluyó que el riesgo de olas de calor durante el mes de junio se había multiplicado por diez en treinta años debido al cambio climático, y que si el mismo tipo de episodio se hubiera producido cien años atrás habría generado temperaturas cuatro grados más bajas. De entre las situaciones de tiempo extremo que se producen, las olas de calor son las más fácilmente vinculables al cambio climático. A menudo los climatólogos tienen miedo de asociar un episodio de tormentas o de sequía con el calentamiento global por falta de datos, pero en el caso de las olas de calor es cada vez más claro que en el futuro estas situaciones serán cada vez más frecuentes y que se podrán producir también fuera de la canícula, como pasa estos días en Norteamérica.

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