Hoy hablamos de

"Me voy definitivamente": el retorno irreversible de los refugiados sirios desde Turquía

Cientos de sirios renuncian a la protección de Ankara y regresan a casa por primera vez en años después de la caída del régimen de Al Asad

La familia Hattab espera haciendo cola en la frontera de Cilvegözü, en la provincia de Hatay, con todas sus pertenencias el pasado 9 de diciembre. Sólo un día antes, había caído el régimen de Bashar el Asad y, como otras muchas familias sirias. , se preparan para regresar a Siria De izquierda a derecha: Farah, Harhata, Ruqaya, Muhammad, Aladino, Marwa, Isra, Ule y Rasha.
Laia Palau
13/12/2024
4 min
Regala este articulo

Cilvegözü (frontera entre Turquía y Siria)"La guerra ha terminado, Asad ha caído. Es hora de volver a casa, es hora de volver a Damasco", explica Aladino, un padre de siete hijos que espera en la frontera entre Turquía y Siria, en el paso fronterizo de Cilvegözü. Aladino, que ha vivido once años en Turquía con su familia, afirma al ARA que no quiere esperar "ni un día más" para marcharse. Una de sus hijas, Farah, de trece años, comenta con ilusión que está muy contenta de poder conocer a Siria, ya que cuando se marcharon sólo tenía dos años y no recuerda nada de ese momento. Pero su madre, Rasha, atraviesa la frontera con una mirada triste y los brazos cruzados: "Siento una mezcla de emociones", admite.

Tras trece años de conflicto, la guerra civil ha dejado a más de 600.000 muertos y alrededor de 13 millones de desplazados internos y externos, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. En Turquía, se calcula que existen cerca de 3,6 millones de refugiados sirios bajo el estatus de "protección temporal", según los datos oficiales del ministerio de Interior turco.

Ahora, después de la caída del régimen de Bashar el Asad a manos de las fuerzas revolucionarias Hayat Tahrir al Sham (HTS) el pasado domingo, el paso de personas a la frontera entre Turquía y Siria es intenso. Desde la caída del expresidente sirio, cientos de refugiados sirios han iniciado el regreso a su país de origen. El gobierno turco ha habilitado los pasos fronterizos de Öncüpinar, en la provincia de Kilis, y de Cilvegözü, en la de Hatay, como puntos principales para gestionar los retornos de refugiados sirios. A partir de este martes también se reabrió el paso de Yayladagi, en la provincia de Hatay, que se había mantenido cerrado durante los años de guerra en Siria. El gobierno turco también ha anunciado que las fronteras se mantendrán abiertas las 24 horas del día para facilitar estos retornos.

El reencuentro con la familia es uno de los momentos más esperados para muchos refugiados sirios, a pesar de saber que algunos ya no están. Después de once años de estar separados, Hassan, de 28 años, lo tiene claro: "Lo primero que haré cuando llegue es ir a ver a mi madre y mi padre. Después, iré a visitar a mis tíos al cementerio ", explica emocionado. Ahora bien, el regreso va más allá de las visitas a la familia y los amigos. Hasan sueña con "volver a subir al monte Kasiyun, comer unos dulces, tomar el té y ver desde arriba la capital de Damasco", añade con nostalgia.

Cola de sirios que esperan para entrar en Siria por el paso fronterizo de Cilvegözü, en Turquía.

Para muchos sirios, la vuelta no es sólo el fin de un exilio forzado, sino el inicio de un nuevo capítulo. Aunque la incertidumbre sobre la seguridad y el futuro del país, muchos refugiados expresan que quieren volver para reconstruir sus vidas. "La guerra ha terminado. Ahora toca volver hacia la nación y ayudar a rehacer a Siria", explica Ahmet, un joven sirio que viaja solo. Para él, el regreso no es sólo un deber, sino una esperanza para un futuro mejor: "Vamos a construir la nación todos juntos, una Siria más democrática y libre".

Sin marcha atrás

Antes de poder irse, los refugiados deben cumplir con varios trámites burocráticos impuestos por el gobierno de Turquía: pasar un escrutinio del departamento de Migración y renunciar al carné de protección temporal y el permiso de residencia que tenían. Así, una vez entregada esta documentación, el camino de regreso queda marcado como un proceso irreversible, ya no hay vuelta atrás. En muchos casos, también se les exige saldar deudas pendientes con el estado turco, tales como multas o facturas de electricidad y agua. Sin cumplir estos requisitos, la salida del país no está permitida.

Omar, de 29 años, hace diez años que no ve a ningún miembro de su familia. Ha trabajado desde que llegó a Turquía en el sector textil en Estambul para sobrevivir y enviar algo de dinero a su familia en Siria. "La vida aquí es dura. Ya tengo suficiente. He trabajado todos estos años en una fábrica textil y ha sido muy duro; de hecho, no se puede decir ni trabajo –confiesa–. Me voy, me voy definitivamente. he tenido bastante de Turquía".

A pesar de las prisas de algunos, no todos los refugiados sirios se preparan para volver de inmediato. Algunos, como el Mustafá, prefieren esperar un poco más antes de dar el paso definitivo. Mecánico de profesión y residente en Estambul, Mustafá explica que todavía tiene trabajo en Turquía y que quiere aprovechar este tiempo para ahorrar y preparar su futuro regreso. "Me quedaré unos 5 o 6 meses más. La guerra ha terminado, sí, pero ahora tengo trabajo aquí y no puedo dejarlo de un día para otro", comenta. Aún así, mantiene la esperanza de volver pronto para empezar una nueva etapa en su país. "Abriré mi propio negocio", asegura con determinación, convencido de que su regreso será una oportunidad para reconstruir su vida y, al mismo tiempo, su país.

Tras un largo e incierto viaje de más de 900 kilómetros, la familia de Aladino ha llegado a Damasco, donde ha podido reunirse finalmente con el resto de sus seres queridos. Este emotivo reencuentro no sólo es un testimonio de su determinación, sino que también simboliza el anhelo de otras muchas familias de volver a casa.

stats