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1.188 euros en dietas y libres de impuestos: l0 que cobra un diputado de Barcelona sólo por desplazarse (se desplace o no)

El presidente del Parlament, Josep Rull, renuncia a la indemnización porque tiene coche oficial mientras que Puigdemont y Puig, exiliados, tampoco la cobran

Imagen de un pleno del Parlament
30/03/2025
5 min
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BarcelonaEn 2015 los diputados del Parlamento se comprometieron a reformar de forma progresiva la estructura de sus retribuciones para acabar con la parte de su salario libre de impuestos, las indemnizaciones por desplazamientos, o al menos para formalizarlo de forma que sólo quien se desplace de forma efectiva acabe percibiendo ese dinero. Sin embargo, diez años después, no hay ninguna reforma terminada y siguen percibiendo estas dietas sin tributar a Hacienda independientemente de lo que hagan, es decir, tanto si van al Parlamento como si no van, o si se mueven o no por el territorio para desarrollar su actividad como diputados. Por ahora, se han limitado a realizar aportaciones de estas dietas a la parte fija del sueldo –hasta cinco entre 2017 y 2023– para que empiecen a tributar, pero el grueso de la indemnización se mantiene vigente.

Tal y como indican los datos facilitados por la administración parlamentaria a través de una petición de transparencia, cualquier diputado que declare su residencia en Barcelona cobra 1.188 euros al mes por desplazamientos, que no tributan y que se suman a su sueldo. El sistema no diferencia entre el diputado que vive en Barcelona ciudad y el que vive en el área metropolitana (ambos parlamentarios cobran lo mismo en concepto de dietas), mientras que la cantidad va aumentando en función de la distancia entre el Parlamento y el lugar de residencia; según los datos de la cámara, hay parlamentarios que cobran 1.545 euros más al mes si viven a menos de 80 km de Barcelona, ​​y los que viven entre 80 y 191 km, 1.659 mensuales sin tributar. Si se suman todas las partes que componen el sueldo de un diputado, las retribuciones de los 135 electos del Parlamento van de aproximadamente unos 4.500 euros brutos al mes a unos 8.500 en función de sus labores. En el caso de las vicepresidencias y la presidencia de la cámara, el salario es entre 9.000 y 10.000 euros mensuales.

El propio presidente del Parlament, Josep Rull (Juntos), en una entrevista en el ARA justo cuando empezó el mandato, se comprometía a reformar esta cuestión. "Estamos trabajando. Será una de las grandes decisiones que tomaremos, la de un cambio en la estructura de retribución de los diputados. Un nuevo planteamiento que nos permita adaptarnos a las exigencias de la ciudadanía; hacer que sea mucho más claro, más tangible desde el punto de vista de los desplazamientos, de ajustar los kilómetros efectivos desplazados, y también tener en cuenta los kilómetros efectivos desplazados, y también mirar aquí a Barcelona", aseguró. Fuentes de la presidencia de la cámara explican que, con sólo ocho meses de legislatura, sigue estando en la agenda, pero que todavía no se ha puesto manos a la obra; han comenzado, dicen, con una reforma del procedimiento legislativo con el fin de acelerarlo, con un plan de accesibilidad del Parlamento y con las reuniones para combatir los discursos de odio. En todo caso, no depende del presidente de la cámara, sino que es necesario un acuerdo de todos los grupos en la mesa ampliada.

Lo que sí ha hecho Rull es renunciar a las indemnizaciones por desplazamiento, según comunica el propio Parlament, porque va en coche oficial, tal y como hizo en su día Laura Borràs (Juntos), que renunció por primera vez desde la presidencia de la cámara. En la misma época, la entonces vicepresidenta de la cámara, Alba Vergés (ERC), renunció a una parte de las dietas (aunque a priori tenía que cobrar más por el hecho de vivir en Igualada, pasó a cobrar como si fuera de Barcelona), y lo mismo ha hecho la actual vicepresidenta del Parlamento, Raquel Sans (in) el presidente, el coche oficial: aunque le tocaba la indemnización de la zona de Tarragona (1.659,17), cobra como los diputados de Barcelona, ​​1.188 euros. En el caso de Anna Erra, cuando fue presidenta también renunció a una parte: en lugar de cobrar como si viviera en Vic, cobraba la cantidad correspondiente a Barcelona, ​​aclaran fuentes de presidencia.

Los exiliados no cobran dietas

De acuerdo con la respuesta de transparencia del Parlamento, los diputados exiliados tampoco cobran indemnizaciones de desplazamiento. De hecho, el expresidente Carles Puigdemont, aclaran fuentes del partido, ha empezado a cobrar del Parlamento este mes de febrero como diputado raso y sin dietas (2.921,82 euros). Antes no percibía nada de la cámara porque ha agotado la asignación que tienen los eurodiputados al dejar el Parlamento Europeo (un plazo de seis meses). En cuanto a Lluís Puig, cobra la asignación de diputado raso (2.921,82 euros) y un complemento de portavoz, por lo que percibe 5.203 euros al mes. Por otra parte, todos los diputados del PSC que son consejeros y el presidente, Salvador Illa, no perciben nada del Parlament, ni sueldo ni dietas, porque tienen el salario del Govern y van en coche oficial.

Los miembros de la CUP y de los comunes no han renunciado a indemnización alguna, según los datos facilitados por el Parlament, aunque tienen el salario limitado y el resto lo destinan al partido. En el caso de comunes, está fijado en 3,5 veces el salario mínimo, con lo que con las últimas subidas son 4.144 euros mensuales brutos. Para la CUP son 2300 brutos. Los partidos de extrema derecha Vox y Aliança Catalana, que a menudo se muestran críticos con el sistema, no han renunciado a nada. Según fuentes del Parlament, Silvia Orriols cobra un total de 8.362 euros brutos al mes, de los que 1.659 son dietas que no tributan. Ignacio Garriga, de Vox, en el centro del huracán por haber pagado el AMPA de los hijos y la peluquería desde la cuenta del grupo de Vox, cobra 7.748 euros.

La reforma que no llega

En la última legislatura se adelantó en los trabajos para reformar de arriba a abajo la estructura del sueldo de los diputados. Fuentes conocedoras de este plan admiten que la parte de las indemnizaciones son una especie de sueldo encubierto, ya que en los años 2000, dicen estas fuentes, se subieron el salario pero camuflándolo con dietas, y, por tanto, sin hacerlo abiertamente. A partir de ahí, la dificultad de llegar a un acuerdo para una reforma tiene que ver con dos cuestiones. La primera, que si se incorpora todo lo que perciben en dietas al sueldo normal, los diputados perderían poder adquisitivo por efecto del IRPF. Y, la segunda, que, para no perder, deberían subirse el sueldo –con la eventual polémica que comportaría– y, además, sería el Parlamento quien asumiría de facto el coste de pasar a tributar. Para resolverlo, en el mandato anterior trabajaron un nuevo sistema: que todo lo que cobren los diputados tribute, y que asuman el IRPF, con un complemento de entre 300 y 400 euros de representación, y que los gastos por desplazamientos, libres de impuestos, se paguen sólo a quien viaje. Es decir, que al inicio de cada mandato, los diputados comuniquen dónde viven y se calcule el coste de ir y devolver los días de plenos y comisiones, a 0,33 euros en el kilómetro, y sólo se paguen dietas en estos casos y no en todo el arco parlamentario. Pero esta reforma de momento está en un cajón.

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