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Pasos Perdidos

La maldición del presidente Aragonés

Pedro Aragonés en la comparecencia de Sant Jordi 2024.
05/04/2025
3 min
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BarcelonaPronto hará un año de las elecciones catalanas que dieron la vuelta al tablero político y, probablemente, dieron la estocada definitiva al Proceso. Pere Aragonès avanzó los comicios ante la falta de apoyos para aprobar los presupuestos en el Parlament. Pero aquél no era un movimiento de resignación. El entonces todavía presidente de la Generalitat creía –y le habían animado a creerlo– que aquél podía ser el mejor momento para convocar al país en las urnas. El mejor momento para ERC, se entiende.

La sequía era la principal preocupación del Gobierno. Los embalses de las cuencas internas perdían agua día a día, las lluvias no se presentaban y las peores predicciones que llegaban al despacho del presidente apuntaban a que la Generalitat debería endurecer en verano las restricciones de agua. Hacía nueve meses consecutivos que prácticamente no llovía en Catalunya y las reservas de agua habían descendido desde el 30% hasta situarse por debajo del 15%. De hecho, el peor momento histórico en los embalses alcanzó la madrugada del 9 de marzo (14,41%). La lluvia de ese día permitió que cuatro días después, cuando Aragonés apretó el botón electoral, lo hiciera con los embalses al 15,02%. Dos meses después, el 12 de mayo –el día de las elecciones–, el porcentaje ya era del 25%. Llovió significativamente el 25 y el 26 de marzo, el 31 de marzo y, sobre todo, el 29 de abril. La presión sobre el Govern por la sequía era tan fuerte que en Palau miraban al cielo cada mañana esperando algo de ayuda, que solo llegó cuando Aragonés ya tenía perdidas las elecciones. Hoy, un año después, Catalunya salió de la situación de sequía con los embalses por encima del 60%.

Estat de les reserves d’aigua als embassaments de les conques internes
En percentatge

Otro quebradero de cabeza que empezaba a preocupar al gobierno de ERC era el candidato que acabaría presentando Junts a los comicios, previstos inicialmente para el 2025. La amnistía abría la puerta al regreso de Carles Puigdemont, y con el expresidente en juego se complicaban las perspectivas para los republicanos. Fuentes del ejecutivo de Aragonès reconocen que esta cuestión sobrevolaba las discusiones sobre el adelanto electoral. La amnistía debía aprobarse a finales de mayo y las elecciones se convocaron para el día 12 de ese mes. Juntos tildó de "sectaria" esa decisión, aunque Aragonés nunca aceptó que la fecha tuviera nada que ver con Puigdemont. Lo cierto es que, de momento, los jueces han impedido la amnistía al líder de Junts y sin adelanto electoral tampoco pudo pisar Catalunya. La del sur, porque la del norte ya la utilizó como base en los comicios del pasado año.

Sin presupuestos

La maldición del presidente Aragonés es triple y él no tiene responsabilidad alguna. Desde que dejó la Generalitat ha vuelto a llover; Puigdemont habría tenido las mismas dificultades si se hubiera agotado la legislatura, y el principal motivo de peso de ese adelanto, la falta de apoyos en el Parlament, no le impide hoy a Salvador Illa ocupar lo que fue su despacho. Aragonés consideraba que sin presupuestos no se podía gobernar e Isla ni siquiera los ha presentado.

Los detalles de la semana

1.
La policía no quiere investigar a nadie
Usuari descarregant la nova aplicació del DNI.

El DNI digital es ya una realidad, ya partir de ahora se podrá llevar al móvil, como las tarjetas de crédito. Una innovación que, como la mayoría, lleva asociada algunas críticas por los potenciales problemas de privacidad que pueda comportar. "Nosotros no tenemos interés en vigilar a nadie", respondió el director de la Policía Nacional, Francisco Pardo, al preguntársele. Curiosa respuesta para el jefe de policía.

2.
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Salvador Illa ha reunido al Govern en Núria en unas nuevas jornadas de convivencia. En esta ocasión querían aprovechar la estampa nevada de la montaña. Pero no todo el mundo llevaba el calzado adecuado. Uno de los máximos responsables de protocolo de la Generalitat decidió ayudarse de un palo en forma de bastón para evitar caer en la nieve. "¡Qué rebaño que somos!", exclamó divertido un conseller, mientras les colocaban para la foto.

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