¿Puede el ejército de Israel hacer frente a dos grandes guerras?

La cúpula militar israelí da señales claras de estar preparando para una invasión terrestre en Líbano

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Soldados israelíes en la frontera entre Israel y Líbano

El CairoEn medio de la agresiva campaña de bombardeos lanzada por Israel en Líbano esta semana, la cúpula del ejército israelí ha estado dando cada día señales más claras de estar preparando para una potencial nueva fase de su asalto en el frente norte que incluya una invasión terrestre. Sin embargo, la amenaza de Tel-Aviv no sólo genera temor por el alto coste humano que implicaría, sino que también ha vuelto a suscitar dudas sobre una posible extralimitación de sus fuerzas.

El gobierno israelí afirma que el objetivo de la ofensiva contra Hezbollah es empujar a sus combatientes a una distancia razonable de la frontera y permitir el retorno de 60.000 residentes desplazados por el intercambio de golpes que estalló entre ambas partes a raíz de la guerra en Gaza. E Israel se ha mostrado totalmente indiferente al elevado coste humano de sus acciones en Líbano, donde ya han matado a cientos de civiles y han desplazado a unas 200.000 personas, según la ONU.

En principio, una invasión terrestre de Israel podría acarrear una incursión temporal destinada a crear una zona desmilitarizada en el sur del Líbano o una ocupación del territorio más duradera. Existen cinco grandes precedentes históricos de ambas, que no sólo comportaron miles de muertes civiles, una ocupación feroz de 15 años y una extensa destrucción, sino que también se demostraron un fracaso a medio plazo para Israel y acabaron catalizando y reforzando Hezbollah.

Ahora, uno de los grandes condicionantes de Israel para asaltar el Líbano es el número de tropas de las que dispone, ya que actualmente el ejército tiene efectivos desplegados en Gaza, Cisjordania y en la frontera libanesa. Sin embargo, en los últimos días ha podido concentrar más fuerzas en este último frente, incluidas unidades que habían operado en Gaza, en gran medida porque en los últimos meses ha retirado muchas fuerzas de una Franja devastada tras subyugarla y relegarla a un segundo plano.

Soldados israelís preparados para lanzar un dron

Aunque al ejército israelí le puedan salir ahora los números, un factor que genera inquietud es el estado de las tropas. Cuando Israel asaltó Gaza en octubre del año pasado, el ejército tuvo que llamar a más de 250.000 reservistas a filas, en la mayor movilización de su historia, y la ofensiva lanzada contra la Franja ya es la guerra más larga de la historia del país. Invadir de nuevo Líbano, en cualquiera de los escenarios, requeriría decenas de miles de soldados. Y, de hecho, el ejército israelí ya anunció el miércoles una movilización limitada de reservistas en la zona.

Por ahora, estas fuerzas han respondido a la llamada y socialmente Israel ha demostrado mucha tolerancia a mantener la senda bélica a pesar del elevado coste humano, político y económico. Sin embargo, se teme que recurrir a ella en exceso genere rechazo, sobre todo si el gobierno sigue sin definir una estrategia clara en ningún frente. Políticamente, la percibida necesidad de disponer de más soldados, en vez de priorizar la diplomacia y el fin del empleo, podría reabrir fracturas internas en torno a la exención del servicio militar de decenas de miles de judíos ultraortodoxos cada año.

Una invasión más mortífera

Además, una invasión de Líbano podría resultar mucho más compleja y mortífera para los soldados israelíes que la invasión de Gaza. Hezbollah cuenta con combatientes mucho más preparados y un arsenal mucho más extenso y sofisticado que Hamás y, a diferencia del movimiento palestino, sujeto al estricto bloqueo impuesto por Israel y Egipto, también puede reabastecerse desde Siria. Asimismo, aunque la densidad de población en el sur del Líbano es mucho menor que en Gaza, el terreno es más vasto, accidentado y lleno de túneles, y Hezbolá le conoce como si estuviera en su casa.

Por otra parte, invadir Líbano podría desencadenar movimientos en otros frentes. Desde Gaza, Hamás lleva un año intentando que se abran nuevos frentes en Israel para evitar que puedan concentrar un exceso de fuerzas en la Franja, donde hoy hay tres divisiones operativas. En Siria y en Irak, y en menor grado en Yemen, también hay milicias que se han mostrado dispuestas a movilizarse para aliviar la presión sobre Hezbollah. Irán, de momento, se mantiene al margen.

El segundo gran condicionante de Israel para invadir Líbano es garantizar que el flujo de armas y munición, principalmente desde Estados Unidos, siga ininterrumpido. Y si bien la administración de Joe Biden se ha mostrado repetidamente frustrada con la gestión del gobierno de Benjamin Netanyahu, en ningún momento le ha frenado de forma significativa la ayuda militar ni ha sugerido que tenga ahora intención de hacerlo, pese a ser clave para sostener la maquinaria bélica israelí.

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