Scotland Yard arresta al 'creador de eunucos', que hacía castraciones y las emitía en 'streaming'
Seis hombres más también han sido detenidos después de haberse sometido voluntariamente a la extirpación de los genitales
LondresScotland Yard ha detenido a un hombre de 44 años, conocido con el nombre de The Eunuch Maker (el creador de eunucos), por haber llevado a cabo, presuntamente, decenas de castraciones de hombres en el sótano de una vivienda en ruinas de Finsbury Park, al norte de Londres, y haber emitido las operaciones en streaming, vía suscripción, a través de una cuenta de Twitter. El arresto, que se ha hecho público ahora pero que tuvo lugar la primera semana de diciembre, comportó también la detención de seis hombres más, de entre 30 y 60 años, después del registro de la propiedad.
Tanto el llamado creador de eunucos como el resto de detenidos podrían formar parte de un movimiento llamado Nullo, que hace referencia a la anulación genital. Se trata de una sórdida organización que habría cogido voladizo entre algunas personas que no se identifican con los géneros masculino y femenino.
Un portavoz de la Policía Metropolitana de Londres ha explicado que "entre el martes 7 de diciembre y el viernes 10 de diciembre de 2021, los agentes del cuerpo registraron una dirección residencial en la zona de Finsbury Park en relación con una investigación sobre una denuncia por graves daños corporales". La policía no ha revelado la identidad del detenido, tan solo que es de origen noruego. Informaciones de la prensa británica publicadas este martes apuntan que en una entrevista online el sospechoso, a estas alturas en libertad condicional, había asegurado que él mismo se había operado para extirparse los genitales, y que había practicado la operación a 58 hombres más.
Una práctica histórica
El de Finsbury Park es el primer caso que se conoce públicamente en el Reino Unido de estas prácticas extremas en las últimas dos décadas, pero los precedentes históricos son conocidos y se han estudiado. La práctica de la castración empieza más de 4.000 años atrás. Hay referencias desde el 2100 antes de Cristo: se aplicaba a esclavos y prisioneros de guerra para reducir su potencial agresividad, del mismo modo que antes ya se había practicado con animales –cosa que sigue siendo habitual–, según explica el periodista José Antonio Díaz Sáez en su libro Eunucos, de Ediciones Almuzara.
En China, por ejemplo, la castración no se prohibió hasta el 25 de noviembre de 1924, cuando se eliminó una práctica que había perdurado más de 3.000 años y a través de 25 dinastías. De hecho, los registros de eunucos en China se remontan hasta la dinastía Xang (1600-1046 aC), cuando los reyes Xang castraban a los prisioneros de guerra. En la dinastía Qin (221-206 aC) los esclavos eunucos hacían trabajos forzados en proyectos estatales, incluyendo la fabricación del famoso Ejército de Xian, las estatuas de terracota.
Con la castración surgen así unos seres que, en virtud de su peculiaridad fisiológica, se ven abocados a adoptar funciones derivadas de su extraordinaria naturaleza: sacerdotes, castrati, adivinos, consejeros palaciegos, cuidadores de los harenes, espías... ocupaciones que llevan a cabo a lo largo de la historia. Pero como también relata Díaz Sáez, en el siglo XXI todavía hay eunucos.
Jessica Hinchy, profesora asistente de historia en la Nanyang Technological University de Singapur, también ha estudiado el mundo de los eunucos, en este caso durante el Imperio Británico en la India, en el libro Governing gender and sexuality in colonial India, editado por Cambridge University Press. De acuerdo con su estudio, los eunucos a menudo se visten de mujeres y se describen como castrados o nacidos de este modo. En las culturas del sur de Asia se cree que tienen el poder de bendecir o maldecir la fertilidad. Hoy en día, muchos consideran a los eunucos transgénero, aunque este término va más allá y también incluye a personas intersexuales, que describen sus cuerpos fuera del estricto concepto binario de hombre o mujer. El año 2014, el Tribunal Supremo de la India reconoció oficialmente un tercer género, y se considera que los eunucos (o hijras) pertenecen a esta categoría, incluso es posible identificarse como tal en los pasaportes.
Hay razones médicas que, a veces, pueden aconsejar la castración, o que son la excusa para justificarla. Es el caso, por ejemplo, del profesor Richard Wassersug, de la British Columbia University, de Canadá. Wassersug es investigador de género y atención sanitaria. Él mismo fue castrado químicamente hace más de 20 años para tratarse un cáncer de próstata. Ahora estudia la vida de los centenares de miles de personas nacidas con testículos que se someten a castraciones químicas o físicas por motivos médicos o voluntarios, y aboga por que tengan la mejor atención sanitaria posible.
Por otro lado, la castración química ya es un recurso penal aprobado contra los delincuentes sexuales en algunos estados de los Estados Unidos, como Alabama, que dio la luz verde a la ley en 2019. En Catalunya es una práctica muy poco habitual y solo se habría usado una vez.
El caso reciente más famoso de la práctica del colectivo Nullo es el del artista japonés Mao Sugiyama. De acuerdo con informaciones publicadas por The Guardian y otros medios de comunicación, en 2012, con 22 años, Sugiyama se sometió a la extracción de los testículos y el pene para concienciar sobre los derechos de los asexuales. Los conservó refrigerados y dos meses después los cocinó y se los sirvió a sus amigos en una comida. El canibalismo no es delito en Japón.