Debates de tercera mano por los nervios que provoca Bildu

Las encuestas electorales han empezado a situar a Bildu como primera fuerza y ​​eso ha puesto nerviosos a unos pocos estamentos. Y, como el debate sobre programa de gobierno ha dejado de interesar gracias a la política emocional, se han reactivado viejas estrategias que uno quisiera ya superadas. En concreto, la de si la formación aberzale ha condenado a ETA suficiente. Fijémonos en este titular de La Razón: “Las víctimas, contra Bildu: «El mismo discurso, pero sin pasamontañas»”. Hombre, es que el problema era el método, no la aspiración, que debería considerarse legítima. La frase es tramposa, y la enésima instrumentalización de (parte) de las víctimas. El diario denuncia que el candidato "se niega a calificar a ETA de "banda terrorista"" y que "habla de "grupo armado" sobre el que se pueden tener "varias consideraciones"", lo que es una verdad factual: la BBC, poco sospecha de ser condescendiente con la violencia no institucional, siempre se ha resistido a utilizar este apelativo para referirse a ETA. Esta línea de ataque también la utilizaba El País, con el titular “Bildu se tropieza en la campaña por su resistencia a censurar a ETA”. Era un tema servil con el PSE, que es quien ha forzado a esta línea de trabajo. Bildu se ha distanciado en numerosas ocasiones de la violencia, pero ahora toca enredarse en el debate semántico por el interés espurio de arrancar unas décimas aquí o allá.

Por eso, sin que sirva de precedente, el titular deEl Mundo me parece lo más preciso: "La Moncloa deplora el pasado etarra de Bildu después de 5 años de blanqueo", decía la portada. Y, efectivamente, hay que tener más cara que espalda por haber favorecido (¡positivamente!) la presencia de la izquierda aberzale exclusivamente en la vía política y ahora hacer depende de qué aspavientos. Nervios, demasiado nervios.