Suena Martínez en una imagen del documental que cuenta su historia.
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Los espectadores que pasen de la cincuentena es muy posible que recuerden a Sonia Martínez, una de las presentadoras históricas de TVE. Debutó en televisión a mediados de los años ochenta en la programación infantil. Presentó 3, 2, 1 Contacto y, después, el Dabadabada, dos de los espacios para los niños más exitosos entonces, en una época en la que sólo había un canal de televisión. Ella tenía algo más de veinte años, una naturalidad y telegenia inauditas para su edad, y una gran inocencia en un contexto profesional hostil. Martínez acabó trabajando en el cine del destape, fue víctima de los paparazis y de un machismo que estaba absolutamente normalizado. En medio de la Movida Madrileña y con un entorno de buitres, acabó muriendo a causa de la adicción a la heroína y el sida.

Ahora, TVE ha estrenado un documental para volver a contar su historia e interpretar los hechos a través de una lectura más sensible y honesta. Sonia Martínez no fue un juguete roto ni un famoso irresponsable. Fue víctima de una época, como tantas mujeres. La última noche de Sonia Martínez es un documental hecho con mejor corazón que técnica, pero es justo y muy oportuno. Hace un trabajo exhaustivo a la hora de contactar con las personas que la conocieron y no tiene compasión a la hora de señalar a los responsables que se 'aprovecharon. Pretende también homenajear su trabajo y dignificar su memoria Viendo ahora las imágenes de archivo es evidente que en aquella espontaneidad había un talento que rompía la ramplón. y docilidad de las presentadoras de la programación infantil. Era directa y enérgica, demostraba seguridad profesional y se sentía libre y que gozaba del trabajo. recuperan imágenes, recortes de prensa, intervenciones en el Congreso de los años ochenta que demuestran el trato machista que sufrió. fotógrafos se aprovecharon de su fama y éxito para arrastrarla hacia donde les convenía: la manipulación y la sexualización. El documental no es sólo una triste biografía sino el retrato de un país y de una época. que nos recuerda de dónde venimos y hace emerger una época sórdida que estaba normalizada .

plataforma RTVE Play, nos obliga a hacer ese ejercicio tan difícil de digerir y reinterpretar el pasado desde el presente y ponerse las manos en la cabeza. La historia de esta presentadora es un ejemplo de cómo el capitalismo más feroz acaba destruyendo a las personas más vulnerables. Es también una crítica a la misma televisión pública y al trato que dio a su presentadora. La última noche de Sonia Martínez, pero hay que tener en cuenta que este documental también nos demostrará que esa tele del pasado que a veces idealizamos no era exactamente como la recordamos.

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