Más de 120 delfines aparecen muertos en el Amazonas, que sufre una sequía histórica
Miles de peces también han muerto en zonas del río latinoamericano, donde la combinación de altas temperaturas y reducción del caudal está afectando a las comunidades locales
BarcelonaAmazonía sufre una sequía histórica que está dejando episodios sin precedentes. Más de 120 delfines han aparecido muertos en los últimos días en el lago Tefé, que sobresale del río Amazonas. Los cadáveres han ido apareciendo desde el 23 de septiembre, con un pico de 70 cuerpos el 28 de septiembre, un día en el que la temperatura del agua ascendió a 39 ºC. Los biólogos aún investigan qué fue exactamente lo que ocasionó la muerte masiva de estos animales, pero la combinación de factores extremos que han confluido en esta catástrofe tiene una clara vinculación con la emergencia climática.
"Las aguas han bajado muy rápidamente y muy drásticamente en pocos días. El caudal llegó a la mitad, lo que sumado a una temperatura tan alta como son 39 ºC, genera un gran cambio en las condiciones del agua, como la concentración de materia orgánica o la concentración de oxígeno, entre otros parámetros", explica al ARA la investigadora brasileña del ICTA-UAB Leticia Lima. Una de las hipótesis que estudia el grupo de biólogos que investigan el suceso es si la elevada temperatura del agua –ocho grados por encima de lo habitual en la zona– generó alguna biotoxina que habría debilitado a los delfines y los habría impedido escapar del lago. "El día 28 el agua alcanzó los 39 ºC, casi 40 ºC, ya los delfines se les veía muy incómodos. Se notaba en su comportamiento, no conseguían bajar al fondo, nadaban en círculos y alguno murieron frente a nosotros" , explica por teléfono desde aquella zona Miriam Marmontel, bióloga del Instituto Mamiraua, que lidera la investigación sobre el episodio.
Los animales muertos eran de dos especies: el boto o delfín rosado (por la tonalidad de la piel) , un delfín de río endémico de la cuenca del Amazonas y algunos de sus afluentes que está en peligro de extinción, y el tucuxi, otra especie de delfín fluvial que habita el Amazonas y otros ríos del este del América del Sur. Los 120 cadáveres se encontraron en cuestión de pocos días en el lago Tefé, una masa de agua que sobresale del río Amazonas justo en el centro del estado brasileño del Amazonas, "en la zona más preservada del bosque", explica Lima . "En una sola semana hemos perdido 120 animales entre ambas especies, aproximadamente entre un 5% y un 10% de la población" de delfines de esta zona, decía Marmontel.
El equipo de Marmontel ha hecho autopsias a decenas de delfines muertos, de los que se han tomado muestras para analizar en el laboratorio, y también se les han realizado PCRs. "Sospechamos que puede haber biotoxinas en el agua y que han sido exacerbadas por la temperatura", explica la investigadora, que se resiste a creer que la única explicación sean las altas temperaturas: "Son animales muy inteligentes y conocen bien la zona. ¿Por qué no salieron del lago hacia el río grande? Parece que estaban desorientados, creo que debe haber algo más". En este sentido, dice que este martes han podido ver una extraña floración de algas en el lago Tefé, lo que les lleva a pensar que quizá se produjo una similar antes del 23 que podría tener algo que ver con el suceso .
Hasta este mismo martes han estado recuperando cuerpos de delfines rosados y tucuxi. También buscan delfines vivos que puedan mostrar comportamiento "de desesperación" para rescatarlos, estudiarlos también y si es necesario medicarlos. Pero las condiciones letales del agua en el Amazonas no sólo han afectado a los delfines. Miles de peces han aparecido también fallecidos en otras zonas del gran río latinoamericano.
Además, las comunidades rurales que viven dispersas a lo largo del río Amazonas, conocidas como ribeirinhos, también están sufriendo mucho las consecuencias de la sequía extrema. Son comunidades que dependen mucho del río para desplazarse desde dentro del bosque hacia centros de salud u otros servicios, ya que lo hacen en embarcaciones pequeñas a través del río, pero con estos caudales que deja la sequía se están quedando aisladas", alerta Lima. Las vías de abastecimiento de medicamentos y alimentos que les llegan también han quedado cortadas por la sequía, y "no pueden vender sus productos de agricultura o pescado porque los grandes barcos ya no llegan", relata la investigadora, especialista en estas comunidades tradicionales brasileñas.
El Niño y el récord de temperatura en el Atlántico Norte
Pero ¿cuál ha sido el origen de esa intensa sequía y estas temperaturas extremas en la cuenca del Amazonas? Se han unido dos factores clave determinantes: la llegada del Niño, el fenómeno meteorológico que provoca un calentamiento del agua del océano Pacífico que modifica el clima de forma temporal en muchos lugares del mundo, y las altas temperaturas en el Atlántico Norte, que han batido récords este verano. "En el Amazonas ha habido antes grandes sequías –en 1997-98, 2005, 2010 y 2014-15– y los científicos han observado que todas han ido asociadas o bien al Niño o bien al sobrecalentamiento del Atlántico Norte, pero las peores son las que tuvieron la combinación de ambos factores, como ocurre ahora", explica Lima. El Atlántico Norte ha batido este verano su récord de temperatura, al tiempo que la temperatura global de los océanos también batía récords, además de muchos otros límites que se han superado por primera vez debido a la emergencia climática, pero las peores consecuencias del Niño se esperan para el próximo año, por lo que la situación en la Amazonia todavía "podría ser muy peor en el 2024", alerta la investigadora.
De hecho, Lima fue uno de los 72 científicos y académicos que firmaron una carta enviada el 20 de septiembre al Parlamento de Brasil alertando, precisamente, de las condiciones que podrían generarse por la conjunción de estos dos fenómenos: "Hicimos tarde, porque la sequía ha ido tan rápido que nos ha cogido por sorpresa a los propios científicos", relata la investigadora, que ve una implicación clara del cambio climático en la muerte masiva de delfines y peces , un suceso "que nunca se había visto".