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Independentismo

El independentismo catalán copia Quebec en inmigración y lengua después del Proceso fallido

Los expertos ven paralelismos entre los dos movimientos nacionalistas

La bandera de Quebec. La provincia francófona celebra elecciones este lunes.
28/03/2025
4 min
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BarcelonaEl independentismo catalán ha tendido a reflejarse en Quebec. Su caso es único, con dos referendos convocados, en 1980 y 1995, y dos derrotas. Incluso su acuerdo de claridad para decidir sobre la independencia fue un ejemplo para el gobierno de Pere Aragonès, que elaboró un consejo académico para imitarlo. Ahora bien, existe otro parecido en ambos casos: después de los procesos de independencia fallidos, el nacionalismo ha priorizado la lengua y también el debate sobre la inmigración. ¿En qué grado está ocurriendo lo mismo en ambos lugares, después del callejón sin salida del 1-O y la pérdida de la mayoría independentista en el Parlamento?

En conversación con el ARA, Daniel Turp, profesor de la Universidad de Montreal, expolítico independentista y presidente del Instituto de Investigación sobre la Autodeterminación Popular y la Independencia Nacional, asegura que si bien el clamor por mayor autonomía "ha sido una constante" transversal, tras los referéndums, "su cultura, lengua e inmigra". Tuvo una primera estación en 1991 con el acuerdo entre Quebec y Canadá sobre la inmigración y la admisión de recién llegados temporales en los que se otorgaba plenos poderes al gobierno quebequés en la selección de inmigrantes, después de una década de negociaciones. Un debate que en Cataluña también ha puesto sobre la mesa Juntos con el pacto del PSOE por la delegación de competencias en inmigración. Y, en cuanto a la lengua, también en el Principado el catalán ha vuelto a ser una bandera: el conjunto del independentismo (Junts, ERC y la CUP) priorizan su fortalecimiento con peticiones como la oficialidad del catalán en el Congreso o en la Unión Europea, todavía pendiente. A su vez, también ha surgido una nueva extrema derecha dentro del independentismo, Aliança Catalana.

A partir del traspaso de la federación canadiense, el gobierno quebequés podía establecer criterios en la selección de inmigración, además de tener un cierto control en los niveles. El propio Turp comenta cómo es el sistema de puntos para priorizar el conocimiento del francés. De ahí la priorización de la inmigración francófona, como Haití y otras ex colonias francesas, tal y como apunta Marc Sanjaume, profesor de ciencia política en la UPF y expresidente del consejo académico del acuerdo de claridad, que recalca que se ponen "firmes" con el idioma. Tras el segundo referéndum se aceleró el camino y el actual gobierno, nacionalista, pero no independentista –de Coalición por el Porvenir del Quebec (CAQ)–, ha reclamado "todo el poder" en inmigración para gestionar la política de refugiados. Y es que a lo largo de este tiempo, esta coalición centrista ha competido en la cuestión migratoria con el Partido Quebequés, independentista, que promete un nuevo referéndum y lidera las encuestas de cara a los comicios del 2026.

Repliegue catalán

Sanjaume asegura que "hay un paralelismo muy claro" en el "repliegue" en identidad e inmigración en Quebec y Catalunya. "El Partido Quebequés era de izquierdas y pasó de la independencia a la fijación con la inmigración y la lengua. En el 2000 hay un giro identitario", recalca, por "la dinámica de aferrarse al poder". Una "fotocopia" a lo ocurrido "en torno a Aliança Catalana". En 2013 el Partido Quebequés pretendió aprobar la Carta de los Valores Quebequeses para prohibir los símbolos religiosos en el sector público, entre ellos los islámicos, y el CAQ se ha "obsesionado" con la inmigración, la lengua y el islam, provocando una cruzada legislativa desde 2018, que empezó a gobernar.

La profesora de ciencias políticas de la UOC Ana Sofía Cardenal comenta que "el fracaso hace que tengas que tratar nuevos temas para mantener al electorado movilizado y eso conecta con un nacionalismo más étnico" que "entronca con un tema existencial sobre una posible desaparición de la nación catalana". De hecho, sostiene que liga más con la visión nacionalista de Junts o con Aliança Catalana, que ha monopolizado el asunto migratorio con el "enemigo interno musulmán" concreto, que con ERC, que "apuesta por la nación cívica", opina. El repliegue catalán ha aumentado en Catalunya en el post-Proceso, según Sanjaume, y ahora se ve con "el psicodrama" sobre la desaparición de la nación o la lengua, que sostiene que afecta a Junts y ERC. Añade que "los partidos buscan issues –temas políticos–para movilizar al electorado" y "cuando todo va bien, es catch all –de amplio espectro–, pero, si no, van por la base fiel". En Catalunya ve que Junts tiene el competidor de Aliança Catalana, mientras que en Quebec el Partido Quebequés tuvo el reto de mantener a su electorado y después compitió con el CAQ, teniendo presente que el país tiene un sistema electoral mayoritario. ~BK_SLT_L~

Turp señala la "importancia de las dificultades de integración en la inmigración, más inclinada al inglés" como uno de los problemas que el gobierno quebequés ha señalado aferrándose a que "existe la percepción de que existe demasiada inmigración ilegal y demasiado que integrar"; pero también que si bien el 79% de los quebequeses habla en francés como primera lengua, según un estudio del gobierno del 2024, existe "preocupación" de que entre los jóvenes cae, hasta el 74%, con mayor tendencia bilingüe o inglesa del 26%.

Este mismo año se ha puesto sobre la mesa una ley sobre la integración nacional en Quebec en la que se deja clara la obligación a "la plena integración en francés" –que es la única lengua oficial y la común en el territorio–, pero también a los "valores quebequeses" y "democráticos", con un modelo propio que se opone al "mulo". Y en el 2022 hizo una ley para reforzar la Carta de la Lengua Francesa adoptada en 1977 "en la justicia o la educación, limitando la capacidad de las admisiones de las escuelas y universidades inglesas", según Turp.

Se obliga a prestar todos los servicios públicos en francés a menos que exista una excepción muy concreta, lo que ha causado el choque con el gobierno federal de Canadá. Otro elemento de colisión fue la ley de laicidad de 2019 para establecer el "carácter laico" de Quebec con la prohibición de símbolos religiosos a los funcionarios y en las escuelas. La laicidad y el último cambio lingüístico están impugnados en el Tribunal Supremo de Canadá con polémica con anglohablantes y musulmanes respectivamente. En cualquier caso, el primer ministro quebequés, François Legault, quiere ir más allá con la laicidad y restringir las plegarias al espacio público, donde señala las praxis islámicas.

La fuga de las empresas, ¿un paralelismo?

El proceso de independencia de Quebec se caracterizó por una inestabilidad política y financiera. En 1977, un año después de que el Partido Quebequés ganara las elecciones con el referéndum en el programa, comenzó una fuga de grandes empresas: por ejemplo, en Toronto se fue la base de operaciones del Banco de Montreal, que nunca ha vuelto. La sola amenaza del referendo cambió de lleno el sector financiero y otras grandes empresas se movieron a otra provincia de Canadá. No regresaron ni siquiera después de la derrota del en los referendos, ni en los gobiernos del antiindependentista Partido Liberal. Esto no se puede comparar con Catalunya, donde también hubo la fuga de las sedes sociales de grandes empresas y del sector financiero, pero con el gobierno de Salvador Illa, no independentista, ha vuelto el Banco Sabadell , la Fundación la Caixa y el brazo inversor CriteriaCaixa , así como otras empresas como Cementos Molins . La economía catalana tampoco se ha ralentizado después del referendo, con unos índices de crecimiento sostenidos.

El papel del jefe del Estado en la fuga de empresas tampoco tiene mucho que ver, ya que Felipe VI se implicó personalmente para empujar la salida de compañías . Tampoco se parece la convocatoria de los referendos –Quebec tiene la capacidad para convocar y tiene reconocido el derecho de autodeterminación por parte de Canadá, a diferencia de Catalunya– ni en la persecución judicial de sus líderes –solo ha habido presos políticos y exiliados catalanes. Asimismo, España es un estado de las autonomías, mientras que Canadá es federal, con mayores atribuciones fiscales, de pensiones y de política exterior por Quebec, así como en lengua e inmigración.

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