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El análisis de Antoni Bassas: 'Illa y Cercanías: para servir a los catalanes debe enfrentarse al Estado'

Illa acierta el tono, pero el presidente sabe que problema le tiene a Renfe y Adif. A Illa le ha llegado el momento de enfrentarse a los suyos y al Estado si quiere servir a los catalanes, como prometió

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3:08
26/03/2025
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El pleno de Cercanías de ayer y cualquier lleno de Cercanías que se hiciera no cambiará la realidad del caos, sencillamente porque el problema de Cercanías de Catalunya no está en Catalunya sino en Madrid, en España.

Si el 25% de los trenes están estropeados y fuera de servicio, si España ha estado más de una década sin comprar trenes nuevos, ya me dirán qué puede hacer el Parlament.

Si de 264 escaleras mecánicas y ascensores hay 109 que no funcionan, señal de que a Renfe le importan poco las personas mayores, enfermas, con muletas, con cochecitos de criatura, etc. Cuando la oposición le dice a la consellera que no puede pedir paciencia a la gente frente a un ascensor que no funciona, tiene razón.

Si esta mañana hay otra avería en la R2 Sur que hace que los trenes sólo puedan circular por una única vía en el tramo entre Sitges y Garraf, ¿qué interés tiene Adif en Catalunya?

Si los trabajadores afiliados a CGT, SF-I y Alferro han acudido hoy a la huelga porque no quieren ser traspasados a la Generalitat, con un egoísmo y una insolidaridad impropia de unos trabajadores (será que ya les está bien este desastre de servicio), un lleno de Cercanías no les hace ni frío ni calor.

Si el Parlament ha vuelto a ocuparse de un problema que ya sacó a la gente a la calle en el 2007, quiere decir que Catalunya sola no puede solucionarlo, que el problema no está solo en Catalunya, sino que está en España.

Y aquí, el presidente Illa va haciendo equilibrios. Acierta el tono pidiendo disculpas (cuando en realidad la mayor parte de la culpa no es de él) y cuando promete un plan para los próximos años porque asegura que el traspaso se hará a toda costa, y cuando a la consejera Paneque se la ve encima del problema, pero el presidente sabe que problema lo tiene en Renfe y en Adif, en el Estado; lo tiene con el ministro Puente, que se permite abuchearnos. Y con ellos hace falta bastante más que buenas palabras. A Illa le ha llegado el momento, que también llegó a los presidentes Maragall y Montilla, de enfrentarse con los suyos y con el Estado si quiere servir a los catalanes, como prometió. Y para enfrentarse a ella necesitaría ir con Esquerra, Junts y Comuns como mínimo. Todo el mundo sabe que es imposible.

Por último, esto demuestra una vez más que el Proceso no fue una alucinación colectiva, fue la conclusión más racional posible de más de dos millones de catalanes.

Buenos días.

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