Europa busca soldados y no encuentra
Los países europeos tienen problemas para reclutar efectivos, especialmente donde la percepción de la amenaza rusa es menor


BruselasLos dirigentes europeos están obcecados en incrementar el poder militar. Quieren estar preparados ante la amenaza que supone el expansionismo ruso y dejar de depender de Estados Unidos que ha abandonado la protección que habían proporcionado a Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero los estados europeos no sólo pretenden comprar más tanques, misiles o sistemas de ciberseguridad, sino que también quieren más gente que esté dispuesta a defender Europa. Y éste es uno de sus grandes quebraderos de cabeza: no encuentran ciudadanos que quieran alistarse en el ejército y, por eso, las fuerzas europeas carecen de soldados.
Según un informe reciente del centro de investigación Bruegel y el Instituto Kiel, Europa necesitaría 300.000 soldados adicionales si es víctima de un ataque del régimen de Vladimir Putin y no recibe la ayuda del ejército estadounidense. Y, de hecho, hay varias potencias europeas que quieren ampliar el número de efectivos y han puesto en marcha campañas de reclutamiento. La principal potencia militar de la Unión Europea, Francia, pretende ampliar los efectivos de reserva y Emmanuel Macron ya ha anunciado esta semana que quiere duplicar su cifra: de los 43.000 reservistas que hay actualmente a 80.000 en 2030. En la misma línea, Reino Unido, Alemania, Italia, España y los Países van perdiendo paulatinamente efectivos, especialmente en los rangos más bajos.
Los motivos de la falta de europeos dispuestos a servir al ejército son variados. Uno de los principales es demográfico. "La población cada vez es más envejecida y tienes menos gente en edad militar", constata en el ARA el investigador del think tank CEPA y profesor de la Universidad de Defensa Nacional de Washington, Andrew R. Novo. Así pues, la voz experta en seguridad Chris Kremidas-Courtney, del centro de investigación EPC, señala en una conversación con este diario que una de las posibles soluciones para compensar la falta de jóvenes es la entrada de inmigrantes y pone de ejemplo a Estados Unidos, donde "durante muchos años se ha dado un acceso más acelerado a la nacionalidad estadounidense". Además, Kremidas-Courtney remarca la importancia de incluir a las mujeres en los servicios militares y las campañas de reclutamiento para "no excluir de entrada al 50% de la población".
Ahora bien, los expertos coinciden en señalar que la causa más determinante es el hecho de que los ciudadanos occidentales se han desentendido en general de la seguridad de sus países, después de 80 años de paz y al abrigo de la protección de Estados Unidos, y no comulgan con la idea de ir al ejército por motivos políticos. "Los jóvenes de hoy en día tienen valores diferentes y tienden a estar en contra de la guerra y son pacifistas. Son individualistas y escépticos con conceptos como el patriotismo", apunta el experto Andrew R. Novo, que quiere dejar constancia de que su opinión no representa el posicionamiento de la universidad y el think tank para los que trabaja.
Cambiar la mentalidad
En este sentido, el presidente de la Sociedad de Estudios Militares (SEM), Pol Molas, remarca en una conversación telefónica que el factor clave es la "mentalidad" de los ciudadanos y afirma que en la gran mayoría de países europeos "no existe una cultura de la prevención". Por eso, durante los últimos días los líderes europeos, especialmente la Comisión Europea de Ursula von der Leyen, están intentando hacer calar el mensaje de que la amenaza del expansionismo ruso es real y que es necesario "estar preparados para la guerra". Esta misma semana, Bruselas presentó un polémico plan de emergencia para afrontar catástrofes climáticas o un ataque bélico que alertaba de la posibilidad de una agresión del régimen de Vladimir Putin. Días antes, también lo había hecho Francia.
Esta estrategia planteada por la Comisión Europea se basa en Finlandia y, como explica Molas, es uno de los pocos países europeos –junto a Suecia o, por ejemplo, Suiza– que no tienen problemas de reclutamiento. "Allí el ejército no está mal visto, al contrario", explica el experto en estudios militares. Sin embargo, lo contrapone con la situación de países que no tienen la percepción de amenaza, como son los del sur y del oeste de Europa. "Es habitual que los índices de reclutamiento varíen según la percepción de amenaza", añade el presidente del SEM.
De esta manera, los expertos señalan como una posibilidad reinstaurar el servicio militar y conseguir una mayor concienciación ciudadana de la importancia de la seguridad. Sin embargo, Kremidas-Courtney remarca que en ningún caso debe recuperarse, por ejemplo, la mili que se hacía en España y considera que debería tener una vertiente más civil. En la misma línea, propone que las administraciones viertan más recursos al reclutamiento y den alicientes a los jóvenes para que se alisten, como pueden ser las becas universitarias o la oportunidad de ganar experiencia profesional.
Los catalanes y el ejército español
Más allá de estos motivos, en España deben sumarse otros factores. En Cataluña o en el País Vasco, por ejemplo, la falta de ciudadanos que quieren alistarse en el ejército español es mucho más acentuada que en el resto del Estado y se debe sobre todo a motivos identitarios. "Claramente, existe un trauma de lo que han supuesto las fuerzas armadas, sobre todo durante la dictadura, como en Portugal o Grecia", apunta Kremidas-Courtney.
Sin embargo, Molas contrapone que el Reino Unido no se encuentra con el mismo problema con los escoceses o galeses porque el ejército británico "les ha tratado con bastante respeto". También pone de ejemplo el caso del ejército finlandés, que incluso "tiene una unidad para la minoría suecohablante y todos los miembros utilizan el sueco, incluyendo los mandos".