El análisis de Antoni Bassas: 'Obligar a pescar 27 días al año y extrañarse de que avance la ultraderecha'

Tal y como les adelantamos ayer ya a primera hora de la mañana, Carles Puigdemont tiró la cuerda, pero sin romperla.

El presidente de Junts pidió a Sánchez que se presente a una cuestión de confianza. En el mismo momento que lo pedía, Puigdemont ya sabía la respuesta: que no, que Sánchez no someterá su continuidad a votación.

Puigdemont hizo balance de un año de pacto con el PSOE y no podía ser otro que el de un suspense. ¿Invistó a Sánchez a cambio, entre otros acuerdos, de la amnistía, y un año más tarde, Puigdemont desde dónde habla? Desde el exilio, por tanto:

"Las cosas no van bien y ha llegado el momento de un punto de inflexión o de dejarlo correr".

Naturalmente, la respuesta socialista a esa no aplicación de la amnistía es que esto no depende del poder ejecutivo sino del poder judicial. Pero a Puigdemont le parece que Sánchez no ha hecho lo suficiente, o que por el catalán en Europa no se ha movilizado como lo ha hecho para poner a la ministra Ribera de vicepresidenta europea.

Sea como sea, Juntos ha hecho patente su malestar con Sánchez, con la idea de desencadenar alguna reacción en las negociaciones en curso (por las competencias de inmigración, por ejemplo) que permita decir que los votos de Junts se hacen valer. Esa noticia no da para más.

Otros dos apuntes, ayer se celebró el funeral por los difuntos del temporal en la catedral de Valencia. Más allá de los protocolos, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, no contempla reunirse con las familias de las más de 200 víctimas de la DANA ni tampoco tiene previsto convocarlos a corto plazo. Dice que quiere "respetar la fase de duelo". En realidad, Mazón no tiene valor de reunirse con los familiares de las víctimas, algunas de las cuales han dicho públicamente que le hacen responsable directo de la muerte de sus familiares. Lo desesperante es ver que en las encuestas el beneficiado político de la DANA sería Vox.

Y terminamos con lo de los pescadores, que la Unión Europea en el Consejo de Agricultura y Pesca de la UE les quiere decir que sólo podrán pescar 27 días al año, y no 130 como hasta ahora.

Por lo que dicen los pescadores de nuestros puertos, la UE quiere aplicar a todo el mundo, a flotas pesqueras multinacionales ya pescadores que salen junto a la costa y vuelven a puerto al cabo de unas horas, una normativa que en el caso de los pescadores catalanes no haría falta, porque se autorregula.

Decirle a alguien que trabaje 27 días al año es tanto como decirle que se pliegue. El Consejo empezó ayer, y no es seguro aunque se tome la decisión hoy, sino más bien esta madrugada, porque la discusión va por largo, porque España, Francia e Italia no están de acuerdo.

La UE se ha equivocado gravemente. En nombre de la protección marina, han ido a lo más fácil desde el cómodo y muy bien pagado despacho de Bruselas: que no pesquen. ¿Y de qué vivirán los pescadores? Y nosotros, ¿qué pescado comeremos, lo que llevaremos congelado de la otra punta del mundo? Luego, estos burócratas se extrañan de que la gente vote ultraderecha. Quiero pensar que la UE no cometerá ese error.

Buenos días.