Apunte de historia a cuento de Trump

Donald Trump el 30 de enero en el Despacho Oval.
01/02/2025
Periodista, Doctor en Ciencias de la Comunicación y Músico.
5 min
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Eugeni Xammar y Josep Pla son –en presente histórico– dos de los mejores periodistas de la historia del periodismo catalán. En los años veinte, siguieron informativamente in situ Alemania que acababa de morir en la Gran Guerra y se preparaba para la resurrección infernal del nazismo. Xammar y Pla escribieron del nazismo y entrevistaron y retrataron literariamente Adolf Hitler; Chamar en La Voz de Cataluña y Plan a La Publicidad, en noviembre de 1923. Encontramos sus textos en la recopilación de artículos de Xammar titulado El huevo de la serpiente, editado por Quaderns Crema en 1998.

Estas piezas, de espléndido periodismo literario, nos dejan trazos de la ironía que uno y otro endosan al candidato a dictador que ya apuntaba modos. Xammar vierte que, si tuviera que retirarse de la política, "afortunadamente es hombre que tiene un oficio. Antes de ser personaje era blanqueador"; califica su voz de "segundo cornetí", describe la esvástica como "una cruz con catúfols" y titula la entrevista "Adolf Hitler o la tontería desencadenada", leitmotiv que desarrolla con creces y elegante mala baba a lo largo del artículo . Pero uno y otro, Xammar y Pla, para que se retrate solo, se extienden dándole toda la cancha que pueden a su discurso contra los judíos, hablando abiertamente de pogromos y de eliminación, aunque, al considerar -lo inviable en ese momento, opta por la "expulsión general".

¿Cómo son los dictadores antes de serlo? ¿Cómo son cuando ocupan escaños parlamentarios? En ese caso, expulsa cuando no puede eliminar, pero una vez alcanza el poder, elige el genocidio. Mientras tanto, cuidado con el léxico, porque no se puede acusar prospectivamente a nadie de lo que no ha hecho.

Estados Unidos de hoy nada tiene que ver con la ciencia ficción de Philip K. Dick, que dibujaba un país dominado por los alemanes y los japoneses vencedores de la WWII (The man in the high castle, 1962). Trump, por tanto, no es el Hitler de 1933-1945, y como no es adecuado calificarlo ni de nazi ni de fascista, se inventa una palabra hecha a medida, "trumpismo", que le sitúa sin hacer presentismo. Otra cosa es que, como el Hitler de los años veinte, promueve expulsiones generales y tiene un talante alocado que, en su artículo del 22 de enero, resalta Ferran Sáez Mateu: "De hecho, la mayoría de medios no le tratan exactamente como un político sino más bien como una extravagancia derivada de una error del sistema, por decirlo en lenguaje informático". El 12 de enero, Sílvia Marimon resumía, en fin, el libro de Siegmund Ginzberg Síndrome 1933, que analiza las similitudes entre el nazismo y las extremas derechas presentes, entre ellas la de Trump.

El periodismo actual, como el de Xammar y Pla, debe hablar incluso de lo que detesta si el interés informativo –evidente en el dúo Trump-Musk– lo pide. Respondo así al lector Joan Lligades, que me comenta la portada del domingo 19 de enero. Dice que quedó "muy preocupado con las fotos de Musk y Trump y la bandera estadounidense de fondo, me pareció excesivo e innecesario gastar tinta y papel en esa imagen de dos señores de la extrema derecha americana". Concluía que "estos personajes son muy peligrosos para todos y la extrema derecha en EEUU creciendo como ejemplo servirá para que crezca en todo el mundo y el fascismo se hará fuerte".

Josep Ramoneda, presidente del Consejo Editorial del ARA, en su artículo de contraportada del 22 de enero, acota el corpus en cuatro palabras bien dichas: "Hay espectáculos miserables –y la toma de posesión de Trump lo fue– y probablemente lo más sensato sería no perder ni un segundo. Pero se trata del presidente de la primera potencia mundial: un ridículo universal". La editorial y el Apunte de la directora del martes 21 dejaban meridianamente clara la posición del diario sobre Trump, como distintos artículos en la misma línea crítica que han ido siguiendo hasta la fecha. Destaco especialmente, aparte de la opinión, las crónicas informativas de la corresponsal en Washington, Antonia Crespí, que el día 23 ya hace un artículo demoledor contra las primeras medidas del flamante presidente. Una buena información es buena denuncia.

Ignasi Aragay, director adjunto del ARA, explica cómo se decidió la portada del domingo anterior a la investidura de Trump:

"La portada pretendía dos cosas: por un lado, remarcar, con un despliegue gráfico especial, la relevancia del evento. Tal y como se está viendo desde entonces, esta segunda presidencia de Trump está comportando una fuerte sacudida de la democracia y la sociedad estadounidense y, por extensión, de la geopolítica global. En segundo lugar, poniendo Musk encima y Trump hacia abajo, queríamos hacer énfasis en la gran capacidad del magnate Musk dentro del nuevo gobierno, algo también excepcional. La propuesta gráfica fue elaborada por el equipo de diseño del diario, con el asesoramiento de Ricardo Feriche".

El catalán del eterno retorno

Los catalanes estamos crónicamente preocupados por la lengua, pathos que el castellano y el inglés no tienen, por razones obvias, la primera premisa y por obvias razones, la segunda. El Defensor recibe considerables comunicaciones al respecto.

Uno de mis interlocutores habituales en cuestiones de lengua, intelectual muy preparado y acreditado institucionalmente que me pide reserva de fuente, me comenta que el lunes día 13 de enero, la portada -hoy vamos de portadas-abría con una foto de la Supercopa y el titular "El Barça arrasa contra el Real Madrid", haciendo intransitivo un verbo transitivo, "se arrasa algo, no se arrasa contra", señala el lector. También me hace ver que en el artículo de Empar Moliner de dos días después, en el titular "La colla va a cenar a La Taverna d'en Cigala" se emplea correctamente el apóstrofo, y en cambio en la tercera línea, chapuza: "de". Hace raro, sí.

Mirando con la lupa que prescribe la óptica de mi función, me ha hecho daño a los ojos que el magnífico cocinero Fermí Puig reciba un premio a título póstumo; se le otorga a título póstumo, pero evidentemente no lo recibe. Y, en el orden positivo, veo que se respeta el gusto idiomático de los colaboradores, no homologándolo en el libro de estilo de la corrección. He detectado un "claro" sin la contracción "claro" del canon AHORA pero que el IEC no admite. Y si dosamos la abundante proliferación del "de hecho" adverbial, será todo más bonito.

El suscriptor Jordi Blasi me dice que tenemos configurada en castellano la cuenta de Twitter y nos invita a enmendarlo. Me complace comunicar que en estos momentos, la configuración del ARA a X es en catalán, pero sale en castellano si la configuración de la cuenta del usuario es en castellano: sólo hay que cambiarlo.

Por último, me hago eco del correo que me envía la médica Cándida Espinosa, "nacida en Extremadura y amante de las lenguas". La doctora alerta de "las dificultades que un sector médico y de enfermería de la sanidad pública hemos sufrido y seguimos sufriendo tanto para que se nos reconozca esta formación en concreto de la lengua catalana, y para que se nos otorguen las horas (del nuestro tiempo libre y personal) que hemos dedicado a esta formación, de la que tenemos los certificados Dado que fue el propio consejero quien indicó (y así está recogido en varios medios) que se trataba de una formación que se realizaría en horario laboral".

Agradezco la confianza que me hace Cándida Espinosa –certifico por sus correos que tiene un catalán pulido– y me comprometo desde mis posibilidades a esforzarse para que "mi maltratada lengua", dicho con la voz prodigiosa de Raimon, tenga la atención informativa que se merece.

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