¿Cómo tiene que ser una cesárea respetada?
La presencia de un acompañante en el quirófano, el contacto inmediato piel con piel y la no separación del bebé son elementos básicos
BarcelonaUna cesárea es una intervención quirúrgica en la que el bebé se extrae a través de una incisión en el abdomen de la madre. A pesar de que es una operación segura, no está exenta de riesgos y requiere una recuperación más larga que el parto vaginal. Alrededor de la mitad de cesáreas que se realizan se programan antes (cesárea electiva) y la otra mitad se deciden durante el parto por algún problema inesperado (cesárea de recurso). En cuanto a la cesárea de recurso, hay diferentes grados de urgencia. No es lo mismo una falta de progresión con monitor fetal correcto, que puede permitir esperar, que un desprendimiento de placenta o una bradicardia fetal mantenida, que es una situación de emergencia.
Si bien la cesárea salva vidas, dependiendo de cómo se haga puede dejar en la madre una herida emocional. Para evitarlo, cada vez más hospitales intentan que esta intervención sea cuanto más respetuosa mejor.
¿Qué es una cesárea respetada?
En un cesárea respetada la madre y el bebé están en el centro de la asistencia y se tiene que hacer todo lo posible para que, a pesar de parir en un quirófano, su vivencia "sea lo más positiva posible". "Hay detalles importantes como la presencia de un acompañante en el quirófano, el contacto inmediato piel con piel y la no separación (siempre que no haya ninguna complicación que lo impida) que marcan la diferencia", sostiene Laura Rodellar, obstetra del Hospital General de Catalunya. "La mujer entra en el hospital por un proceso fisiológico como es parir, y no por una enfermedad. Tiene que ser mágico, porque para ella es un día", añade. Es importante, continúa Rodellar, hacer sentir a la mujer que es "el centro del nacimiento de su hijo". "Lo que no puede ser es que el personal se ponga a hablar de lo que hará el fin de semana mientras la mujer está en el quirófano". Tampoco se la tiene que infantilizar, los profesionales se le tienen que dirigir por su nombre y se tiene que preservar su intimidad. No se tiene que olvidar, además, que la mujer se encuentra en un momento muy vulnerable. Todas las cesáreas pueden ser respetadas "si están justificadas, son necesarias y se informa a la madre". "Lo primero es que la cesárea esté justificada, porque por mucho que dejes entrar a la pareja, haga piel con piel y dé el pecho en el quirófano, si le has programado una cesárea sin motivo, no se lo has explicado o no estaba médicamente indicada, entonces no es respetada", dice la también autora del blog Diario de una madre ginecóloga.
¿Es necesario que los brazos los tenga atados?
No poder coger a tu bebé en brazos una vez ha nacido es quizás una de las peores vivencias de una cesárea, si es que te han atado los brazos. "Es normal que en una operación de apendicitis te fijen los brazos porque si no podrían caerse y producirse una lesión. Pero con la mujer despierta, le puedes decir que ponga un brazo en cruz para ponerle la vía, y el otro, mientras no se toque la barriga, lo puede mover", explica Rodellar. No es necesario, pues, atar los brazos, siempre que no se muevan. Esto permitirá también que la mujer pueda después coger a su criatura.
También se puede dar la opción de bajar el telón estéril para que la mujer vea cómo nace el bebé. El pinzamiento del cordón no se puede retrasar tanto como en un parto vaginal, porque la herida del útero sangra activamente, pero se intenta posponer al máximo.
Rodellar recuerda que la cesárea es una cirugía mayor y se tiene que cumplir con una serie de elementos de seguridad, pero sin tener que renunciar a la humanización del proceso. "A mí me gusta llamarlo cesárea en familia porque la madre está acompañada, puede ver nacer a su bebé y la nueva familia se mantiene junta desde el momento del nacimiento", destaca. Ahora también se está implantando en algunos centros la "cesárea asistida", que consiste en hacerle un lavado quirúrgico de manos a la mujer y ponerle bata y guantes estériles para que ella pueda acabar de sacarse a la criatura de la barriga. Rodellar, sin embargo, cree que con esta opción, que tan solo es posible en situaciones muy concretas, se pierde un elemento importante: el primer contacto con el bebé a través del tacto.
¿Se puede hacer piel con piel?
Sí, si el bebé está bien y no necesita reanimación –pero como también pasaría en un parto vaginal– tiene que ir de la barriga a estar encima de la madre. "Todo se puede hacer sobre el pecho de la madre: poner la vitamina K, hacerle una revisión... La comodidad del personal no justifica que no se haga", apunta Laura Rodellar. Esta profesional explica, sin embargo, que hay ocasiones en las que la madre, debido a la anestesia, tiene náuseas y mareos y no está en condiciones de hacer piel con piel. "Pero entonces lo hace la pareja o el acompañante". Ahora las parejas o acompañantes ya pueden entrar en el quirófano en caso de cesárea. "En Catalunya puedes encontrar muchos hospitales donde esto ya es posible pero no en todas partes es así. Los cambios se van extendiendo como una mancha de aceite pero cambiar rutinas hospitalarias es muy difícil", admite esta obstetra. "Es verdad que es un quirófano y no una fiesta pero bien que entramos los estudiantes, y la presencia de un familiar es importante", añade.
En cuanto a la lactancia, Rodellar explica que se tiene que iniciar cuanto antes mejor, y por eso es necesario no separar al bebé de la madre. Hay bebés que empiezan a mamar dentro del quirófano, mientras se acaba la intervención, pero esto no siempre es posible porque a veces la postura lo dificulta, la madre no se encuentra bien o el bebé no está del todo receptivo. Si se hace media hora más tarde no pasa nada. "Lo más importante es que se pueda hacer piel con piel", dice esta profesional.
"Todo se tiene que poder hacer siempre pero hay excepciones", apunta Rodellar, como puede ser la necesidad de una anestesia general. Si bien son casos muy excepcionales. En situaciones muy emergentes, no siempre se pueden cumplir todos estos requisitos ni tampoco hay suficiente tiempo como para dar la información necesaria. En estos casos, esta obstetra recomienda: "Todo lo que no se puede hablar antes, que se hable después. ¿Cómo lo ha vivido la mujer? ¿Ha entendido qué ha pasado y por qué se ha hecho la cesárea? ¿Tiene alguna duda?" "Si las cosas se explican, se ayuda a construir una vivencia positiva y se cierran muchas heridas", concluye.