Crisis climática

Las corrientes atlánticas podrían detenerse en el 2057: el estudio que ha desquiciado a la comunidad científica

Una nueva investigación predice para mucho antes de lo previsto este fenómeno, que puede desencadenar graves consecuencias climáticas

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L'oceà atlántico visto desde la estación espacial.

BarcelonaUn nuevo estudio científico que predice el paro de la corriente oceánica del Atlántico este mismo siglo ha disparado más de una alarma entre los investigadores que se dedican al estudio del cambio climático. Y también alguna chispa de terror entre los inexpertos, por el caos climático que podría desencadenar ese fenómeno. El artículo fue publicado el 25 de julio en la revista Nature Communications por los investigadores daneses Peter Ditlevsen, del Niels Bohr Institute, y Susanne Ditlevsen, del Instituto de Ciencias Matemáticas, ambos de la Universidad de Copenhague. Predice que la AMOC, la circulación meridional de retorno del Atlántico, más conocida como la corriente del Golfo, podría detenerse mucho antes de lo que se pensaba. La mayor probabilidad la sitúan en 2057 y “con un 95% de certeza entre 2025 y 2095”. Estos resultados han hecho fruncer la nariz a más de un experto. En primer lugar, porque se trata de un cálculo estadístico sobre el que "todavía hay muchas incertidumbres". En segundo lugar, porque se aleja de otros estudios como los del IPCC, más conservadores, que a pesar de admitir que el cambio climático está ralentizando esta corriente, sitúan su paro más allá del siglo XXI. Las posibilidades del cataclismo y sus consecuencias también se discuten.

La AMOC viene a ser como una enorme cinta transportadora que lleva las aguas cálidas en superficie desde los trópicos hasta latitudes frías del norte. Por el camino, una parte del agua se evapora y otra, el mayor flujo, tiende a enfriarse. Ambos fenómenos hacen que la capa más superficial gane densidad por el incremento de la salinidad. A consecuencia de esto, la capa se hunde y se ve empujada de nuevo hacia los trópicos. Se define así un ciclo que, entre más cosas, contribuye a regular las temperaturas en el hemisferio norte.

Este ciclo, que hasta ahora ha sido fundamental para mantener unas condiciones climáticas más o menos estables en el norte de Europa y de América, se podría llegar a detener, lo que con toda probabilidad desestabilizaría el clima. Esta posibilidad, que es más que real, ya se ha planteado en varios foros científicos. Uno de los más destacados es el del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que en el 2019 ya advertía de que la AMOC se estaba ralentizando, pero decía que un paro total no se preveía al menos hasta el próximo siglo. El estudio danés no sólo certifica este fenómeno, sino que también pone una fecha mucho más próxima.

L'AMOC o cinta transportadora oceànica
La fusió accelerada de gel de l'Àrtic està provocant un refredament de l'Atlàntic nord

oceà Atlàntic nord

Carib

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Canvi de temperatura des de 1870

En graus centígrads

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"Los resultados obtenidos son una alerta temprana de lo que puede pasar en el futuro", avisa Isabel Cacho, catedrática de geociencias en la Universidad de Barcelona e investigadora Icrea. Cacho ha investigado sobre este mecanismo y sus posibles repercusiones a partir del análisis de los sedimentos en el fondo marino. Sobre el estudio publicado, opina que se trata de un “ejercicio estadístico” en el que por primera vez se pone fecha al colapso de la AMOC. Pero en ningún caso hablan los investigadores daneses de consecuencias.

Como en la película 'El día de mañana'

"Lo que podría pasar, lo sabemos por vías indirectas", dice la investigadora. “No es esperable” que el colapso provoque el repentino enfriamiento del hemisferio norte, como se plantea en el filme El día de mañana, rodada en 2004 y que está basada justamente en el paro de la AMOC. De hecho, no sería la primera vez que ocurre en el planeta, porque se ha verificado que se interrumpió hace unos 12.000 años durante la salida de un período glacial. Entonces, "el nivel de CO2 en la atmósfera era mucho más bajo, no había efecto invernadero". En cualquier caso, lo que sería esperable es un “enfriamiento moderado” en latitudes altas del hemisferio norte con un contraste térmico verano-invierno “probablemente muy acusado”. También sería previsible una "redistribución" de la energía, que haría mucho más caluroso el hemisferio sur. Y está "bien documentado" que aumentaría la virulencia de las tormentas y la pluviosidad. "El estudio de los sedimentos y otros parámetros sugiere que habría grandes inundaciones y fenómenos extremos". En cambio, en el Mediterráneo habría sequías persistentes y aumentaría la aridez.

Sea como fuere, si se produjera un paro en ningún caso sería “equivalente” a las que ha habido en tiempos pasados, como hace 12.000 años, en que se ralentizó sin llegar a detenerse. En períodos previos se sabe que la AMOC fue muy inestable, lo que supuso grandes oscilaciones climáticas entre períodos cálidos y fríos. Coincidiendo con la etapa potglacial, laHomo sapiens empezó su expansión planetaria.

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