La gran división de la extrema derecha europea
Patriotas por Europa es el grupo europarlamentario con más escaños, pero es menos influyente en Bruselas que la formación europea de Meloni


BruselasLa extrema derecha europea no deja de crecer en toda Europa y cada vez está más normalizada. Los partidos de derecha tradicional han empezado a pactar allí –lo más paradigmático es la relación de dependencia entre PP y Vox, pero en Francia y Alemania empieza a haber debate–, ha dejado de estar tan aislada y ha alcanzado una gran cuota de poder en todo el continente. Basta con ver la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que mantiene una muy buena relación con la Comisión Europea de Ursula von der Leyen y se ha erigido en una de las líderes más influyentes de la Unión Europea. De hecho, Meloni y sus acólitos están marcando el camino de una parte importante de las futuras grandes políticas del bloque europeo, sobre todo en materia migratoria y seguridad.
Sin embargo, la extrema derecha de Meloni dista bastante de la que se ha congregado este fin de semana en Madrid. Patriotas por Europa, el partido que lidera el presidente de Vox, Santiago Abascal, está aún más escorado a la derecha, y tiene posiciones más favorables al régimen de Vladimir Putin y más contrarias a la OTAN. Y por eso, de momento se mantiene completamente al margen de las esferas de poder de Bruselas y no ha logrado romper el cordón sanitario. En cualquier caso, ambas viven un momento dulce con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El dirigente más destacado de Patriotes por Europa no es Abascal, sino el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que es el principal aliado del Kremlin dentro de la UE y siempre trata de tensar al máximo la gobernabilidad del grupo comunitario. A menudo pone bastones en las ruedas a iniciativas para ayudar a Ucrania a defenderse de la invasión rusa, que ahora es una de las grandes prioridades del bloque europeo, y vulnera por costumbre el estado de derecho de la Unión Europea. Los lazos de Bruselas con Budapest están muy desgastados y casi sólo se comunican mediante amenazas. A cambio de no molestar, por ejemplo, a la Comisión Europea en más de una ocasión ha desembolsado parte de los fondos europeos en Hungría que tenía congelados.
Por el contrario, la formación de Meloni ha cerrado filas desde el primer momento con la Alianza Atlántica y está en el hueso del poder de la Unión Europea. Sin ir más lejos, uno de los vicepresidentes con mayor peso dentro del ejecutivo comunitario es el italiano de extrema derecha Raffaele Fitto, titular de la cartera Cohesión y Reformas. Además, tanto la primera ministra italiana como los dirigentes de su partido a nivel europeo en general han dejado completamente atrás sus discursos euroescépticos y ahora se centran en intentar reformar el proyecto europeo. Es decir, al cuestionar algunos de los grandes consensos históricos y fundacionales de la UE –sobre todo en materia de derechos en inmigración– con el objetivo de derechizarla.
El grupo más numeroso en la Eurocámara
Más allá de Orbán, el partido que lidera Abascal gobierna en menos estados miembros (y de menor peso) que la formación de Meloni (CRE) y no es muy influyente en Bruselas, pero tiene un gran apoyo electoral y está integrado por algunos de los líderes de extrema derecha más populares del continente. Entre otros, destaca la francesa Marine Le Pen, el Partido de la Libertad de Austria y el xenófobo neerlandés Geert Wilders. De hecho, Patriotes por Europea es el grupo europarlamentario de extrema derecha con más eurodiputados y el tercero mayor de la Eurocámara: sólo por detrás del Partido Popular Europeo y la familia socialdemócrata, y por encima de CRE. Concretamente, obtuvo 19 millones de votos en las elecciones europeas del pasado junio y tienen 86 escaños.
El grupo de Meloni, en cambio, tiene menos eurodiputados (78) pero está formado por más partidos de gobierno. Aparte de Italia, que es el tercer país mayor e influyente de la Unión Europea, también tienen la presidencia de Polonia –el quinto con más habitantes del bloque– a través de la formación Ley y Justicia. Además, la Nueva Alianza Flamenca lidera el nuevo gobierno belga y, entre otros, Demócratas de Suecia da un apoyo parlamentario clave para el gobierno de coalición de centroderecha de Suecia.
Sin embargo, cabe decir que Patriotas por Europa también está consiguiendo cada vez más cuotas de poder. El partido del neerlandés Wilders, que ganó las últimas elecciones en Países Bajos, es la fuerza política más destacada del ejecutivo de coalición actual y el Partido de la Libertad de Austria está en plenas negociaciones para formar un nuevo gobierno.
Más allá de CRE y Patriotas por Europa, sin embargo, todavía hay otro partido de extrema derecha a escala de la UE más minoritario: Europa de las Naciones Soberanas. Sólo son 25 eurodiputados y más de la mitad son de Alternativa para Alemania (AfD), que impulsó el nuevo grupo europarlamentario después de que Le Pen le expulsara de Patriotas por Europa. Este partido está aún más aislado que el de Orbán, Le Pen y Abascal, tanto en Bruselas como en general en sus respectivos países.