Bàsquet

Nenad Dimitrijevic: "Aunque haya gente que me insulte, me he sentido muy querido en la Penya"

Quim Salvans
6 min
Neno Dimitrijevic

BadalonaNenad Dimitrijevic (Skopje, Macedonia, 1998) llegó a Badalona con solo 14 años, dejando a su familia y sus amigos en tierras balcánicas, con la meta de debutar algún día en el primer equipo de la Penya. Su adaptación fue extraordinaria: al cabo de tres meses ya hablaba catalán con sus compañeros. Después de nueve cursos vistiendo de verde-y-negro, el joven base cambia de aires con el objetivo cumplido. Pone rumbo a Valencia, donde iniciará una nueva etapa después de haber maravillado con su juego a los aficionados del Olímpic, a los que siempre llevará en el corazón. Neno, que ya se siente un badalonés más, abandona el Juventud y atiende al ARA para expresar cómo vive estos momentos y cómo ha vivido los últimos meses.

Abandonas la Penya después de nueve años en el club. ¿Qué te llevas de este largo periodo?

— Me llevo amistades y personas a las que siempre estaré agradecido. También muchos momentos buenos y malos. Estos últimos me han servido para crecer y hacerme mejor jugador y mejor persona, pero los buenos son los más especiales. Sobre todo las victorias en categorías de formación.

¿A qué personas del club guardas más estima de esta etapa?

— Antes que nada, a Josep López. Fue quien más me ayudó en mi primer año en Badalona. Fue mi tutor y sin él no habría sobrevivido en una cultura diferente. Yo estaba lejos de casa y él me llevaba a entrenar, me ayudaba a adaptarme y me enseñaba catalán. Sempre que tenía momentos complicados y echaba de menos a mi familia, tenía a Josep a mi lado. Nunca ha dejado de cuidarme. También me llevo conmigo a Dani Miret, que es uno de los técnicos más importantes que he tenido. Lo tuve en cadete y en junior y últimamente habíamos vuelto a coincidir en el primer equipo. Nuestra relación ha ido creciendo con los años y hemos tenido muchos buenos momentos. Dani siempre me ha ayudado. He aprendido muchísimas cosas de él. Guardo un gran recuerdo también de Diego Ocampo, puesto que me dio la oportunidad de debutar con el primer equipo cuando tenía 18 años. Gané mucha confianza con él y me empezó a dar muchos minutos para la edad que tenía. Tampoco me olvido de Jordi Martí, que ha confiado en mí desde que llegué hasta mi último partido, ni de los fisioterapeutas, Kevin y Albert, y el doctor, Dídac, que me han cuidado en los muchos ratos que hemos pasado juntos.

¿Qué es la Penya para ti?

— Es el lugar en el que me he transformado de niño a hombre. Ha sido mi casa durante nueve años y esto ha hecho que Badalona sea siempre especial para mí. Durante este periodo la Penya me ha ayudado a ser el jugador que soy hoy, mientras mis padres me formaban como persona. Estoy muy agradecido.

¿Qué te ha hecho decantar por marcharte al València Bàsquet?

— Siempre he dicho que después del Barça y el Madrid, el del Valencia es el proyecto más ambicioso de España. Me ilusiona todo lo que hacen año tras año. Tenía que aprovechar esta oportunidad de competir para ganar títulos, puesto que es el paso que tenía que dar como jugador. Ahora mismo creo que es el mejor lugar para seguir creciendo.

Alguna gente, entre ellos el ex jugador y expresidente de la Penya Jordi Villacampa, te ha acusado de desagradecido una vez se ha hecho oficial que te marchas a Valencia. ¿Cómo te ha afectado leer según qué mensajes?

— Siempre habrá gente que me criticará, sobre todo en Twitter, pero muchas veces ni lo leo. Personalmente no me afectan estos comentarios. Me preocupan más por mi familia y mis amigos. Me conozco y lo tenía todo planificado. No pensaba marcharme de la Peña sin despedirme. El sábado [cuando se hizo oficial el acuerdo] era un día para celebrar junto con mi familia el inicio de una nueva etapa que me ilusiona mucho. Desde un principio tenía pensado despedirme al día siguiente, cuando las aguas estuvieran más calmadas. Hay gente que prefiere insultar y juzgar si las cosas no salen como ellos quieren. Por eso tengo que tener paciencia y hacerlo todo a mi manera.

¿Qué le dirías a la afición verde-y-negra, que ha seguido tu trayectoria desde que eras un adolescente hasta hoy?

— Gracias por todo. Me he sentido muy querido, sobre todo los últimos dos años, cuando el club ha ido hacia arriba y hemos crecido juntos, aunque haya gente que me insulte. Siempre he intentado hacer disfrutar al máximo a la afición con mi juego y espero que los aficionados puedan estar contentos con todo lo que he dado al equipo y al club. Me gustaría que me recordaran por los buenos momentos. Yo valoro mucho el apoyo que he recibido todos estos años.

¿Y a la parte de aficionados que independientemente de lo que digas te seguirán criticando?

— Esto no lo puedo controlar ni cambiar. Cada uno es libre de opinar. Al final, a mí solo me importa lo que piensa mi familia y las personas que tengo cerca.

Todo el mundo se esperaba que este fuera tu último año en Badalona, pero nadie sabía que estaba decidido. ¿Cómo has gestionado emocionalmente este secreto a voces que iba circulando cada semana, siendo tú el protagonista de este serial tan confidencial? 

— Esto me ha hecho focalizar todavía más en el baloncesto. Me quería centrar en acabar de la mejor manera posible mi etapa en Badalona, intentando ayudar al equipo a ganar al máximo. Sinceramente, durante la temporada no pensaba en esto, puesto que en todo momento me he sentido jugador de la Penya. Era mi deber y tenía la cabeza en Badalona. Los rumores me entraban por una oreja y me salían por la otra.

¿Por qué ha habido tanto secretismo en este acuerdo? Se podría haber anunciado antes de empezar la temporada...

— Las dos partes decidimos que era lo mejor. Cada uno se quería focalizar con su respectiva temporada y queríamos hacerlo oficial una vez acabara todo.

Siendo uno de los referentes del equipo, durante muchos partidos eres de los últimos en entrar en la rotación. ¿Aceptabas este rol? 

— Me adapté desde el comienzo, puesto que hace años que tengo asignado este rol. Para mí es más importante acabar los partidos que empezarlos. Uno siempre quiere más, pero al final estas decisiones son del entrenador.

¿Qué paso adelante esperas dar en Valencia?

— Estoy trabajando para llegar a la pretemporada al 100%. Quiero aprovechar todas las oportunidades que me den, ayudar al equipo siempre que lo necesite y competir al máximo tanto en los entrenamientos como en los partidos. Espero poder ayudar al equipo a ganar partidos, que es lo más importante. También tengo ganas de conocer a mis nuevos compañeros y aprender de ellos.

La plantilla todavía se tiene que confeccionar, pero, de momento, ¿cómo ves al equipo?

— Como bien dices, todavía se tiene que acabar de perfilar. Valencia es uno de los tres mejores equipos de España y cada año tienen una plantilla diseñada para competir los títulos. La temporada pasada ya tenían una plantilla larga y competitiva, así que espero que los nuevos fichajes podamos seguir con la línea ascendente de estos últimos años. Tengo muchas ganas que llegue ya la pretemporada.

Si el Valencia se hubiera clasificado para la Euroliga, esta próxima temporada habrías disputado la máxima competición. ¿Te veías preparado?

— Sí, pero tampoco depende de mí. Me lo tomo como una motivación para intentar luchar para estar el año que viene. Tendremos que luchar por un título importante somo es la Eurocup. Quiero seguir creciendo como jugador y, si nos lo merecemos, ojalá podamos jugar la Euroliga la próxima temporada, que precisamente es uno de mis objetivos desde que era un niño pequeño.

¿Qué objetivos te pones llegado a este punto de tu carrera?

— Siempre es importante crecer como jugador porque soy consciente de que todavía me queda mucho para mejorar, pero en estos momentos solo pienso en ganar y en sentirme un jugador importante dentro de un equipo ganador.

¿Te ves retirándote en la Penya?

— No se sabe nunca hacia dónde pueden llevar los caminos. Ahora no puedo pararme a pensar en qué pasará dentro de quince años, puesto que en estos momentos estoy solo focalizado en hacer una nueva temporada con el Valencia. No te sabría decir si los caminos se volverán a cruzar, es una conversación que tendríamos que tener más adelante.

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