Menos placentero y menos frecuente: así impactan las redes en el sexo de los adolescentes
El fácil acceso a la pornografía y la falta de educación sexual llevan a un aumento de problemas sexuales entre los jóvenes
BanyolesEl sexo tiene beneficios físicos, mentales y emocionales, pero las disfunciones sexuales de los jóvenes llenan, actualmente, las consultas de los especialistas. La falta de educación sexual, redes sociales y pornografía están configurando la sexualidad de los adolescentes. Los sexólogos alertan de que los jóvenes han tomado como referente la pornografía, y concretamente la mainstream, la del modelo coitocentrista y la que erotiza la violencia. Las redes sociales propician, también, un aislamiento, que deriva en una disminución de su actividad sexual e, incluso, al tener relaciones sexuales menos placenteras. ¿De dónde viene el problema? “Partimos de la base de que históricamente la sexualidad siempre ha sido un tema tabú. No se habla abiertamente de masturbarse ni tocarse, sobre todo en el ámbito femenino”, lamenta la matrona Sílvia Molina, directora de Espai Mares. El primer paso, a su juicio, es el autoconocimiento. “Si no conozco bien mi sexualidad, si no me he tocado o no me he mirado nunca la vulva, cuando empiezo una relación con otra persona parece como si tuviera que llegar el príncipe azul, que sabe qué y cómo me gusta, cuando uno mismo no tiene ni idea. Para que una relación sexual funcione uno debe saber cómo se siente y con qué disfruta, si no creeremos que todo debe ser maravilloso, como en las películas: que te tocan y ya tienes el orgasmo, cuando el objetivo de la relación no debería ser únicamente el orgasmo y tampoco deberíamos frustrarnos si no lo conseguimos o si tarda en llegar”.
En la escuela o en el núcleo familiar, mayoritariamente, la educación sexual que se explica está enfocada más en la parte reproductiva y no tanto en cómo obtener placer en la relación sexual. Maria González ha constatado como responsable del área comunitaria de la asociación de derechos sexuales y reproductivos del Centro Joven de Atención a las Sexualidades de Barcelona que “los jóvenes tienen muchas ganas de informarse, conocer alternativas y saber de qué forma practicar la sexualidad”. Durante el 2022 se realizaron 7.658 visitas presenciales y 6.306 atenciones no presenciales. Un año en el que, precisamente, aquí detectaron que el inicio de relaciones coitales se situaba en los 16,7 años, aunque los estudios hablan de los 13-14 años, en promedio. "Que los jóvenes tengan sexo a una edad más temprana es un mito. A menudo detectamos inseguridades y inquietudes en las primeras relaciones fruto de esta falta de acceso a la información y al conocimiento fiable, lo que puede llevar al retraso de edad en la que empiezan a tener relaciones sexuales”, asegura González.
La sexóloga y doctora en psicología Emma Ribas aclara que lo que ocurre es que “las nuevas tecnologías generan una adicción y, por consiguiente, un aislamiento que hace que los adolescentes no desarrollen habilidades para conectar con el otro". Aparte de tener "una percepción distorsionada de lo que es la sexualidad”, añade la también autora de Mindfulsex (Ed. Plataforma). Las diferencias de género que se representan en la pornografía mainstream, de hecho, son abismales: el hombre es visto como sujeto y la mujer como objeto. “La falta de deseo y consentimiento de la mujer es sexualmente excitante. Su no no tiene ningún valor porque, aunque diga que no al principio, después termina accediendo a los deseos del hombre y le acaba gustando. El hombre puede tener relaciones sexuales con una mujer que siente repulsa, asco, indiferencia y malestar emocional. La violencia contra las mujeres, en forma de humillación, violencia física y violencia sexual, es válida para excitarse y masturbarse, aunque no sea legal”, precisa Anna Sàlvia, psicóloga especialista en salud y educación sexual.
El acceso a la pornografía se sitúa, actualmente, en la frontera de los doce años y, en ocasiones, incluso a los ocho, admite Ribas. Según esta experta, hoy en día la media de edad en la que los adolescentes comienzan a tener relaciones sexuales es a los 13-14 años, más bien de lo que detectaron en el Centro Joven de Atención a las Sexualidades de Barcelona. Por tanto, también existe esta otra realidad: “Se ha avanzado la edad del primer contacto sexual en comparación con hace un tiempo”.
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¿Qué preguntan los jóvenes?
Las dudas que plantean los jóvenes son "muy básicas", apunta Laia Sala, psicóloga especializada en infancia y adolescencia en Adolescents.cat. En el consultorio de este portal se recogen preguntas sobre cómo conseguir más placer o darle más a la pareja pero también otras del estilo "Me pongo de cuatro patas y noto dolor", "Se me cansa la vagina después de quince minutos de penetración", "No me entra todo el pene dentro de la boca" o "Cómo puedo hacerlo para tener más saliva". "Es aquí donde vemos que el modelo de sexualidad que tienen proviene de la pornografía que han visto", admite Sala.
Ante esto, dan orientación. “Les hablamos sobre todo de conectar con el propio cuerpo, de hacer lo que quieres. En cualquier momento puedes decir no y cambiar de práctica sexual si no te hace sentir bien”, ejemplifica. “La pornografía no tiene interés en que sientas placer, sino que busca que la consumas. Contiene estímulos visuales adictivos cada vez más agresivos”, expone. Una ficción que afecta a la identidad sexual. "Y la autoimagen, porque muchos de los cuerpos son perfectos", comenta Sala, que añade que "ahora todo va con un like, y cuando ves a una persona que te gusta a la realidad te das cuenta de que es muy diferente a la imagen que ha dado en las redes”.
Construyendo la sexualidad
Es precisamente en la juventud cuando se desarrolla la sexualidad, y muchos adolescentes prueban experiencias distintas para encontrar lo que más les satisface. “Es inherente al ser humano buscar nuevas aventuras, y está bien que ocurra, siempre que sean consensuadas y en un contexto de protección de la salud. Cuando un joven identifica qué le gusta y qué le genera bienestar, entonces aquello queda asentado en la adultez y de mayor tiene menos problemas para llegar al orgasmo o para sentir placer y bienestar”, afirma la doctora Jésica Obercie, ginecóloga de Dexeus Dona, que destaca que “el vínculo sexoafectivo es la clave en una relación sexual”.
Esta especialista en ginecología infantil-juvenil lamenta, sin embargo, que “demasiado a menudo los adolescentes acuden a la consulta médica sólo cuando se encuentran mal”. Y, en realidad, existen infecciones de riesgo de transmisión sexual que no dan señales. Las que más se detectan entre la población joven son la clamidia, seguida de la gonorrea, y, en menor medida, la sífilis. “Muchas son enfermedades silenciosas, que no dan síntomas o que tienen síntomas inespecíficos. Por eso es tan importante hacerse revisiones periódicas”, detalla. El mismo silencio se cierne también sobre la educación sexual y, cada vez más, hace llenar las consultas de especialistas de jóvenes con trastornos. "Desconocen sus cuerpos y quieren reproducir modelos que no son saludables", asevera Ribas. Esta sexóloga y doctora en psicología propone una nueva perspectiva que revoluciona la sexualidad convencional: "De forma plena y consciente, amando a tu cuerpo, para poder disfrutar así de una manera auténtica y profunda del placer de las relaciones sexuales".
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