BarcelonaExiste cierta alarma social sobre la precocidad en las relaciones sexuales entre los jóvenes. La psicóloga especializada en sexualidad y relaciones Sílvia Catalán asegura que no son tan precoces como la gente imagina: “Es cierto que siempre hay gente precoz, pero la mayoría en cuarto de ESO aún no han empezado a tener relaciones sexuales con penetración”. Explica que no existe una edad ideal para tener las primeras relaciones, y que tampoco es necesario que se comparen con el resto, sencillamente deberían hacerlo cuando quieran.
Esto es lo que hizo Julia (20) cuando tenía 17 años. “Tenía claro que no haría nada que no quisiera aunque me daba un poco de miedo por los típicos mitos, sobre todo por si me dolería”. Cree que quizás ese miedo hizo que esperara un poco más. Cuando llegó el momento, no lo planificaron con su novio y estaban relativamente tranquilos: “No la recuerdo como una noche espectacular, pero fue bonica”, reconoce. Antes no había hablado mucho con sus hermanos ni con el resto de la familia sobre cómo podía ser la primera vez, pero sí lo había hablado con sus amigas. Ninguna de ellas había tenido una experiencia buenísima y todas coincidían en que las siguientes siempre eran mejores. Quizá por eso le daba un poco de miedo, aunque no le preocupaba.
Hablar de sexo en familia
La sexualidad debe trabajarse progresivamente de manera natural desde la infancia e ir adaptando a la edad del niño. Desde que son pequeños hay que dejarles claro que cada uno manda sobre su propio cuerpo, hablarles de las partes del cuerpo, de cuáles son íntimas y sólo pueden tocarlas ellos o los padres en momentos de higiene… La doctora Berta Aznar, maestra en educación primaria y psicóloga, profesora e investigador en la FPCE Blanquerna-URL propone hablar del tema con naturalidad. Pueden ser conversaciones sin necesidad de sentarse expresamente, porque puede resultar incómodo. “La sexualidad es un área importante de nuestra vida, debe poder comprenderse, expresarse y tener cierto control sobre ella. Por eso debe normalizarse sin banalizarla”, afirma.
En casa de Ariadna (16) sus padres habían hablado con ella de posibles relaciones sexuales, pero sin entrar en detalles. En cambio, sí lo había comentado con su hermana mayor y con el grupo de amigas: “Lo que sabía era por las experiencias que ellas me habían contado y por lo que había visto en las películas. Entre una y otra cosa te haces una idea de cómo puede ser”.
Históricamente, los talleres sobre sexualidad se realizaban desde cuarto de ESO hasta segundo de bachillerato, pero últimamente se empieza en primero de ESO. Para saber qué preocupa a los jóvenes, la psicóloga Catalán les pide que apunten de forma anónima preguntas sobre los temas que quieren conocer. Las preguntas suelen ser las mismas: las chicas quieren saber si sentirán dolor o sangrarán, los chicos cómo pueden dar placer a las chicas o qué deberían hacer para aguantar cómo los actores porno, y unos y otros preguntan por cómo se hace la primera vez. La mayoría de dudas son sobre relaciones heterosexuales, aunque hay alguna sobre cómo tienen relaciones dos chicas, cómo se hace el sexo oral o sobre la penetración anal.
La influencia del porno
Ariadna dice convencida que las primeras veces están sobrevaloradas, que es una experiencia más: “Si se le diera menos bombo y platillo la gente hablaría más y todo el mundo estaría más tranquilo”. Tiene buen recuerdo de la primera relación sexual. Fue cuando tenía 15 años con un chico que ya tenía experiencia, un detalle que le ayudaba a estar más relajada. Admite que la primera vez no suele ser la mejor, pero valora más tener confianza con el otro para hablar e intentar disfrutarlo.
Sergi (17) coincide con Ariadna en que la primera vez está sobrevalorada, seguramente por la influencia del porno y porque la gente habla mucho. Dice que después de esa vez es más fácil: "Una vez lo has hecho, ya está, ahora puedo estar con alguien aunque haga un par de días que nos conocemos". Hace un año habría agradecido saber que no es necesario seguir ningún vídeo, que estar con alguien es mucho más natural que lo que muestra la pornografía. La pornografía, consumida por más del 90% de los menores de 18 años, no representa realmente lo que es la sexualidad, el sexo, ni el acto sexual. “Hay que desnormalizar, muestra una sexualidad absolutamente androcéntrica, basada en el coito y no en el placer, sobre todo de la mujer. Aunque pueda resultar incómodo, los adultos tienen la obligación de hablar con sus hijos adolescentes sobre muchos de los mitos del porno”, propone la doctora Aznar.
Deseo y hacer lo que sientes
Cuando llega la pubertad y la adolescencia habría que mantener conversaciones más específicas sobre sexualidad y relaciones sexuales, que sean conscientes de que lo más importante es su deseo: “Digo deseo y no consentimiento porque el consentimiento puede estar viciado por necesidades económicas o el consumo de sustancias tóxicas”, apunta. Hay que hablarles de la empatía hacia el otro, pedir permiso, asegurarse de que ambos disfrutan, sobre todo las chicas. Los datos demuestran que las chicas suelen ceder algunas veces sin que haya deseo. Aznar recuerda que hay que dejarles claro que es importante que ellas se sientan preparadas y marquen los límites; es importante lo que ellas sienten. A los chicos también hay que hablarles de respeto, escuchar, deseo y consentimiento para que pueda ser una relación sexual sana, saludable y basada en el disfrute de las dos personas.
El pasado verano Sergi (17) tuvo su primera relación sexual con su pareja. Reconoce estar nervioso pero no preocupado. Hacía tiempo que se conocían y llevaban un mes saliendo. Habían hablado de ello, pero tampoco lo habían planeado: “Surgió. Tenía ganas y tenía confianza con ella. Me pareció más que suficiente para salir adelante”.
Gisela (29) también lo hizo cuando lo sintió. Guarda muy buen recuerdo de sus primeras relaciones sexuales. Tanto de la primera vez con un chico, que tenía 16, como con una chica, a los 18. A los 16 era la primera experiencia sexual para ambos, el típico amor de verano que se reencuentran cada año. Quizás hubiera preferido que no se estrenaran los dos: para ella, la experiencia es un grado, cree que las cosas pueden ser más fáciles, aunque si el otro es generoso, atento y buena persona, seguro que funciona. Insiste en que la comunicación es esencial: "Lo intentas, experimentas y lo salvas como puedes", comenta. La primera vez con una chica fue muy diferente que con el chico: "Aún sabes menos qué hacer, cuando buscas encuentras poca información que se ajuste a la realidad". Para ella lo más importante es que amaban e intentaron pasárselo bien.
Las ideas básicas
Para los jóvenes
1. No es una competición. El porno no debe acondicionar ni debe ser un referente, haz lo que te apetezca.
2. Las experiencias sexuales no determinan quién eres ni tu valía.
3. Calma y tranquilidad, si no puede llegar la frustración y el dolor. Si hubiera dolor, para, habrá muchas más oportunidades.
Para las familias
La psicóloga, sexóloga y feminista Elena Crespi Asensio recomienda una comunicación fluida con sus hijos, hablar con naturalidad de las relaciones sexoafectivas para facilitar que puedan tener una vida sexual sana y saludable.
1. Háblalos con normalidad de las relaciones sexuales, desde que son pequeños, adaptando el mensaje a su edad. No esperes que tengan una determinada edad para sentarse y hablar de ello.
2. Aprovecha cualquier excusa –noticias, series, películas– para hablar con naturalidad de las relaciones sexoafectivas y preguntarles qué les parece o qué piensan.
3. Cuando hable de la reproducción, explícales que no todos los juegos de relaciones sexuales sirven para tener criaturas ni se hacen con esta finalidad.
4. Deja claro que siempre que quieran podrán hablar contigo. Recuerda que si lo hacen tendrás que estar a la altura, tendrás que estar preparado para lo que puedan explicarte y tendrás que respetar su intimidad.
5. Déjales claro que pase lo que pase siempre estarás y los apoyarás. Si ofreces soporte debes respetarlos tanto si te lo cuentan como si no.
Libros de cabecera
Habla con ellos de sexualidad , de Elena Crespi e ilustraciones de Elisenda Soler (Lunwerg Editores, 2019). La herramienta perfecta para acompañar a las nuevas generaciones para que puedan vivir una vida sexual plena.
La regla mola (si sabes cómo funciona) , de Cristina Torrón (Menstruita) y Anna Salvia (Penguin Llibres, 2020). Libro ilustrado que explica la regla de forma directa y divertida para vivir estos cambios con confianza.
El semen mola: pero necesitas saber cómo funciona , de Cristina Torrón (Menstruita) y Anna Salvia (Penguin Llibres, 2022). Un libro para hablar del despertar sexual de los chicos rompiendo tabúes.
¡Basta! Guía de autodefensa feminista para adolescentes (y más…) , de Marion Le Muzic (Editorial Litera, 2022). Herramientas para que las adolescentes se sientan más libres y seguras.