Por qué Rosalía está en contra del cultivo del salmón, y El Prat de Llobregat lo sabe

El Prat de LlobregatLa Granja de la Ricarda, de El Prat de Llobregat, es el escenario del combate que protagonizan las cantantes Björk y Rosalía en el videoclip de la canción Oral, que anuncia desde el inicio que todos los beneficios recaudados de la canción irán destinados a la lucha contra el cultivo del salmón en jaulas flotantes en Islandia. Según dicen las artistas, el cultivo provoca que la fauna y la flora de los fiordos se esté estropeando. La canción termina con la indicación deuna página web, en la que se puede encontrar más información sobre las piscifactorías del salmón, un debate intenso dentro del mundo de la pesca, que pone en el ojo del huracán el sistema de captura de los peces, el pienso con el que se alimentan y los precios posteriores con los que se vende en los mercados.

En El Prat de Llobregat el concejal de Promoción de la Ciudad, Quim Bartolomé, revela que fue la directora del videoclip, Carlota Guerrero, quien se puso en contacto con el Ayuntamiento a través de la oficina dedicada a rodajes, llamada Prat Film Office. “Somos de las tres poblaciones de Catalunya que acogen más rodajes de películas; las otras ciudades son Barcelona, ​​en primer lugar, y Terrassa”. El caso es que Guerrero conoció el espacio de la Granja de la Ricarda y contactó con él para verla. "Enseguida le gustó porque era lo que buscaba", dice el concejal. La lucha de artes marciales entre las dos cantantes se representa, con inteligencia artificial, en medio de la Granja, que antiguamente había sido una de las vaquerías más modernas e importantes del país, tanto por las instalaciones con técnicas higiénicas (uso de baldosa en las paredes y en el techo) como por la forma en que estaban estabuladas las vacas, con espacio entre unas y otras, porque la Granja era (y es) de grandes dimensiones. Curiosamente, las dos cantantes bailan y cantan en medio de la vaquería, donde antiguamente iban a parar el estiércol de las vacas porque el suelo estaba inclinado, y desde donde se encontraban las vacas, en los laterales, hasta el centro, la pendiente permitía que purines y heces se escuelan por los espacios dispuestos del centro.

Justamente, en este mismo espacio, desde hoy hasta el domingo, tiene lugar la Feria Avícola de El Prat de Llobregat, en la que se exhibirá el pollo y el capó de raza de pata azul de El Prat, con denominación protegida y con indicación geográfica protegida. Tanto el concejal de Promoción de la Ciudad como el alcalde, Lluís Mijoler Martínez, recuerdan que ambas protecciones fueron pioneras. Ahora bien, también añaden que el futuro del pata azul es incierto en la población. Rodeada de industrias y de instalaciones de servicios como el propio aeropuerto, la cría del pata azul casi puede decirse que está en manos del Ayuntamiento, que ha creado una entidad municipal para garantizar su crianza y haya durante todo el año.

"Los criadores más jóvenes que se dedican al pata azul tienen ochenta años, y no tienen relieve, de ahí que el Ayuntamiento haya intervenido con una fundación que pretende crear iniciativas para la cría", explica Bartolomé. Una de las ideas con las que trabajan es el del padrinazgo. Ser padrino de un pata azul supondrá hacerte cargo del coste de la alimentación del ave en la granja, y al cabo de los meses, alrededor del año, tenerlo sacrificado para cocinarlo. “La idea sabemos que quizás causará controversia porque yo mismo en casa tuve uno pequeño, todos nos encariñamos, y cuando tocó comérselo nadie de casa quiso corte; sólo el padre”, recuerda el alcalde de El Prat de Llobregat.

50 ediciones de la Feria Avícola del Prat de Llobregat

En la Granja de la Ricarda se podrá contemplar el pollo pata azul y también la exposición 50 ferias: ¡por muchos años, potablaves!, que da a conocer la historia y curiosidades de la feria y su protagonista, el pollo de pata azul. Tales como que el pata azul se llegó a criar en el Río de la Plata y que el primer concurso lo organizó la Mancomunidad en 1920. O que la Granja de la Ricarda es propiedad de Aena, la empresa gestionadora de los aeropuertos 'Estado, que la desmontó de su emplazamiento natural, porque tocaba a la ampliación del aeropuerto, y la trasladó piedra por piedra al emplazamiento actual, en la carretera de la playa de El Prat de Llobregat.