Salud

La vitamina D: por qué es importante

Fundamental para la salud de los huesos y el metabolismo del calcio y los fosfatos, la conocida como ‘vitamina del sol’ proviene de la exposición de la piel al sol y, una pequeña parte, de la ingesta de alimentos ricos en grasas como el pescado azul, la yema de huevo, el queso o la leche

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Este agosto se cumplen cien años del descubrimiento de las vitaminas A y B por parte de Elmer McCollum y Marguerite Davis. Estos bioquímicos norteamericanos también describieron en la revista Journal of Biological Chemistry otro elemento que “favorecía el depósito de calcio” y que acabarían denominando vitamina D. “Todas las vitaminas tienen su importancia y la D no es una excepción. Ayuda al organismo a absorber el calcio y a prevenir la osteoporosis y ahora parece que tiene un papel relevante en la hipertensión, el cáncer, la diabetes o el sistema inmunitario. Ahora bien, todas estas enfermedades no solo dependen de la vitamina D. No es milagrosa, también tienen que funcionar otras cosas”, asegura Eulàlia Vidal Garcia, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la URL y experta en nutrición.

La asimilación de la vitamina D se produce por síntesis cutánea gracias a la radiación solar y la mayoría de las personas pueden cubrir sus necesidades tomando el sol y siguiendo una dieta equilibrada. “Somos un país que vemos el sol prácticamente cada día. Solo yendo un poco destapados de las manos y la cara, y siguiendo una dieta saludable, tendríamos que tener suficiente. La vitamina D se disuelve solo con grasa, por eso se recomienda incluir en la dieta pescado azul como el salmón o el atún, yema de huevo, queso, leche, y algunos hongos como los champiñones y otras setas”, comenta Vidal Garcia. 

El sol y la dieta pueden no ser suficientes en determinadas poblaciones que habitan en zonas con poca insolación o presentan factores de riesgo como una edad avanzada. Pero el déficit de vitamina D solo lo puede determinar un médico y no se puede corregir con el autoconsumo de suplementos. “Se tiene que vigilar mucho, porque ahora parece que todo el mundo tiene déficit de vitamina D y lo que pasa es que hace unos años los niveles en sangre los determinábamos alrededor de 30 ng/ml y ahora han pasado a 20”, dice Vidal Garcia, que asegura que la mayoría de la población, si toma el sol y sigue una dieta equilibrada, no tiene que tener falta de esta vitamina.

“Hay personas que se toman la vitamina D como si fueran caramelos y antes de hacerlo te lo tendría que recetar un médico. Es una de las vitaminas que la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) recomienda que no se supere cierta cantidad, porque con esta tendencia actual de que todos tenemos déficit, que la vitamina D es milagrosa y que la puedo comprar donde quiera, es importante saber que cuenta con unos niveles máximos que no se pueden superar”, alerta Vidal Garcia.

Aun así, la diversidad de causas, como por ejemplo la dieta y el tipo de piel, hace que los resultados sean dispares en todo el planeta y no estén vinculados solo a la situación geográfica y la luz solar recibimiento.

Déficit de vitamina

Hay razones muy diferentes para tener en cuenta que podrían causar

  • Falta de exposición solar y uso de protectores solares. A partir de un factor de protección 8 ya no se sintetiza en la piel.
  • Ingesta pobre de alimentos ricos en vitamina D, como el pescado azul, algunas setas y los lácteos, entre otros.
  • Medicamentos como los corticoides, los antirretrovirales, los antifúngicos y los anticonvulsivos.
  • Disminución de la síntesis cutánea vinculada a la edad y a la piel morena o negra.
  • Problemas de salud que disminuyen su absorción, como la enfermedad celiaca, la de Crohn, la obesidad por secuestro de la vitamina en el tejido adiposo o la insuficiencia renal por pérdida de la vitamina por orina.

Según un estudio realizado por un gran equipo internacional del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam publicado en la revista European Journal of Endocrinology, el déficit de vitamina D es común en Europa y en Oriente Medio.

Debido a un alto consumo de suplementos de vitamina D, se da menos en el norte de Europa (menos de un 2% de la población) que en Europa occidental, del este y del sur (entre un 30 y un 60%). Y es muy elevado en Oriente Medio, donde afecta casi al 80% de los ciudadanos. Menos de un 10% de los europeos tienen un déficit grave.

Fuente: Instituto Nacional de Salud de EE.UU., Universidad de Manchester, Escuela de Medicina de Harvard, PubMed y Etselquemenges.cat

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