Adiós a la Liga. Anoche el Barça fue mejor que el Madrid pero volvió a perder sin merecerlo. Ya pasó en la primera vuelta. Al igual que en el partido de ida, gol del Barça a los cinco minutos y gol definitivo de Bellingham (3-2) en el minuto 90. Esta Liga la ganará el Real de Ancelotti porque ha sido el más regular y el Barça se ha puesto tarde. Sin embargo, el gol fantasma anulado ayer en Lamine Yamal pasará a la historia de los robos. La Liga no se ha perdido por las dos derrotas ante el Madrid ni por los dos clamorosos errores de João Cancelo de ayer. La Liga se ha escapado, por ejemplo, no ganando ninguno de los dos enfrentamientos ante el Granada, un equipo que lleva días pie y medio en Segunda. ¿Temporada en blanco? Sí. Xavi, el más culé de todos, ha tenido una semana trágica y Laporta se queda sin paraguas. Sin embargo, ésta no es una temporada perdida. Xavi ha apostado por Lamine Yamal, Cubarsí y Fermín, que son tres cracks que quisiera cualquier equipo del mundo.
1. Adiós a la Champions. El Barça, cuando tenía todo de cara, cayó eliminado en cuartos de final porque un gran PSG hizo algo insólito: remontar una eliminatoria habiendo perdido en casa el partido de ida. La excusa culé es la expulsión de Araujo en el minuto 30, una roja tan justa que incluso Ter Stegen y el propio uruguayo admitieron que, si era falta, era tarjeta roja. Y era falta. Ahora todo el mundo dice que el Barça, con un hombre menos y dos goles a favor, debía haberse cerrado atrás, como hizo el Madrid en el campo del City. Qué fácil es decir, ahora, que había que poner el autocar en la portería y defender con uñas y dientes. Sea cual fuese el resultado, las castañas a Xavi resonarían por Catalunya, por haber traicionado al maldito ADN que tanto engaña al Barça. De nuevo, se constata que el ADN del Madrid es ganar, como sea, mientras que a los catalanes nos pierde la estética.
2. Adiós al Mundial de Clubes. Con el Barça fuera de la Champions, automáticamente también ha quedado fuera del Mundial de Clubs, que se jugará en Estados Unidos en el verano del 2025. Que en esta primera edición el Barça no esté entre los 32 equipos clasificados es una vergüenza. Que haya 12 equipos europeos (entre ellos el Salzburgo, por ejemplo) y el Barça quede fuera es un cuidado de humildad deportiva y un varapalo económico. No ingresar los 50 millones de euros que podría reportar esta competición es, como están las arcas del club, un descalabro. El golpe en la imagen del Barça es consecuencia de haber descendido algunos escalones en el ranking por la condena de haber jugado dos años seguidos en la Europa League. La desorientación en la gestión, basada en el pecho y cojones, ha hecho que Laporta, en tres años, haya contratado a 24 jugadores, haya invertido 296 millones en fichajes... y que ahora tengamos que contagiarnos a Luis Enrique y Dembélé para que la temporada no acabe con catástrofe absoluta. Es decir, con la decimoquinta Champions para el Madrid.
3. ¿Y el Girona? ¡En Europa! Es una de las sorpresas más maravillosas de la élite del fútbol mundial. A falta de seis jornadas para acabar la Liga, ya se ha clasificado para jugar competición europea la próxima temporada. Y tan sólo es cuestión de dos o tres semanas que certifique que jugará la próxima Champions, un gigantesco éxito, fuera de todo pronóstico, que es la gran hazaña deportiva del año. ¿Cómo lo han hecho? Con una buena política de fichajes, con el apoyo del City Group y sobre todo con un gran entrenador. Míchel hace jugar a sus futbolistas con confianza, sin complejos y sin cadenas. Fútbol vertical, solidaridad en el campo, obsesión por el gol, espectáculo a raudales y mucha hambre. A veces, en el fútbol no hace falta pensar tanto. Complicarse menos la vida lo hace a menudo todo más fácil.