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Inicio esperanzador de la era Biden

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l president electe Joe Biden  i Jill Biden  amb el vicepresident electe Kamala Harris (R) arriben al Front Est del Capitoli dels Estats Units per a la seva cerimònia d'investidura com el 46è President dels Estats Units

BarcelonaParecía imposible pero finalmente ha llegado el día en el que hemos visto a Donald Trump abandonando la Casa Blanca y a su sucesor, Joe Biden, tomando posesión y haciendo un discurso dentro de las coordenadas de lo que se supone que son los valores democráticos de los Estados Unidos. Biden tuvo que recordar muchas obviedades que estos cuatro años habían sido olvidadas: por ejemplo, que un presidente lo tiene que ser de todos los ciudadanos, no solo de aquellos que lo han votado; que los líderes tienen una responsabilidad ante la verdad ("la mentira tiene que ser derrotada"), y que su misión tiene que ser unir y no dividir. "La democracia americana ha sido puesta a prueba, pero se ha impuesto", dijo el nuevo presidente recordando las escalofriantes imágenes del asalto al Capitolio de hace solo dos semanas.

A continuación, Biden firmó 17 órdenes ejecutivas que dan la vuelta a muchas de las políticas de la anterior administración, y algunas de ellas son especialmente significativas. El regreso de los Estados Unidos a la OMS y al Acuerdo de París contra el cambio climático representa el retorno al multilateralismo de los foros internacionales y cerrar la página del aislacionismo. La parada de la construcción del muro de México y la derogación de la ley que impide la entrada de migrantes de países musulmanes es un claro gesto de cara a las minorías y al multiculturalismo. Y la ampliación del uso obligatorio de la mascarilla significa volver a poner la ciencia al centro de las políticas de salud y dejar atrás el negacionismo de su predecesor. Estas primeras decisiones dibujan un futuro esperanzador de la presidencia de Biden y tienen el objetivo de volver a situar a los Estados Unidos en el centro del tablero geoestratégico mundial. "Tenemos que guiar al mundo no con el ejemplo de nuestro poder sino con el poder de nuestro ejemplo", dijo el nuevo presidente.

Es evidente que los Estados Unidos tienen sus intereses y políticas que van más allá del color del inquilino de la Casa Blanca (no se esperan cambios en la política respecto al Próximo Oriente, por ejemplo), pero es mucho mejor que los defienda en una mesa de negociación que no a través del chantaje y la relación bilateral, como pretendía Trump. La Unión Europea tiene ahora una oportunidad de oro para recuperar una relación privilegiada con los Estados Unidos, con quien comparte más valores que con, por ejemplo, la otra gran superpotencia, China.

El gran reto del tándem Joe Biden - Kamala Harris, sin embargo, no será en el exterior sino en el interior, puesto que heredan un país profundamente dividido y en medio de una grave crisis sanitaria y económica. Solo después de superar las heridas que deja abiertas el trumpismo podrán los Estados Unidos recuperar su posición de liderazgo mundial. Este fue el mensaje principal de Biden en su discurso. "Tenemos que acabar con esta guerra incivil", enfatizó apelando a la bondad y a la empatía con quien piensa diferente. Vistas con ojos europeos pueden parecer unas palabras moralizantes, pero viniendo de donde venimos, ayer sonaron a música celestial.

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