

He tomado el título del nuevo libro de Llibert Ferri, periodista y gran conocedor de Rusia, de Europa del Este y de lo que fue (y dejó de ser) la Unión Soviética. Putin ens observa es un título inquietante y clarividente para un libro que hace un relato de la situación en la que se encuentran Europa y Occidente, desde 2021 hasta el día de hoy, a consecuencia de las políticas, decisiones y actuaciones del dictador ruso: así lo llama Ferri, poco amigo de eufemismos (como dejaba claro en su artículo de este domingo, sobre el actual fascismo). Lo hace a través de una selección de artículos publicados en este diario, que el autor amplía y actualiza con comentarios hechos a la luz de la evolución de la guerra de Ucrania, encaramados a modo de capítulos, que lo convierten en una lectura de gran interés.
La matraca constante de Trump y su gobierno hace que en ocasiones perdamos de vista que la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la guerra consiguiente representan la peor crisis que ha tenido que enfrentar la OTAN desde la Guerra Fría, y también la amenaza más fuerte que ha recibido Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La masacre de este domingo en la ciudad ucraniana de Sumi, con un bombardeo ruso contra la población civil, es un recordatorio sangriento firmado por el propio Putin. Que la matanza ocurriera un Domingo de Ramos, cuando las víctimas se dirigían a las funciones religiosas propias del día, tampoco es casualidad. Es como decir: "Vuestro Dios no os puede salvar, pero yo sí os puedo matar".
Una forma sádica de mesianismo, cuando justamente el mesianismo es una de las claves para comprender cierta identidad colectiva rusa. La idea del redentor que quita o perdona la vida en nombre de un bien más alto, que es la patria, se repite en los regímenes de los zares y bolcheviques, y ahora en el de Putin. En palabras de la escritora Sofi Oksanen: "Una identidad patriótica, militarista y misógina que ha tomado elementos del imperialismo zarista y del pasado soviético. Un marco mental en el que la clave es el apoyo incondicional al régimen". Ferri cita estas palabras de Oksanen y a continuación recuerda la novela Corazón de perro, de Mijaíl Bulgákov (autor de una de las grandes novelas rusas del siglo XX, El Maestro y Margarita), en la que un experimento con los órganos sexuales de un perro faldero y el cuerpo de un criminal sirve de caricatura del bolchevismo: el miedo y el servilismo extremos de gran parte de la población son el fundamento del poder, y así también sucede con Putin.
El episodio de la emboscada contra Zelenski en el Despacho Oval por parte de Trump y su repulsivo vicepresidente Vance da la idea de cómo los tentáculos de Putin se han alargado, con una Casa Blanca convertida en una terminal receptiva a sus intereses. En Europa mismo, el grupo Patriotas por Europa –con Orbán, Salvini, Le Pen y Vox– es, como dice Ferri, el caballo de Troya de Putin en las instituciones europeas. Queda siempre el ejemplo, alto y exigente, de Aleksei Navalni, asesinado por Putin en una de las cárceles más duras de Rusia, y de todos aquellos que no se doblan frente al fascismo.