Según la última encuesta de usos lingüísticos realizada por el departamento de Cultura de la Generalidad de Cataluña, con datos de 2015, el 36,4% de los alguereses saben hablar fluidamente el catalán, si no se pide esta fluidez la cifra alcanza el 50,5% y el 88,2% la entienden. Un 24,1% la tienen como primera lengua y un 18,5% como lengua habitual, pero el gran problema es la ruptura de la transmisión de la lengua entre generaciones. De hecho, la clave es la lengua de uso con sus hijos: sólo el 10,3% de las personas de más de 65 hablan sobre todo en alguerés a sus hijos, lo que evidencia que esta generación ya cambió el idioma, pero es que de los padres entre 18 y 44 años sólo un 3,6% hablan principalmente en catalán a sus hijos. En ambas franjas, un 9% habla sobre todo en italiano pero también incorpora de algún modo el catalán.
El último intento por sacar el catalán de la UCI a Alguer
Paso adelante con un cambio en los documentos públicos y en el nombre de la ciudad de Alguer, que cuenta con la versión catalana como oficial y preferente

BarcelonaLa situación del catalán es compleja en Alguer, donde sólo es la primera lengua de una cuarta parte de la población, la entiende el 88%, pero la transmisión a los hijos de hoy no llega al 4%, según la última encuesta de usos lingüísticos, del año 2015. catalanes, en un territorio entonces gobernado por la Corona de Aragón. El alcalde, Raimondo Cacciotto, ha dado un paso adelante este febrero para que el nombre de la ciudad en catalán sea oficial y preferente, pero también tiene un plan que entrará en vigor el próximo curso escolar para que la lengua llegue a las escuelas. De hecho, 400 padres han solicitado ya el aprendizaje del catalán.
La ciudad de 42.000 habitantes que lleva la bandera al escudo ya tiene el nombre en primera instancia en catalán, de modo que oficialmente es, pues, Ciudad de Alguer - Città de l'Alguero. Pero los cambios no acaban aquí, sino que los documentos públicos y todos los títulos de la cartelería del ayuntamiento y de los actos serán primero en catalán. "El servicio, por ejemplo, primero será «obras públicas» y después «opere pubbliche», para dar visibilidad al idioma. El primer impacto que tú tienes es éste", recalca en el ARA Giovanni Chessa, responsable del Oficio Lingüístico Municipal. Precisamente, esta oficina, que lleva a cabo "un amplio programa de sensibilización y valorización del catalán de Alguer", trabaja por el fomento de la lengua, también en la administración, además de difundir la tarea ciotto aseguró que quiere "incrementar el uso de la lengua, que es un interés general".
Y aquí entra la escuela. La ley de Cerdeña del 2018 sobre las lenguas regionales abre la puerta a incorporarlas a la enseñanza –ahora el catalán no está, sólo algunos maestros incorporan al alguerés de forma voluntaria en materias como música–, pero el propio Chessa sostiene que de entrada ha sido "un poco difícil de aplicar". Para que entre como asignatura en la enseñanza, el síndico ha realizado un proyecto didáctico con expertos: "Para que se pueda enseñar dos vueltas a la semana", dice. Éste es el objetivo, pero con una visión realista de cara a septiembre –teniendo presente el número de maestros– ultiman como prueba piloto, "para empezar, una hora de alguerés a la semana como asignatura regular con un programa definido" para llegar "al menos a una clase a la semana de cada curso de elemental, que abarca de los 5 a los 10 años". "Hay mucha demanda, ya que 400 muchachos el pasado año ya pidieron la lección en alguerés en un cuestionario escolar", explica, y el consistorio se ha esforzado en "la certificación de nuevos maestros" con el título de C1. La voluntad es "que los pequeños puedan hablar alguerés e italiano" y que la lengua llegue a todos los cursos.
Impulso del catalán
"Cada día muere una persona que habla catalán y nace una persona que habla italiano", describe el delegado de Plataforma por la Lengua en la ciudad, Mauro Mulas. "Pero todavía estamos en tiempo para mantener alguerés vivo, aunque es difícil volver a los años 50 cuando le hablaba más del 90%", añade. Según relata, "es normal oír a una persona de 60 años hablar catalán", pero quiere "oír a los jóvenes". Y es que detalla que desde los años 60 existe un proceso de sustitución lingüística pronunciado y, por eso, la organización intenta tejer recetas para "acercar la parte más joven al catalán" como el concurso CantAlguer para "estimular a cantautores alguereses a emplear el catalán" –con el premio de la edición de un disco–, además de llevar el catalán a la escuela con proyectos lúdicos y música. La entidad, que colabora con la histórica Obra Cultural de Alguer, forma parte de la Consulta Cívica, que agrupa a una docena de organizaciones catalanistas que han trabajado con instituciones y les ha entregado una guía para el fomento del catalán desde las instituciones con los carteles y la toponimia –que ahora el consistorio ha adoptado–, hasta la escuela.
El propio Chessa ve que "hay un renovado interés, pese a la transmisión intergeneracional interrumpida", y explica su caso: "Mis padres hablaban en alguerés entre ellos, pero a mí en italiano". Oyó el catalán como lengua familiar, pero se aferró a él como compromiso. Un caso distinto es el de Marcel Farinelli, alguerés emigrado a Barcelona, donde ejerce de profesor: "Mi familia es toda italianohablante, pero la he aprendido por voluntad, por amistades del barrio, con familias del continente y otras de Alguer. Con un amigo hablaba alguerés, así lo aprendí, en la calle", sostiene. Farinelli añade que los cambios a favor del catalán pasan "porque hay un interés que está creciendo", de forma "transversal", y que lo nota desde que se instaló la Oficina de la Generalitat en Alguer en el 2004 y se reactivaron los vuelos directos –en verano–. Asimismo, apunta que "analizado desde aquí [Cataluña] puede parecer poco, pero decisiones como la oficialidad del nombre de la ciudad son importantes". Sobre la enseñanza, pese a los "problemas técnicos" para aplicarlo del todo, recalca que es relevante que "la mayoría quiere la lengua" y que "muchos de los padres favorables no son de origen alguerés, sino que vienen del continente [la península Itálica]". Por su parte, Mulas comenta que también observa este resurgimiento y que ha acogido las novedades "con satisfacción": "Pero hay que hacer muchas más cosas, porque la situación es de fragilidad", dice.