Cinco claves para una investidura incierta

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Pedro Sánchez a su llegada al Congreso de los Diputados

BarcelonaPedro Sánchez sumó el jueves un capítulo más en el ya extensísimo catálogo de votaciones agónicas superadas que conforman su manual de resistencia. Ahora bien, tras la fotografía de esta semana no existe todavía la promesa de una investidura. El jueves, en el Congreso, lo único que se repartieron son los billetes para el viaje que comienza ahora, el de una negociación que debe llevar a Sánchez a conservar la Moncloa o a la repetición de elecciones. La jornada, eso sí, permitió observar cinco claves que serán decisivas para el desenlace de la partida. Las analizamos.

Junts quiere jugar la partida

La noticia más relevante de la semana es que definitivamente Junts quiere jugar la partida. Tras flirtear en campaña con la idea de bloquear el Congreso, los de Carles Puigdemont decidieron en primera instancia permitir arrancar la legislatura y mantener en su poder la clave que les dio el 23-J. Lo hicieron, eso sí, arrancando a Sánchez la petición para que el catalán sea oficial en Europa, que es a la vez una medalla y un test. Lo que ocurra el 19 de septiembre en el Consejo de la UE determinará el futuro de las negociaciones entre Junts y un PSOE que, de entrada, ya ha tenido que aceptar a Carles Puigdemont como interlocutor.

La paradoja de Esquerra

El paso de Junts conlleva una paradoja para Esquerra, que ve como el marco de la negociación que lleva años pregonando se impone pero que, en cambio, son los junteros los que sacan los principales réditos en este primer compás de la legislatura. La entrada de los de Jordi Turull en las negociaciones obliga a los republicanos a reubicarse, ya que no quieren que parezca que sus votos valen menos. De ahí el aviso de última hora al PSOE el miércoles por la noche. Pero el problema para los de Oriol Junqueras es triple. Por un lado, que su apoyo al PSOE en la pasada legislatura les hace aparecer ya como parte del bloque de Sánchez, mientras que Junts es novedad. Por otro, que a diferencia de JxCat, la inmensa mayoría de su electorado sí acepta la premisa de que hay que evitar como sea un gobierno PP-Vox. Además, frente a los malos resultados del 28-M y el 23-J, los republicanos son los menos interesados en una repetición electoral.

El equilibrio canario

La otra clave de la jornada llegó desde Coalición Canaria (CC). Los canarios son la válvula que añade o quita presión al PSOE, ya que con su voto pueden hacer que en una votación el PSOE tenga suficiente con la abstención de Junts o que, por el contrario, necesite su voto afirmativo. De momento, el jueves la diputada de CC se situó del lado del PP.

El suplicio de Feijóo

El movimiento canario fue prácticamente la única buena noticia que tuvo el jueves un Alberto Núñez Feijóo que tiene por delante un suplicio. Aunque quiere intentar ser investido, no tiene opciones reales y corre el riesgo de aparecer como más solo y más débil frente a la opinión pública. Así, la única escapatoria que le queda es esperar a que Sánchez fracase y él tenga una nueva oportunidad en una repetición electoral. Sin embargo, ya hay voces dentro del PP que dudan de que pueda ser él el candidato si es necesario volver a las urnas.

El vía crucis de Sánchez

¿Y Pedro Sánchez? Ha logrado para empezar agrupar una mayoría absoluta, pero el camino que le espera también puede ser un vía crucis. Incluso en el caso de que acabara consiguiendo el voto favorable de Junts i Esquerra a la investidura –lo que de entrada no parece ni mucho menos fácil teniendo en cuenta que sobre la mesa están la amnistía y el referéndum–, la legislatura sería profundamente inestable, puesto que necesitaría poner de acuerdo en cada ley y cada votación un montón de partidos con intereses confrontados. La votación del jueves ya evidenció que ERC y Junts se miran de reojo, pero también que el PNV y Bildu compiten. Y más con las elecciones vascas en la esquina. Y eso por no hablar de las diferentes sensibilidades de Sumar, que todavía no han empezado a aflorar pero que prometen hacerse ver en cada debate decisivo.

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