¿Qué debe responder Ábalos al Supremo?
El exministro de Transportes declara como investigado entre acusaciones de Aldama y después de que la Guardia Civil le atribuyera un "papel principal" en la trama
Madrid"No puedo terminar mi carrera política y mi trayectoria como un corrupto cuando soy inocente". Así defendió José Luis Ábalos hace nueve meses y medio la suya decisión de resistir las presiones del PSOE y de no dimitir. Desde entonces, los indicios de la investigación sobre la trama de corrupción en las adjudicaciones de contratos de mascarillas durante la pandemia, conocida como caso Koldo o Ábalos, han ido acorralando cada vez más al exministro de Transportes, que este jueves a las 10 comparece ante el Tribunal Supremo como investigado. La Guardia Civil, en un informe que provocó que el alto tribunal abriera una causa contra él, le atribuyó un "papel principal" y describió cómo presuntamente se habría beneficiado de las ganancias que sacaba irregularmente esa "organización criminal". El comisionista Víctor de Aldama, otro de los principales investigados, también disparó contra él. Sin embargo, Ábalos mantiene que es inocente.
Hoy el diputado en el Congreso del grupo mixto, una vez expulsado del socialista, dará explicaciones sobre estas acusaciones ante Leopoldo Puente, el magistrado que le investiga en el alto tribunal, que ha asumido la causa contra él por el hecho de que es aforado. "Tengo ganas de declarar", dijo Ábalos este miércoles a la salida de la cámara baja. El ex ministro de Transportes acude voluntariamente. Aunque pidió un aplazamiento para estudiar toda la documentación, finalmente aceptó la fecha propuesta por Puente porque éste no le dio opción a modificarla. En una conversación con periodistas el día previo a la declaración, Ábalos aseguró que será "muy sencillo" para él "desmontar" lo que tilda de "mentiras". "No hay ninguna irregularidad en nada de contrataciones", "no hay solidez de las acusaciones" y la denuncia responde a una "venganza". Éste es el relato que esgrimió y que previsiblemente repetirá en sede judicial. Como investigado, no está obligado a decir la verdad, a diferencia de los testigos.
Algunas de las incógnitas que deberá aclarar es hasta qué punto se lucró por estas presuntas irregularidades y cuál era su relación con Aldama. Según Ábalos, no tenía relación directa y, por mucho que admite que colaboró con Transports, alega que se fió "de muchas personas" en su etapa como ministro, que acabó abruptamente en el 2021. El diputado en el Congreso ya se vio obligado a dar algunas explicaciones sobre estos agujeros negros en el Senado, en la comisión de investigación creada por el PP, donde puso en duda que haya existido la trama. "Que resuelva la justicia", dijo, cuando aún no estaba investigado ni había tantas informaciones sobre su presunto papel. Entonces el principal señalado era su exasesor Koldo García.
El chalet, el piso del amante y los contratos "preadjudicados"
Según la Guardia Civil, mientras Koldo recibía pagos en metálico –10.000 euros al mes en efectivo–, Ábalos se beneficiaba de otros privilegios. Concretamente, el exministro habría disfrutado del uso de un chalet en Cádiz –que una sociedad "ubicada en la esfera de control de Aldama" compró por 526.500 euros–. Cuando dejó de ser ministro, se le habría desalojado. Durante su etapa en el ministerio de Transportes, la trama también habría sufragado el coste del alquiler de un piso en Madrid –aportando más de 80.000 euros– para una mujer llamada Jessica, que estaba "vinculada de forma muy personal a Ábalos ".
Aldama, en su declaración también voluntaria en la Audiencia Nacional, antes de que el Supremo se apropiara también de la parte de la investigación sobre el comisionista, añadió más acusaciones. Según el comisionista, sí hizo pagos en efectivo a Ábalos a través de García. Sólo por la trama de las mascarillas le habría pagado 250.000 euros, a los que habría que sumar más por otros conceptos, aparte de otros favores. Aldama aseguró haber presenciado entregas de dinero al exministro. Posteriormente, en la documentación que entregó al Supremo reveló que habría pactado con él un piso de 1,9 millones de euros a cambio de contratos "preadjudicados" a constructoras.
Según el comisionista, el acuerdo era que Ábalos adquiriría un inmueble propiedad de Aldama como "garantía" del cumplimiento del "compromiso" por parte de "determinadas constructoras" de "abonar comisiones, si resultaban adjudicatarias de determinados contratos públicos, preadjudicados, es decir, decididos antes de su licitación". No llegó a concretarse. De hecho, Ábalos ha defendido que rompió el contrato del piso, por el que dice que iba a pagar un alquiler, cuando vio que ya estaba ocupado. Desde el Palacio de la Moncloa no ponen la mano al fuego por Ábalos por mucho que desconfían de Aldama y sostienen que esta trama, en todo caso, termina en el exministro y no tiene más ramificaciones que les puedan afectar.