Puigdemont anuncia que dejará la política si no es presidente

El candidato de Junts para el 12-M asegura que volverá a Catalunya el día de la investidura aunque no gane las elecciones

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Puigdemont durante el acto de firma del acuerdo de coalición para el 12M.

BarcelonaCarles Puigdemont volverá a toda costa a Catalunya por el debate de investidura posterior al 12-M. Lo hará tanto si gana las elecciones y tiene opciones de ser investido presidente como si no gana, y en ambos casos su intención es participar en el debate en el Parlament, según ha asegurado este martes en una entrevista en RAC1 desde Perpiñán, la primera desde que anunció su candidatura. Entonces, en un gran acto en Elna, prometió que volvería si tenía una mayoría para "restituir" su presidencia de la Generalitat, una apuesta que ahora ha decidido subir, ya que también ha anunciado que si no puede ser presidente dejará la política. "En absoluto me veo de ninguna de la oposición [...]. No puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la presidencia", ha afirmado. Y es que cree que tendría "poco sentido" volver al Parlament para "controlar" a otro presidente o marcharse a "calentar una silla" en el Senado. Tampoco prevé terminar en el consejo de administración de una gran empresa.

En todo caso, su regreso no será antes de la aprobación definitiva de la amnistía, prevista para finales de mayo. El expresidente de la Generalitat y eurodiputado, que se acaba de trasladar a la Catalunya Nord para encarar la campaña de las catalanas, cree que la vuelta debe producirse fuera del contexto electoral para que tenga "sentido institucional", una tesis que liga con la que vertebra su candidatura: que las elecciones del 12-M deben servir para restituirlo como presidente . "No puede ser un acto de provocación o una gamberrada", ha dicho, y ha puesto como ejemplo lo que supondría atravesar la frontera para hacerse "una selfie en Figueres".

Con el convencimiento de que los tribunales harán manos y mangas para intentar impedir la aplicación de la amnistía, Puigdemont también ha afirmado que está "absolutamente convencido" de que su citación en el Tribunal Supremo en junio por el caso Tsunami quedará en "papel mojado" cuando entre en vigor la ley en mayo.

Rechazo del cara a cara con Aragonés: "Hay que trabajar codo con codo"

A la espera de que TV3 y Catalunya Ràdio se pronuncien sobre si aceptan la propuesta de Junts de celebrar el debate en Perpiñán, se deshincha la posibilidad de un debate a tres, con Pere Aragonès y Salvador Illa, o un debate a dos con el presidente de la Generalitat. Puigdemont rechazó ambas opciones: la primera, porque cree que tendría "poca relevancia"; la segunda, porque considera que con Aragonès tiene que trabajar "brazo a brazo", no debatir "cara a cara". Por el contrario, se ha ofrecido para debatir con el presidente español, Pedro Sánchez, o incluso con él y el jefe de filas del PP, Alberto Núñez Feijóo "para hablar de las cuestiones que afectan a la vida de los catalanes" con quien tiene "capacidad de tomar decisiones". "Tendría mucho más sentido", dijo, y aseguró que durante la negociación de la investidura llegó a "acordar" con Sánchez un encuentro en Bruselas o Estrasburgo que no se produjo.

El portazo de Puigdemont a un cara a cara con Aragonès ha hecho saltar a la vicepresidenta del Govern, Laura Vilagrà: "Quien no quiera debatir es probablemente porque no tiene las propuestas para ponerlas sobre la mesa", ha dicho. en declaraciones este martes. Desde TV3, Aragonès ha vuelto a reiterar su disponibilidad para hacer un cara a cara a Perpiñán y ha reprochado a Junts haber señalado a Esquerra para apostar por la vía de la negociación a la que Puigdemont se ha acabado sumando. "Cuando han tenido la oportunidad de desempeñar un papel en la negociación, han cambiado de criterio", ha añadido.

¿Los votos de Aliança Catalana?

Sea como fuere, una de las incógnitas de las elecciones es si el independentismo revalidará la mayoría en el Parlament y si el cuarto espacio tendrá alguna incidencia. Puigdemont ha insistido en que quiere ganar las elecciones "para reconstruir" la mayoría independentista de octubre de 2017, precisamente cuando hay récord en las urnas de candidaturas partidarias del estado propio, con hasta siete papeletas. Una es la de Aliança Catalana, la formación de extrema derecha de Silvia Orriols, de la que el candidato de Junts ha evitado rechazar los votos para ser investido presidente. "Es una cuestión que ahora no nos hemos planteado", se limitó a decir. Aparte, Puigdemont ha admitido su desacuerdo con el proyecto de Clara Ponsatí y Jordi Graupera –A la vez–, muy crítica con el expresidente. De hecho, ha recordado que Ponsatí no ha dimitido como eurodiputada de Junts pese a presentarse con otra candidatura y se ha mostrado decepcionado con su actitud.

El PSC critica su "personalismo"

Al PSC no han gustado las palabras de Puigdemont, a las que ya hace tiempo que acusan de caer en "lógicas personalistas" y ancladas en el pasado. Hoy ha vuelto a insistir la número 2 socialista, Lluïsa Moret, quien ha reivindicado los "proyectos colectivos" frente a liderazgos como el del candidato de Junts. El propio Isla explicó la semana pasada que no mantiene ningún tipo de contacto con Puigdemont –sí tiene con Junts como partido–. "Soy hombre de proyectos colectivos, no de liderazgos mesiánicos", dijo. Al otro lado, el PP catalán vuelve a marcar distancias con Junts, a los que Feijóo tendió la mano para ser investido. En un coloquio en Madrid, Alejandro Fernández reiteró que tiene "muy claro" que no tiene "nada que hablar con prófugos golpistas". "Es de Barrio Sésamo [...]. Lo que tenemos enfrente es gente nacionalpopulista con un discurso supremacista", ha dicho.

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