Crónica

Una gala televisada para el estreno de la legislatura

La constitución de la cámara tiene un punto de primer día de escuela, con reencuentros, nuevos alumnos y un interminable ir pasando lista

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Gerard Pruna
2 min
Meritxell Serret se abraza con Carme Forcadell, a las puertas del Parlamento  de Cataluña

Con un punto de suspenso y los nervios de cuando un sobre con los premiados de los Oscar no se acaba de abrir, Laura Borràs ha sido escogida este viernes presidenta del Parlament. Ha sido el punto álgido de una jornada que ha tenido un punto de gala televisada, puesto que las restricciones de aforo por el covid-19 han llevado a la cámara catalana a hacer al principio una retransmisión más propia de una entrega de premios, con planos detallados de los diputados llegando al Parlament mientras los fotógrafos los retrataban desde unas carpas ante el edificio.

Roger Torrent en su último día. Clic. La futura presidenta, Laura Borràs, equipada con una mascarilla con versos de Joan Margarit. Clic. Meritxell Serret apenas llegada del exilio. Clic. Clic. Clic. Clic. La llegada de la ex consellera es, de largo, el momento más emotivo. Los diputados independentistas salen a recibirla. Se acaban más de tres años sin verse y se acaban también las distancias de seguridad. Abrazos a diestro y siniestro hasta que llega el turno de la consellera de Salud, Alba Vergés, que, prudente ante tanto fotógrafo, estira el codo.

Hay siempre en los plenos de constitución del Parlament una atmósfera de primer día de escuela. Hoy no es la excepción. Hay alegría por el reencuentro con antiguos compañeros y curiosidad ante los alumnos nuevos, once de los cuales –hijos del auge de la ultraderecha– llegan hoy hasta las puertas del Parc de la Ciutadella acompañados de su padre orgulloso, Santiago Abascal. Hay también expectativa por el nuevo curso que empieza, buenos propósitos y ese interminable ritual de ir pasando lista una y otra vez mientras se votan los lugares de la mesa.

Los diputados de Vox llegando al Parlament

A pesar de que es día de estreno e incluso se ha improvisado un hemiciclo nuevo –menos aterciopelado y fastuoso– en el Auditori de la cámara, hay hilos de continuidad con el pasado, como la camiseta que los cuperos –y no solo ellos– se van pasando de legislatura en legislatura o el hecho de que el primero en pedir la palabra sea, claro, Carlos Carrizosa.

Como abajo no cabe todo el mundo, los miembros del Govern que no son diputados y los ex presidents de la Generalitat y del Parlament lo miran todo desde una sala del piso de arriba. Una especie de sala del VAR, que el realizador pincha cuando Ernest Maragall o Laura Borràs hacen referencia a ella, y desde la que Quim Torra reclama rearbitrar la decisión de la mesa de edad de no permitir el voto de Lluís Puig. No lo consigue, pero a cambio sí puede bajar al hemiciclo a felicitar a Borràs una vez acabado el discurso de la presidenta y una vez cantado Els segadors. Muchos diputados ya no lo verán. Hay prisa para acabar la gala y estrenar la legislatura.

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