¿Qué es lo que el PSOE no cumple con Junts?
Las principales espinas clavadas son la amnistía, el catalán en Europa y el traspaso de inmigración

Carles Puigdemont rompió las negociaciones con el PSOE el pasado viernes y reclamó una reunión "urgente" en Suiza que, de momento, se celebró en Bélgica esta misma semana, cuando ambos partidos han vuelto a sentarse juntosLos resultados no han llegado, como ha evidenciado el rechazo de Junts a los decretos que debía convalidar el gobierno español, y los junteros alertan de riesgo de ruptura definitiva con los socialistas por incumplimientos de los acuerdos. integral de las competencias de inmigración, la aplicación de la ley de amnistía por parte de la justicia y la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
El traspaso de las competencias de inmigración no es un compromiso contraído para la investidura del presidente español, sino que se logró como contrapartida en las negociaciones para convalidar unos decretos en enero de 2024. Se acordó redactar una ley orgánica a lo largo del año, pero al llegar el 1 de enero las conversaciones seguían atascadas y ahora sigue habiendo desacuerdos en materias como la gestión de fronteras o los flujos y permisos de trabajo.
De hecho, este jueves ha vuelto el choque con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que recalcó hace unos días que las negociaciones estaban "muy avanzadas" pero que seguía habiendo la línea roja de las fronteras. Así, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha conminado este mismo jueves a destituir al ministro si no se pone "en su sitio". La opinión entre los dirigentes junteros es que lo que se acuerda en Suiza ante un mediador internacional no acaba teniendo los efectos deseados cuando se traslada a la Moncloa.
Català
La oficialidad del catalán en la Unión Europea ha sido un asunto fundamental para Junts, que se pactó en las negociaciones para elegir a Francina Armengol como presidenta del Congreso La "garantía" llegó cuando el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, envió una petición formal en la que pedía la oficialidad a la secretaria general del Consejo de la Unión Europea el mismo 17 de agosto España también tuvo la oportunidad en la presidencia de turno de la UE de ir introduciendo esta petición en el pleno del Consejo, pero la oficialidad no se aprobó y con las demás presidencias de turno el asunto ha quedado atascado, aunque Albares sostiene que sigue trabajando para obtener la necesaria unanimidad de los países para conseguirlo. A diferencia de lo que ocurre con Marlaska, del ministro de Exteriores no tienen ninguna queja, pero en Junts existe la sensación de que el gobierno español no ha jugado todas sus cartas para conseguir que el catalán sea lengua oficial de la UE.
Amnistía
La amnistía es la yema del huevo del acuerdo de Bruselas. Es uno de los acuerdos que más inquietan a Junts, viendo que la rebeldía judicial ha impedido la amnistía a los gobernantes condenados por el Proceso ya los exiliados, además de decenas de activistas –el informe de Òmnium difundido este jueves evidencia que sólo se ha aplicado al 39% de los casos–. Por eso, desde Junts incluso se reclamó que la Fiscalía actuara en contra de los jueces que se han negado a aplicar la ley, como los del Tribunal Supremo.
En todo caso, el propio Puigdemont y otros dirigentes junteros como Turull han ido insistiendo en que lo que puede y debería hacer el ejecutivo estatal es aplicar una "amnistía política", entendida como reconocimiento de su figura, ya que ni Pedro Sánchez ni Salvador Illa se han reunido todavía, a pesar de la predisposición que expresaron verbalmente los dos gobernantes socialistas. "Me están tratando al igual que el Supremo, como un presunto delincuente", llegó a decir el expresidente en una entrevista en TV3.
Reconocimiento nacional
El mismo espíritu del acuerdo es el que está en cuestión, a juicio de los junteros. El texto del acuerdo del 2023 con el PSOE habla de los dos "ámbitos permanentes" en los que debe haber avances: "la superación de déficits y limitaciones del autogobierno" y el "reconocimiento nacional de Catalunya". Y añade que todo debe servir para resolver el problema territorial, "un conflicto que sólo la política en democracia puede canalizar para buscar una solución, dado que, seis años después, la cuestión de fondo sigue sin resolverse". Una visión que han denunciado que contradicen las palabras y los hechos del ejecutivo español y el Gobierno, pero no las conversaciones en Suiza.
Así, el documento deja clara la apuesta por la negociación con un mediador "internacional" que acude a los encuentros en Suiza. El único punto problemático del pacto para Junts es que recoge que "estos acuerdos deben responder a las demandas mayoritarias del Parlament de Catalunya", una cámara que en estos momentos no tiene mayoría independentista aunque los junteros tienen el arma del acondicionamiento del gobierno estatal. También se hace referencia a otras cuestiones, como que "se abordarán los elementos esenciales de un plan para facilitar y promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación en otros territorios" –i, por eso, desde Junts consideran que el mérito del retorno del Banco Sabadell no se le pueden atribuir los socialistas– y "la ampliación de la participación directa de Catalunya en las instituciones europeas", y se hace constar los pareceres divergentes en materia de financiación, donde Junts reclama el concierto económico.