Puigdemont aleja el apoyo a los presupuestos del Estado y no descarta elecciones
Avisa que vetar el debate sobre la cuestión de confianza en el Congreso tendría "consecuencias irreversibles"
![Entrevista de TV3 en Carles Puigdemont.](https://static1.ara.cat/clip/4bfa4167-fa0c-4e30-9e39-043dbccb8ce1_16-9-aspect-ratio_default_0.png)
MadridLa relación entre el PSOE y Junts no va bien. Éste es el mensaje que el expresidente y líder de los junteros, Carles Puigdemont, ha querido dar este martes en una entrevista en TV3 con la periodista Ariadna Oltra, en la que ha alejado la aprobación de los presupuestos del Estado del 2025 y no ha descartado un escenario de nuevas elecciones españolas. "No podemos ni negociar los presupuestos", ha dicho al ser preguntado sobre la estabilidad del gobierno español. Argumenta que no se han cumplido parte de los compromisos de investidura un año después del acuerdo entre Junts y el PSOE y que tampoco se ha completado la ejecución de las cuentas anteriores. "La liquidación de 2023 es una de las peores", lamentó, y dijo que, en cambio, en Madrid alcanzó el "112%". "No existen las razones para renovar la confianza. Puedo hacer la lista muy larga, desde la amnistía hasta el catalán", ha añadido.
En este sentido, Puigdemont no ha descartado ningún escenario, tampoco un adelanto electoral, aunque ha admitido que no depende de él. "Les veo capaces de aguantar no habiendo ganado las elecciones ni teniendo presupuestos ni medidas políticas que den sentido a la legislatura", dijo, dejando entrever que él no haría lo mismo si se encontrara en el sitio de Sánchez. Por ello, ha instado al gobierno español a mover ficha, tanto en la delegación "integral" de competencias de la Generalitat en materia de inmigración como en la amnistía, que ha denunciado que no se ha aplicado pese a la ley aprobada en el Congreso de los Diputados. "Estoy aquí", ha dicho, recordando que todavía existe el exilio. En su opinión, el gobierno español podría hacer mucho más en relación con esta cuestión: no sólo denunciando la no aplicación por parte del Tribunal Supremo de la norma, sino también promoviendo una "amnistía política".
¿Qué significa esto? Para Puigdemont existe una carencia de reconocimiento a su figura cuando ni el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ni el presidente español, Pedro Sánchez, se prestan a reunirse con él. "Me están tratando al igual que el Supremo, como un presunto delincuente", ha afirmado, además de recordar que también le podrían otorgar la seguridad (los escoltas) que le corresponde como expresidente de la Generalitat. Así, no avanzó si ha habido contactos para que esto cambie, ya que Sánchez abrió la puerta a encontrarse con Puigdemont (como ya había hecho el año pasado, de hecho) durante la copa de Navidad con los periodistas en la Moncloa.
Lo que sí ha explicitado es que ya ha hablado con el nuevo presidente de ERC, Oriol Junqueras, para reunirse pronto una vez ya es oficial que vuelve a dirigir el partido. "Mucha gente nos recuerda que en el 2017 ya estábamos, pero también había un tal Pedro Sánchez dirigiendo al PSOE que nadie le dice que debería apartarse", ha sentenciado.
"Consecuencias irreversibles"
La clave que puede cambiarlo todo es el debate sobre la cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados. Junts ha presentado una iniciativa para que se discuta en el pleno, con el objetivo de que la cámara española pida a Sánchez que vuelva a renovar la confianza del hemiciclo. El presidente español ya ha descartado, pero Puigdemont reclama que, al menos, se discuta la conveniencia de su propuesta en la cámara española. ¿Y si esto no ocurre? "Las consecuencias serán irreversibles", ha dicho de forma contundente el expresidente.
Este mismo martes la mesa del Congreso ha preferido aplazar el debate sobre la iniciativa de Junts. El órgano de gobierno de la cámara baja se ha encontrado con un informe de servicios jurídicos sobre la mesa que dejaba todas las opciones abiertas: validaba que se pudiera llevar al pleno esta proposición no de ley de la formación independentista, por lo que una hipotética decisión de no admitirla a trámite sería básicamente política. Y no jurídica.
El dilema de los socialistas es que si impiden el debate de la iniciativa juntera se puede complicar mucho la legislatura y, si la aceptan, abrirían la puerta a un revés del Congreso en Sánchez, ya que Junts probablemente lograría el apoyo del PP y Vox. "La cuestión de confianza está regulada en la Constitución y únicamente puede presentarla el presidente. Cualquier otra iniciativa tendrá una finalidad que deberá decir el grupo que la presente", ha dicho el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en rueda de prensa posterior en el consejo de ministros. La portavoz de la Moncloa, Pilar Alegría, ha añadido que una cuestión de confianza "no tiene lugar" en este momento.
A dos bandas en Madrid
Mientras, Junts sigue poniendo de manifiesto que no quiere formar parte de ningún bloque en el Congreso, sino que varía en función de sus intereses. Se ha vuelto a constatar en la jornada de hoy. Si bien en septiembre tumbó de entrada la iniciativa del Sindicato de Alquiladoras sobre los alquileres de temporada, este martes ha avalado que se tramite otra propuesta similar presentada por ERC, Sumar, EH Bildu, BNG y Podemos, que ha contado con 176 votos favorables. Ahora bien, el propio Puigdemont ha dicho que querrán introducir cambios durante la tramitación.
En paralelo, en la cámara alta se han votado enmiendas al paquete fiscal del ejecutivo del Estado. Junts ha optado por abstenerse a todas las de los populares –que solo quedarán aprobadas si le da luz verde el Congreso el jueves– y el PP, a su vez, ha avalado algunas de Junts. Por ejemplo, una que incluye la rebaja del IVA al 4% de la leche fermentada –en los yogures– para favorecer a empresas como La Fageda. Pero el PSOE también ha votado a favor. Además, también se ha aprobado una propuesta de los junteros para introducir exenciones fiscales en los clubs deportivos no profesionales para la contratación de entrenadores y monitores de personas menores de 18 años. La legislatura, un año después de la elección de Sánchez, vuelve a tambalear sin una mayoría estable.