Los contagiados de entre 50 y 69 años se duplican en solo una semana

La mitad de la población de 60 años no ha recibido todavía la segunda dosis

La campaña de vacunación móvil se hará en autobuses y camiones
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BarcelonaEl boom de contagios entre los jóvenes ha desbocado la transmisión del covid a todas las franjas de edad y ya está causando las primeras víctimas colaterales en algunos grupos de edad vulnerables. La incidencia del virus entre la población mayor de 50 años se ha duplicado en solo una semana, la mayoría entre no vacunados o que todavía no han recibido la segunda dosis y no están inmunizados del todo, según el departamento de Salud. En la franja que va de los 50 a los 59 años, Catalunya ha pasado de registrar 47 casos por cada 100.000 habitantes el 30 de junio a los 114 contagios actuales. En el mismo periodo de tiempo, en la de los 60 a los 69 años, la tasa ha crecido de los 46 contagios por cada 100.000 habitantes hasta los 103.

Aunque el incremento es evidente en las dos franjas de edad, los sexagenarios son los que más preocupan a las autoridades sanitarias por su vulnerabilidad ante la infección: a partir de estas edades los sistemas inmunitarios empiezan a ser más débiles y no responden igual de bien a las vacunas y, en caso de infección, tienen más riesgo de ingresar en un hospital y sufrir un covid severo. Desgraciadamente, sin embargo, este es el grupo que más está tardando en vacunarse.

Su inmunización empezó el marzo pasado, pero buena parte de ellos todavía no tienen la pauta completa: solo el 62,6% de las personas de entre 60 y 65 años y el 51% de los que tienen entre 66 y 69 años han recibido la segunda dosis y se considera que están completamente vacunados. Los motivos que explican por qué este proceso se está alargando tanto en esta franja son, por un lado, los continuos cambios de criterio sobre qué vacuna tenía que recibir –hasta hace unas semanas solo se les administraba AstraZeneca– y, por otro, las modificaciones del periodo de tiempo que hay que dejar entre dosis.

En un primer momento, se siguió la ficha técnica del preparado anglo-sueco y se esperó las 12 semanas fijadas por el laboratorio. Con la amenaza de la variante delta, sin embargo, el ministerio de Sanidad autorizó a las comunidades autónomas a reducir este espaciamiento hasta las 10 semanas y ahora, como máximo, el departamento de Salud ha decidido inocularlas en la octava semana desde la primera dosis.

Estos obstáculos han entorpecido la inmunización de uno de los colectivos más vulnerables a la hospitalización en caso de contagio y los efectos de este freno empiezan a materializarse en forma de ingreso en las unidades de cuidados intensivos (UCI): la mayoría de pacientes ingresados en las UCI son personas de entre 40 años (que hace menos de un mes que empezaron a vacunarse) y 69 años. Buena parte de los casos corresponden a personas no vacunadas, pero también hay unos pocos casos entre personas con la pauta completa de vacunación, indica el conseller de Salud, Josep Maria Argimon.

Altamente eficaces

“Se tiene que tener muy claro que las vacunas contra el covid son excelentes también contra la variante delta y como prueba tenemos la evidente reducción de defunciones y hospitalizaciones pese a la explosión de casos de las últimas semanas. Ahora bien, a partir de los 65 años los sistemas inmunitarios pueden responder peor a los estímulos de las vacunas, como también pasa con las personas con enfermedades graves como el cáncer o los immunodeprimidos”, explica la immunóloga Gemma Moncunill, investigadora al Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal). 

La experta señala, sin embargo, que cumplir la pauta de vacunación es esencial para proteger la población. Las vacunas no tienen un efecto directo e inmediato sobre el sistema inmunitario, sino que lo estimulan de forma indirecta. En las pautas de doble dosis, como en tres de las cuatro vacunas contra el covid, la primera suele denominarse de “memoria", porque tiene un efecto limitado y los anticuerpos bajan a medida que pasa el tiempo, mientras que la segunda recibe el nombre de “refuerzo o recordatorio”, porque hace que estas defensas vuelvan a subir y que se estabilicen en niveles más elevados. 

Recientemente, un estudio elaborado en Israel, donde la campaña de vacunación se ha basado exclusivamente en la inoculación de Pfizer y donde la variante delta ya es predominante, ha rebajado los datos de efectividad de la vacuna: los resultados preliminares señalan que sería de un 64% frente al 94% inicial en el caso de prevenir infecciones y enfermedades sintomáticas, pero continúa siendo altamente eficaz (93%) para evitar las infecciones graves y, por lo tanto, las hospitalizaciones, los ingresos en la UCI y las defunciones.

En efecto, todas las vacunas autorizadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en sus siglas en inglés) –Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen– son eficaces para evitar las consecuencias graves del covid. La vacunación completa con Pfizer y Moderna evita el contagio en un 90% de los casos graves, los síntomas en un 95% de los casos y la hospitalización y la muerte en un 99% de los casos. En cuanto a AstraZeneca, con dos dosis se evita el desarrollo de la enfermedad en un 85% de los casos y los ingresos y las muertes en un 99% de los casos.

El conseller de Salud también ha dejado claro que las vacunas son muy efectivas, pero que no son infalibles; es decir, no protegen a todo el mundo al mismo nivel. De hecho, se estima que un 10% de los vacunados podrían no desarrollar inmunidad y, por lo tanto, podrían ser susceptibles a sufrir síntomas en caso de contagiarse o, incluso, de enfermar de forma severa. Cuanto más crezca la transmisión del covid, más aumenta el riesgo de que estas personas sufran cuadros graves si se infectan. "Por eso, para evitar que este porcentaje de gente que no responde bien acabe muy enfermo, nos tenemos que vacunar todos", concluye Moncunill.

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