Una de cada cuatro catalanas de la generación Z se identifica como no heterosexual
Una investigación de la UPF apunta a que la ideología izquierdista genera más identificación bisexual u homosexual entre chicas que entre chicos


BarcelonaMás del 25% de las chicas –una de cada cuatro– de la generación Z [nacidas entre 1997 y 2012] se identifican como no heterosexuales. El porcentaje dobla la forma en que se identifican las hermanas mayores, las millennials, y también se distancia respecto a sus compañeros hombres, que muestran una orientación sexual más normativa. El dato se extrae de una investigación de la investigadora de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF) Maria Rodó-Zárate y Joel Cantó Roche, doctorando de la canadiense Universidad de Toronto que, a partir de dos encuestas oficiales a 4.000 jóvenes catalanas de ambas generaciones, ha analizado cómo entre los años 2017 y 2017. Así, "cada vez más jóvenes optan por identificaciones menos rígidas, y se alejan de etiquetas fijas como gay o lesbiana", apuntan los autores del estudio, mientras que adoptan "posiciones más abiertas, como la bisexualidad u otras formas de diversidad sexual".
Rodó-Zàrate admite que los resultados confirman lo que ya intuían con las búsquedas de calidad previas y demuestran "las diferencias ideológicas" entre hombres y mujeres de una misma generación. En cambio, las respuestas son muy parecidas cuando se distingue entre el grado de educación, la clase social, la origen. más que la identificación se nota una "manera de vivir la sexualidad diferente", seguramente porque en sitios pequeños hay "más control social"
¿Por qué las mujeres? Rodó-Zárate indica que detrás de que más jóvenes se declaren no heterosexuales, no sólo hay una cuestión de edad (juventud) sino que señala que juega un fuerte papel "las tendencias políticas de izquierda y el feminismo". Las mujeres jóvenes de izquierdas tienden a alinear su identidad sexual con sus creencias políticas en general y en concreto en relación a los feminismos, según el estudio publicado en la revista Sexuality & Culture.
Siguiendo esta reflexión, la investigadora ve una relación clara entre la identidad LGBTI+ (siglas relacionadas con la orientación sexual) y los que se declaran más progresistas y feministas. Ambos movimientos han penetrado con mayor intensidad entre las mujeres, como se constata en las urnas, en las que se aprecia que son los hombres los que votan las opciones más ultraderechistas.
Ésta, la tendencia conservadora de los hombres, no es sólo una situación en Cataluña, sino que se comparte en los países del entorno. Entre los hombres Z y millennials el cambio de identidad es menos acentuado y, además, cuanto menos progresistas se presentan más heterosexuales se identifican. La investigadora rechaza que la ruptura del patrón binario de la sexualidad entre las generaciones más jóvenes sea una "moda" y, por el contrario, afirma que es una "tendencia" porque el contexto "histórico y social" permite una mayor libertad sexual.