Universidades

El 40% de universitarios sufrieron ansiedad o depresión durante la pandemia

Los estudiantes de familias de clase baja solo son el 9% del total y tienen peor salud mental

3 min
Dos alumnas haciendo trabajo.

BarcelonaLa mitad de los estudiantes universitarios han tenido algún problema de salud mental durante la pandemia: el 17,1% ha tenido depresión, el 19,5% ansiedad y el 10,2% otros trastornos durante los meses más duros del confinamiento del 2020. Son los datos que se han recogido en el informe Via Universitària de la Xarxa Vives, a partir de las encuestas que han respondido 50.000 universitarios de 20 universidades de Catalunya, las Islas Baleares, el País Valenciano y Andorra. Los datos ponen de manifiesto la enorme cicatriz emocional que ha provocado el covid-19 entre la población y, especialmente, los más jóvenes.

La salud mental de los universitarios
Porcentaje de estudiantes que han sufrido algún trastorno

Alguna vegada

En els últims 12 mesos

Amb diagnòstic

26,4%

22,8%

19,5%

17,1%

13,8%

13,5%

12,0%

10,2%

7,4%

Depressió

Ansietat crònica

Altres problemes mentals

Alguna vegada

En els últims 12 mesos

Amb diagnòstic

Depressió

26,4%

17,1%

12,0%

Ansietat crònica

22,8%

19,5%

13,5%

Altres problemes mentals

13,8%

10,2%

7,4%

Alguna vegada

En els últims 12 mesos

Amb diagnòstic

Depressió

26,4%

17,1%

12,0%

Ansietat crònica

22,8%

19,5%

13,5%

Altres problemes mentals

13,8%

10,2%

7,4%

El estudio evidencia que este malestar emocional se arrastra desde hace tiempo, porque las cifras suben hasta el 26,4% de los alumnos que han sufrido depresión alguna vez y hasta el 22,8% de los que han tenido episodios de ansiedad. Y también revela que hay un número nada negligible de casos en que los alumnos tienen un diagnóstico médico: el 12% de depresión, el 13,5% de ansiedad y el 7,4% de otros problemas mentales. "Será necesario un seguimiento, porque las universidades tendrán que tener más en cuenta la vulnerabilidad psicológica de los estudiantes a la hora de programar y planificar estudios", ha afirmado el coautor del informe, Ramon Llopis.

Según los autores, hay una relación entre el nivel socioeconómico de los estudiantes y su malestar emocional: cuanto más elevado es el nivel educativo de los progenitores, menos probable es la incidencia de depresión y ansiedad. Es decir, que tienen peor salud mental los alumnos de familias con rentas bajas. Pero, aún así, según el estudio, las diferencias "son mínimas". La variable que introduce más diferencias en cuanto a la salud mental, han dicho, es el género: el número de chicas con trastornos dobla el de los chicos.

Sobre el género, el estudio también revela que, a pesar de que las mujeres continúan siendo mayoría en la universidad (el 64% de los estudiantes son mujeres), su presencia en determinadas carreras es muy minoritaria. "En diez años que hace que hacemos este informe, no ha evolucionado la matrícula de las mujeres en ingenierías", han afirmado los autores, que han avisado que las medidas que se están tomando para revertir esta situación son "insuficientes". "Combatir los estereotipos y los sesgos de género y romper el imaginario de que hay carreras de mujeres y de hombres es muy difícil", han dicho. Así, las mujeres se orientan hacia las áreas de salud y cuidados –casi el 80% de los estudiantes de educación y el 71% de medicina son mujeres–, mientras que en muchas ramas tecnológicas, que además son las áreas con más salidas laborales y más salario, no llegan ni a un tercio de los inscritos. Y una vez dentro de la universidad, incluso hay diferencias a la hora de afrontar los estudios: las mujeres destinan cuatro horas más a la semana a ir a clase y a estudiar que los hombres.

Se estanca la equidad en el acceso a la universidad

Donde hay pocas novedades en cuanto a la última edición del informe es al garantizar un acceso equitativo de los estudiantes a la universidad, sean de la clase social que sean. "Del 2018 al 2021 no hemos avanzado", ha afirmado Ernest Pons, de la UB. De hecho, a juzgar por los datos, incluso se ha retrocedido un poco: solo un 9,1% de los estudiantes de grado –y prácticamente la misma cifra en cuanto a los másteres– provienen de clase baja (los progenitores no tienen estudios superiores y trabajan en profesiones en que se requiere baja formación), cuando hace tres años eran el 10,6%. "La universidad todavía está lejos de la equidad", afirma el estudio, porque mientras que en España un 36,1% de la población tiene un nivel formativo bajo, en la universidad los hijos de progenitores con nivel formativo bajo representan el 18,8%. Los chicos de familias humildes están infrarepresentados en la universidad y, especialmente, en las carreras de ciencias.

De hecho, las economías familiares son las que sufragan el coste de ir a la universidad: los padres son los que pagan los gastos universitarios en el 54% de los casos, mientras que el 17% lo pueden pagar gracias a una beca y otro 23% gracias a trabajar durante el curso o durante las vacaciones. "Esto demuestra que las barreras económicas no tienen que ver solo con el precio de las matrículas sino, sobre todo, con el coste de oportunidad que supone decantarse por los estudios universitarios", afirma el estudio, que apunta también a un "sistema de becas y ayudas muy débil" que dificulta mucho el acceso de estudiantes desfavorecidos a la universidad. Es por este motivo que los autores han puesto en entredicho el impacto real que tendrá la bajada de tasas anunciada por el Govern .

Tres datos más sobre el impacto de la pandemia
  • Metodologías innovadoras En tres años y debido a la pandemia, las metodologías tradicionales (clases magistrales, evaluación final y exámenes escritos) han perdido peso, del 60% al 48%, mientras que la presencia de metodologías activas (más participación, trabajos en grupo...) ha crecido del 34% al 39%, así como las innovadoras (cursos en línea abiertos, clase inversa...), que han pasado del 5,3% al 12%.
  • Dificultades por las clases virtuales Por encima incluso de la carga de trabajo, la organización personal o la comprensión de las asignaturas, los estudiantes universitarios han identificado que la dificultad más grande de las clases online era no poder ver a sus compañeros ni a sus profesores.
  • Reacción ante el confinamiento Cuatro de cada 10 estudiantes hacen una valoración positiva de la respuesta de su universidad ante la pandemia, mientras que menos del 30% la consideran poco adecuada. "Lo hicimos como pudimos y no volveríamos a hacer lo mismo", han admitido los autores del estudio.
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