"No es lo mismo dirigir una escuela que liderarla": la formación para ser director
Para ir revalidando el cargo, los aspirantes deben actualizar su formación cada ocho años
BarcelonaSegún el decreto de direcciones que el departamento de Educación publicó en 2010, un director de escuela o instituto debe cumplir con más de una cuarentena de funciones y atribuciones como máximo responsable de un centro educativo público. Estas funciones pueden ir desde tareas de representación del centro, garantizar el mantenimiento de las instalaciones o presidir el consejo escolar, hasta organizar las misiones de todos los miembros del claustro y proponer un proyecto pedagógico para el centro. También figura la tarea de velar para que se cumpla o ser el responsable de "garantizar que el catalán sea la lengua vehicular de la educación, administrativa y de comunicación" en las actividades de la escuela o instituto.
Para responsabilizarse de estas más de 40 funciones –por las que un director de un centro educativo público puede recibir un complemento de entre 283 y 1.099 euros en función del tipo de centro y de la cantidad de líneas y alumnos– todos los directores deben realizar una formación y pasar un proceso de selección que se hace cada cuatro años presentando un proyecto de dirección para el centro que optan a liderar.
"No es lo mismo dirigir una escuela que liderarla", advierte la responsable de implementación y apoyo al liderazgo pedagógico, Sonia Blasco, que es ocupa de formar a los docentes que quieren optar a la dirección de una escuela o instituto. Explica que para recibir esta formación de 150 horas, que normalmente se estructura en menos de un año natural y está repartida en dos cursos escolares, no es suficiente con apuntarse y cumplir con los requisitos formales, sino que también debe superarse una entrevista personal y hacer una carta de motivación que puntúa un tribunal. "Esto nos sirve para filtrar un poco a los profesionales que consideramos que pueden hacer más de motor para transformar y mejorar el sistema y siempre queda gente fuera", asegura la formadora.
Una vez seleccionado el docente candidato, se le asigna un puesto de formación en uno de los 12 servicios territoriales del departamento de Educación, en función de la proximidad de su centro, y allí realizará una formación en el aula de seis unidades.
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1. Gestión del cambio. Visión y planificación estratégica
Hacer uso de herramientas de planificación estratégica orientadas a mejorar los resultados del alumnado a partir y aplicar su proyecto educativo.
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2. Liderazgo del proyecto pedagógico
Promover el trabajo colectivo entre el profesorado a partir de la identificación de problemáticas, la formulación de objetivos, la toma de decisiones y su posterior despliegue.
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3. Desarrollo de capacidades gerenciales
Gestión de un centro autónomo: conocer los elementos para desempeñar las funciones de jefe de personal, saber liderar una organización durante el proceso de cambio y conocer las metodologías para una gestión más profesional.
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4. Liderazgo del entorno y comunidad educativa
Conocer el entorno y encontrar las herramientas para interaccionar con él, impulsar el trabajo en red y conseguir la implicación y compromiso de la comunidad escolar.
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5. Evaluación y rendición de cuentas
Conocer los mecanismos de autoevaluación, interpretar los resultados y tomar las decisiones oportunas.
Formación personalizada y proyecto
Más allá de este contenido básico, el aspirante a director también debe superar un módulo transversal de "desarrollo personal y dirección de personas". En este blog se busca enseñar al docente para que tenga herramientas para motivar al personal del centro en función de su perfil individual. "Trabajamos para que tenga una mirada holística del sistema que vaya de dentro hacia fuera de la persona, porque su mirada y cómo se conocen a sí mismos es una condición sine qua non para poder liderar al resto de los miembros de la comunidad educativa", detalla Blasco.
Durante los meses de formación presencial, paralelamente todos los aspirantes a director preparan el trabajo final, que consiste en elaborar un proyecto de dirección igual que el que deberán de presentar para dirigir su centro. Aquí la formación sí es más individualizada: "No será igual tutorizar una idea para un centro de formación profesional que para una escuela rural o un instituto de una gran ciudad", insiste Blasco. Con la presentación de este proyecto se finaliza la formación, pero la responsable de implementación y apoyo al liderazgo pedagógico advierte: "Aprobar el proyecto en el curso de formación no garantiza que después se seleccione al docente para dirigir su centro". Para acceder a este cargo el aspirante deberá presentar su candidatura y su proyecto ante una comisión formada por nueve profesionales: tres representantes de la administración (uno de ellos es un inspector de educación), tres miembros del consejo escolar que no sean docentes y tres profesores del centro que hayan sido escogidos por el claustro.
La formación, sin embargo, no termina aquí. Para que las direcciones escolares estén al día y se adapten a las transformaciones del mundo educativo, la formación para ser director de un centro tiene fecha de caducidad. El docente que quiera seguir siendo director deberá realizar un curso de actualización cada ocho años. "El sistema educativo cambia, las necesidades son diferentes y los docentes debemos adaptarnos constantemente", insiste Blasco.