Medio ambiente

Las medusas proliferan y se instalan más meses en la costa

Los veranos más largos por la crisis climática y un Mediterráneo sobreexplotado favorecen el aumento de ejemplares

4 min
Un grupo numeroso de medusas a alta mar

BarcelonaSon una pesadilla para los bañistas, pero el Mediterráneo también es su hábitat y año tras año lo colonizan con más fuerza. Los meses de verano es habitual ver grupos numerosos de medusas muy cerca de las playas de municipios costeros catalanes y esta imagen, lejos de desaparecer, será cada verano más habitual si los meses de calor –como ya está pasando– se alargan tanto en el calendario. Las especies de medusas costeras más comunes se comportan de forma diferente ante la evidencia de la crisis climática, y aceleran su metabolismo y su reproducción. "En mayo ya teníamos las medusas costeras que tocarían en julio; pero aquella primera generación ya ha muerto y ahora vemos la segunda, y aún habrá una tercera este año, y esto antes no pasaba", explica muy gráficamente el profesor de investigación del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) Josep-Maria Gili.

El clima más cálido hace que la estación típica de las medusas costeras –como la Rhizostoma pulmo o la Aurelia– ya no sea de junio a septiembre estrictamente, sino que empiece antes y dure hasta bien entrado el otoño. Y cuantos más progenitores haya en el mar, más medusas jóvenes y más larvas y, por lo tanto, "un mayor potencial de medusas en el litoral", argumenta el experto. Además, a las aguas mediterráneas también llegan numerosos ejemplares típicos de mar abierto, medusas oceánicas que encuentran en los años cálidos unas condiciones del agua (más temperatura y más salinidad) que les son favorables para sobrevivir.

Cuando la primavera es lluviosa y, por lo tanto, llega bastante agua dulce al mar, esta está más fresca y tiene menos salinidad. Sin embargo, si el año es seco como el actual y caluroso en verano, las condiciones del agua del litoral son más similares a las de mar abierto y, en consecuencia, es más probable la llegada de medusas oceánicas, a menudo arrastradas por las corrientes marinas. De hecho, una de las especies más habituales que se observa en grandes grupos en la costa es la Pelagia noctiluca, típica de las aguas abiertas.

Què has de fer si et pica una medusa

Tot i que existeixen mesures més concretes contra les picades d’algunes espècies de meduses, presentem el protocol general a dur a terme en cas d’una picada de les espècies més comunes al litoral català o quan no hem pogut identificar l’espècie agressora. El tractament busca atenuar els efectes del verí, prevenir l’enverinament posterior a causa de trossos residuals de meduses i estar atent a detectar reaccions sistèmiques ocasionals, inclòs el xoc.

Protocol general en cas de picada produïda per una Pelagia noctiluca, una Rhizostoma pulmo, una Chrysaora hysoscella o per alguna espècie no reconeguda:

1. Renteu-vos la zona amb aigua de mar amb cura, sense fregar.

2. Si podeu, apliqueu-vos-hi una solució de bicarbonat durant 5 minuts (50% bicarbonat comercial i 50% aigua de mar) per prevenir l’enverinament posterior produït

per tentacles residuals a la pell.

3. Utilitzeu pinces, guants o una targeta plàstica per treure els tentacles o fragments residuals.

4. Poseu-vos-hi gel embolicat amb roba o una tovallola fina (que el gel no toqui directament la pell) durant 5-15 minuts. El gel pot ser incòmode al principi!

5. Reavalueu el dolor i torneu a aplicar-hi gel si és necessari.

6. Si el dolor persisteix, consulteu el metge o professionals de la salut. Pregunteu per analgèsics o preparats d’hidrocortisona.

Advertència: No apliqueu a la picada aigua dolça, vinagre, embenats a pressió, amoníac ni alcohol. En cas de xoc o dificultat respiratòria, busqueu atenció mèdica immediatament.

Què has de fer si et

pica una medusa

Tot i que existeixen mesures més concretes contra les picades d’algunes espècies de meduses, presentem el protocol general a dur a terme en cas d’una picada de les espècies més comunes al litoral català o quan no hem pogut identificar l’espècie agressora. El tractament busca atenuar els efectes del verí, prevenir l’enverinament posterior a causa de trossos residuals de meduses i estar atent a detectar reaccions sistèmiques ocasionals, inclòs el xoc.

Protocol general en cas de picada produïda per una Pelagia noctiluca, una Rhizostoma pulmo, una Chrysaora hysoscella o per alguna espècie no reconeguda:

1. Renteu-vos la zona amb aigua de mar amb cura, sense fregar.

2. Si podeu, apliqueu-vos-hi una solució de bicarbonat durant 5 minuts (50% bicarbonat comercial i 50% aigua de mar) per prevenir l’enverinament posterior produït

per tentacles residuals a la pell.

3. Utilitzeu pinces, guants o una targeta plàstica per treure els tentacles o fragments residuals.

4. Poseu-vos-hi gel embolicat amb roba o una tovallola fina (que el gel no toqui directament la pell) durant 5-15 minuts. El gel pot ser incòmode al principi!

5. Reavalueu el dolor i torneu a aplicar-hi gel si és necessari.

6. Si el dolor persisteix, consulteu el metge o professionals de la salut. Pregunteu per analgèsics o preparats d’hidrocortisona.

Advertència: No apliqueu a la picada aigua dolça, vinagre, embenats a pressió, amoníac ni alcohol. En cas de xoc o dificultat respiratòria, busqueu atenció mèdica immediatament.

Què has de fer si et

pica una medusa

Tot i que existeixen mesures més concretes contra les picades d’algunes espècies de meduses, presentem el protocol general a dur a terme en cas d’una picada de les espècies més comunes al litoral català o quan no hem pogut identificar l’espècie agressora. El tractament busca atenuar els efectes del verí, prevenir l’enverinament posterior a causa de trossos residuals de meduses i estar atent a detectar reaccions sistèmiques ocasionals, inclòs el xoc.

Protocol general en cas de picada produïda per una Pelagia noctiluca, una Rhizostoma pulmo, una Chrysaora hysoscella o per alguna espècie no reconeguda:

1. Renteu-vos la zona amb aigua de mar amb cura, sense fregar.

2. Si podeu, apliqueu-vos-hi una solució de bicarbonat durant 5 minuts (50% bicarbonat comercial i 50% aigua de mar) per prevenir l’enverinament posterior produït per tentacles residuals a la pell.

3. Utilitzeu pinces, guants o una targeta plàstica per treure els tentacles o fragments residuals.

4. Poseu-vos-hi gel embolicat amb roba o una tovallola fina (que el gel no toqui directament la pell) durant 5-15 minuts. El gel pot ser incòmode al principi!

5. Reavalueu el dolor i torneu a aplicar-hi gel si és necessari.

6. Si el dolor persisteix, consulteu el metge o professionals de la salut. Pregunteu per analgèsics o preparats d’hidrocortisona.

Advertència: No apliqueu a la picada aigua dolça, vinagre, embenats a pressió, amoníac ni alcohol. En cas de xoc o dificultat respiratòria, busqueu atenció mèdica immediatament.

La proliferación de ejemplares también se explica por la desaparición de los depredadores naturales en un Mediterráneo "sobreexplotado", alerta Gili. Peces, pequeños crustáceos o tortugas que se alimentan de medusas son especies cada vez más amenazadas por la combinación fatídica de las condiciones climáticas y, especialmente, por la sobrepesca. "Si tienes una población de mil peces y por causas externas pierdes un 10%, el resto puede intentar adaptarse y sobrevivir, pero si la población es de solo 100 ejemplares y pierdes el 10%, los efectos sobre quienes sobreviven son mayores grandes y la supervivencia más difícil", apunta el investigador del ICM-CSIC.

La única receta ante la pérdida de biodiversidad que, de rebote, puede favorecer un mar cada vez más infestado de medusas son "medidas drásticas" que están al alcance de las administraciones, apunta Gili. Reducir determinados tipos de pesca que destrozan los fondos marinos, un mayor control de la pesca furtiva o medidas que ataquen mucho más firmemente el calentamiento global serían un buen punto de partida: "Hay molidas cosas que podemos hacer". Mientras tanto, aconseja el experto, hay que asumir que el aumento de la presencia de medusas será "una realidad con la cual tendremos que convivir nos guste o no".

De hecho, la situación es preocupante en todo el Mediterráneo con diferentes niveles de gravedad. En Israel, por ejemplo, se han visto imágenes de un mar infestado de medusas que incluso han estropeado infraestructuras de captación de agua del mar. "También en Tarragona, hace años tuvimos un problema con un tapón de medusas en una instalación industrial térmica", apunta Gili.

Un problema ecológico

El Mediterráneo a 30 grados como se ha llegado a ver este verano puede parecer a corto plazo un clima propicio para algunos tipos de medusas, pero a la larga las situaciones extremas se vuelven fatales para los ecosistemas marinos. Para empezar, las oleadas de calor pueden ser mortíferas para las especies de medusas litorales, apunta Gili. El investigador recuerda la imagen dantesca que se vivió en el Mar Menor el verano pasado y otras recientes, con la mortalidad de miles de pescados y crustáceos fruto de la combinación de un incremento de la temperatura del agua y un exceso de contaminación proveniente de los fertilizantes de la agricultura intensiva. "No sobrevivió nada, y ahora incluso las medusas se echan de menos allí, quizás cuando vuelvan será una señal de que el mar empieza a recuperarse", lamenta el experto.

Más medusas en la costa.

Los datos sobre las poblaciones de medusas en el litoral catalán y mediterráneo son hoy una incógnita, porque el programa europeo que hacía una monitorización más fiel quedó aparcado y sin fondos hace tres años y ni el gobierno catalán ni el español le han dado continuidad. Los informantes repartidos por la geografía constatan que también este verano se han vivido episodios de grandes grupos de medusas en poblaciones como Castelldefels o Badalona. "El peligro, además, no acaba cuando mueren, porque el moco que segregan y que genera la urticaria puede seguir en el agua, y por eso muchos bañistas notan picores a pesar de no verlas", apunta Gili.

Un punto a favor de la costa catalana es que, de momento, no han llegado las especies más peligrosas, como la carabela portuguesa (Physalia physalis) que obliga con su presencia masiva a cerrar playas enteras en otros lugares. Según Gili, las administraciones aquí tienen herramientas a su alcance para gestionar la situación y poder convivir con menor riesgo con la realidad de un litoral con cada vez más medusas. Hoy en Catalunya se contabilizan unas 50.000 personas al año afectadas por picaduras de medusas y se estima que son la mitad de los casos totales reales. "No son pocos, pero son cuadros leves y las afectaciones no duran todo el verano ni muchos días seguidos en las mismas playas", concluye el experto, que hace un llamamiento a sacar el máximo partido de los mecanismos que permiten hacer una buena gestión, especialmente en los meses de verano.

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