Medio ambiente

Un verano extraordinariamente avanzado aumenta la presión sobre los bosques

Desde que se recogen datos nunca había habido tantas temperaturas de verano antes del 10 de junio

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Sequera a los bosques del Baix Camp, Tarragona

BarcelonaLa manera en la que el verano se está adelantando este año es realmente extraordinaria. Diferentes indicadores revelan que desde hace algunas semanas estamos instalados en temperaturas de pleno verano, a pesar de que todavía no hemos llegado ni al 15 de junio. Un cálculo del ARA hecho a partir de datos de 87 estaciones del Meteocat sitúa en 658 las superaciones de 30 grados que ha habido este año antes del 10 de junio. Cada superación de 30 grados es un día y una estación en la cual se han superado los 30 grados. Este dato por sí solo no dice nada, pero en comparación con años precedentes pone de manifiesto la excepcionalidad que esto supone. De media, en estos momentos del año hay 122 superaciones de 30 grados, y el dato del 2022 casi dobla el del año anterior con más temperaturas de verano antes de tiempo, que era el 2015.

Los datos abiertos del Meteocat no nos permiten hacer el cálculo de los años anteriores al 2009 para el conjunto de Catalunya, pero series individuales como la de Lleida dejan claro que es inédito un verano tan adelantado como este. En Lleida, hasta el 10 de junio ha habido 27 días con más de 30 grados a mediodía. Desde el 1960, el año en el que había habido más días de verano en este momento del año era precisamente el 2015: fueron 19.

Superaciones de 30 grados antes del 10 de junio en Catalunya
Cada superación de 30 grados es una estación y un día en el que se han superado los 30 grados. A partir de datos de 87 estaciones del Meteocat

Ya no se trata de episodios concretos, sino de una anomalía continuada. En los últimos 30 días en Catalunya ha habido de media 4 °C más de los que suele haber, que es como decir que cada día sostenidamente durante un mes se han registrado temperaturas 4 grados más altas de lo que tocaría. Desde el 2009 no hay precedentes en ningún momento del año de una situación tan anómala como esta. El periodo de temperaturas altas más sostenidamente extrañas de los últimos años había sido hasta ahora el de febrero del 2020, en el que esta anomalía llegó a los 3,2 grados. Y un último dato, cogiendo como referencia el periodo 2009-2020: este año ya hemos tenido 22 mediodías que corresponden a temperaturas de verano, temperaturas que cabría esperar después de San Juan. Son tres semanas enteras con mediodías de verano sin que hayamos llegado al 15 de junio.

Todo esto cuando estamos al inicio de una oleada de calor. Este mediodía de domingo ha sido el más caluroso del año hasta ahora en Catalunya y las temperaturas serán continuadamente muy altas como mínimo hasta el viernes. El termómetro parece que tocará techo entre el miércoles y el viernes, días en los cuales la temperatura puede llegar a superar los 40 grados en Ponent. En la costa por la noche no se bajará ni de los 25 grados en algunos puntos y la sensación térmica a mediodía se situará también alrededor de los 35. Calor extremo antes del 15 de junio. Cuándo y cómo se acabará esta oleada de calor todavía es una incógnita. No es descartable un escenario en el cual la temperatura baje en picado a partir del fin de semana que viene, pero la previsión todavía es incierta.

Superaciones de 30 grados antes del 10 de junio en Lleida
Cada superación de 30 grados es una estación y un día en el que se ha llegado a más de 30 grados. A partir de datos de 87 estaciones del Meteocat

Bosques bajo presión

No hay duda que un verano cada vez más largo complica la vida a los árboles. Más temperatura quiere decir más evaporación y, por lo tanto, más necesidad de agua. Además, los datos de precipitación de los últimos 12 meses nos sitúan en un contexto en el que amplias regiones de Catalunya están en sequía moderada o fuerte, según los cálculos del Meteocat. En comarcas como el Alt Urgell, el Pallars Jussà, el Solsonès, la Selva, el Vallès Oriental y Osona hay sectores en los cuales la sequía de los últimos 12 meses es excepcional.

Uno de los termómetros que nos dicen cómo están sufriendo los bosques es el informe anual DeBoscCat, un proyecto conjunto del CREAF con los Agents Rurals que verifica sobre el terreno en qué estado están los bosques en Catalunya. El último informe, con datos posteriores al verano del 2021, certificó que la superficie de bosque en decaimiento –es decir, en peligro de muerte por la sequía– se había doblado respecto al año anterior. La superficie nueva afectada por la sequía en el 2021 fue de 3.600 ha, relativamente escasa si se compara con años secos recientes, como el 2016, el 2017 o sobre todo el 2012, pero el CREAF y los Agents Rurals constataron que más de 12.000 ha que ya estaban en sequía de años anteriores habían empeorado su situación.

Según la técnica en investigación del CREAF Mireia Banqué, es difícil predecir en qué estado estarán los bosques cuando se ponga en marcha el próximo informe en el mes de septiembre, puesto que, a pesar de que el verano sea muy caluroso, en buena parte todo dependerá de las posibles situaciones de chubascos que pueda haber. Según Banqué, en los últimos años se está observando la capacidad de resistencia de los árboles, que limitan su crecimiento para poder sobrevivir, pero es incierto en qué punto los bosques pueden llegar a su límite.

Lo que sí que parece claro es que las temperaturas cada vez más altas complicarán más la vida a especies como el pino serrano y el haya, que pueden verse sustituidas progresivamente por especies más resistentes como el roble, la encina o el pino carrasco. Este cambio ya se ha empezado a ver en los últimos años, explica Banqué.

La superficie de bosque en Catalunya ha pasado de ser del 28% al 35% en los últimos veinte años, sobre todo debido al abandono de la agricultura. Esto es una mala noticia, puesto que los recursos de los bosques para sobrevivir cada vez son más limitados y el hecho de que la superficie aumente no hace más que provocar la competición para estos recursos. Según Banqué, se tiene que perder el miedo a admitir que hay que cortar árboles y reducir masa boscosa para mejorar la calidad de vida de los árboles y hacerlos más sanos.

A estas alturas la sequía es más de territorio que de reservas de agua. Los embalses de las cuencas internas de Catalunya se mantienen al 58%, un dato bastante bueno vista la situación. De entre los que están más vacíos destaca la Llosa del Cavall, que está alrededor del 40%, y el de Siurana, que roza el 30%.

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