El Gobierno derribará el edificio Venus de la Mina en el 2028 y reubicará a las familias
Los afectados miran el plan de transformación del barrio, que costará 130 millones, con escepticismo después de quince años de espera
Sant Adrià de BesòsEl edificio Venus de la Mina ya tiene fecha de demolición: será en el 2028 cuando las máquinas empezarán a echar al suelo el bloque emblemático de la transformación de este barrio de Sant Adrià de Besòs. Por último, la Generalitat ha avanzado dos años el derribo y acelera la reubicación de las 244 familias que viven exclusivamente en viviendas de segunda mano y no de nueva planta, como se había previsto inicialmente.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha presentado este miércoles por la mañana el plan de transformación del barrio, que hasta el 2030 requerirá una inversión de 103 millones de euros, aportados también por los ayuntamientos de Barcelona y Sant Adrià, la Diputación de Barcelona y los fondos europeos Next Generation. La mitad del presupuesto irá a las actuaciones en torno al deteriorado bloque Venus, que desde la primera sentencia de muerte que le dictaron para el 2010 vive un tiempo extra en medio de la desesperación del vecindario. Illa alertó de que no todos los problemas del barrio acabarán con este plan sino que habrá que invertir más para hacer de la Mina "un barrio con orden, ley, convivencia y también inversiones", indicó.
El plan de transformación del barrio se centra en la rehabilitación social y urbanística de un barrio frontera que arrastra el estigma social de la delincuencia y la drogadicción y que tiene carencias importantes en su tejido social. En este punto se incluye la construcción de un edificio de 66 viviendas de protección oficial en una parcela situada en la calle Cristòfol de Moura con la calle Venus, un nuevo jardín de infancia, un centro de día y residencial para la gente mayor y la apertura de un centro para practicar el deporte de la lucha. "La Mina se convertirá en el mejor barrio del área metropolitana", aseguró la alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete.
Hasta ese momento, la idea del Gobierno era que los vecinos damnificados por la desaparición del Venus pudieran estrenar una vivienda en el 2030, pero, según la consejera de Derechos Sociales, Mònica Martínez Bravo, era un calendario poco realista, porque no se podían hacer todos los procesos administrativos para tener a punto las nuevas promociones.
El plan pasa ahora por la compra de 255 viviendas en el mercado de segunda mano, prioritariamente dentro del barrio, porque las familias han expresado su deseo de quedarse, e ir haciendo la mudanza a medida que las familias lo tengan todo preparado. La líder vecinal Paqui Jiménez apunta que en el edificio quedan unas ochenta familias propietarias de las viviendas que podrán acogerse al cambio de piso por piso, pero el resto son inquilinos que serán indemnizados por costear la diferencia del precio de la nueva vivienda. En el caso de los vecinos que no puedan asumir los gastos del IVA de la operación de compraventa o arrastren deudas, el Consorcio de la Mina se hará cargo a cambio de tener la copropiedad con un máximo del 48%.
En el último año el Consorcio de la Mina, donde tienen cabida todas las administraciones, ya ha puesto en práctica la nueva estrategia y ha adquirido 40 pisos, cerrará otros 15 antes de finalizar el año y tiene en marcha el trámite de 20 pisos más. Para agilizar la inspección en el mercado de la vivienda en el barrio, se han contratado a dos arquitectos y dos abogados. A estas alturas ya han dejado el edificio 37 familias, que han sido realojadas en el mismo barrio, 25 han aceptado indemnizaciones, y una veintena más ya tienen las llaves de su nueva vivienda, pero todavía no se han ido por cuestiones personales.
Aunque era el objetivo inicial, la nueva finca de los pisos protegidos de Cristòfol de Moura no se destinará a acoger a los damnificados del edificio Venus, sino que se abrirá a inscripción, pero la consellera ha indicado que, en caso de que estas familias manifiesten que quieren vivir allí, se les reservará uno de ellos. Se espera que los edificios estén terminados en el 2030. Mientras tanto, se trasladarán a pisos puente de la bolsa prevista de segunda mano.
Negociaciones para marcharse
Las negociaciones para despejar el edificio han sido largas y siguen siendo costosas, porque una treintena de vecinos han llevado los retrasos en el derribo a los tribunales y reclaman más indemnizaciones por los años de espera, ya que las compensaciones se calculan con el precio de las viviendas de hace dos décadas. Tras décadas de promesas en el barrio, reciben el nuevo plan millonario con escepticismo.
"Hasta que no me vea en una casa decente, no me creeré nada", aseguraba Toñi en la plaza delante del edificio Venus, ajena a las palabras de la consejera Martínez Bravo, que ha querido insistir en que por primera vez se presenta un plan "realista, que aterriza con calendario y presupuesto.