Vivienda

Pisos de alquiler por temporada, la nueva fórmula que se abre paso en Barcelona

La legislación actual permite grandes rentabilidades en estos arrendamientos por estancias que oscilan entre un mes y un año

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Fachada del nuevo bloque de pisos de alquiler por temporada, junto a Arco de Triunfo

Barcelona"Dicen que son pisos, pero parece un hotel, ¿no?" Los vecinos del Fort Pienc, en Barcelona, han visto con sorpresa la evolución que ha experimentado el solar que había junto a la estación de metro de Arc de Triomf. Durante muchos años, la crisis del ladrillo hizo que estuviera vacío y después se supo que harían un hotel. Pero en 2015 la prohibición del gobierno de Ada Colau de dar más licencias turísticas frustró los planes de Hotusa, que había comprado el solar. En plena pandemia el terreno cambió de manos y la empresa de inversión inmobiliaria barcelonesa Conren Tramway empezó a construir un bloque con 108 pisos. Viéndolos desde fuera, sin embargo, los vecinos no acaban de entender exactamente cómo funcionan estas nuevas viviendas.

"De golpe vimos que decoraban todos los balcones iguales. Las mismas cortinas, sillas, mesas... Es extraño que en un bloque de pisos de alquiler todos los balcones tengan el mismo mobiliario", explica Albert Prades, economista y vecino de la zona, que decidió investigar y publicar en las redes el caso de este bloque. "La ley no permite hacer un hotel, pero ahora lo que parece es un hotel encubierto para gente rica", añade. Fuentes municipales y la misma empresa lo niegan. Técnicamente, son pequeñas viviendas "para vivir", de una o dos habitaciones, pero no están destinadas (ni pensadas) para residencia permanente o habitual de los vecinos de la ciudad, dicen fuentes de la empresa. Son pisos "de temporada", "de media estancia", una tipología recogida en la ley estatal de arrendamientos urbanos (LAU) que se mueve entre los pisos turísticos y los tradicionales y que está tomando fuerza en muchas ciudades europeas.

Los pisos están totalmente equipados con muebles, cortinas, alfombras e, incluso, sábanas, platos y vasos. La particularidad es que el contrato de alquiler es de mínimo 32 noches (para evitar ser catalogados como pisos turísticos u hoteles) y 12 meses como máximo. ¿El precio? Los de una habitación se alquilan por 2.300 euros al mes y los de dos por 3.200 euros. Esto, remarcan desde la empresa, "lo incluye todo": suministros, wifi, muebles, IVA, fianza, depósitos y también los servicios extra de conserjería, terraza y piscina. Fuentes de la empresa explican que el público objetivo son empresarios que necesitan pasar un tiempo en la ciudad, personas que vienen a hacer tratamientos médicos, trabajadores del sector tecnológico o "nómades digitales", que pasan largas temporadas en diferentes ciudades o buscan un lugar práctico mientras encuentran un piso definitivo. "Se trata de un nuevo tipo de necesidad de vivienda, que surge del contexto de los nuevos modelos de vida y de trabajo", argumenta Jaume-Enric Hugas, cofundador de Conren Tramway.

Un punto ciego de la legislación

Los pisos por temporada son legales y están recogidos en la ley de alquileres, pero no tienen los mismos condicionantes que los pisos de alquiler habitual. "Por eso se han convertido en la gran apuesta de las consultoras inmobiliarias y los fondos de inversión", explica el investigador del Instituto de Investigación Urbana Hidra y ex portavoz del Sindicat de Llogateres Jaime Palomera, que añade que esta tipología "debe poder existir" porque responde a unas necesidades sociales: "El gran reto es que coexistan de forma equilibrada". Desde el Ayuntamiento de Barcelona señalan que también son útiles cuando tienen finalidades sociales. Por ejemplo, para dar techo temporal a familias vulnerables.

El problema es el efecto que pueden tener sobre la gentrificación en los barrios y sobre los precios de alquiler. "Es un gran punto ciego de la legislación actual", apunta Palomera, que explica que a pesar de que no hay estudios concretos sobre los alquileres de temporada "no sería nada osado decir que, tal como pasa con los pisos turísticos, también encarecerán los precios a escala global, por el efecto contagio". Además, añade el investigador, "si aumentan los pisos de temporada disminuyen proporcionalmente los pisos que tienen como función vivir permanentemente". Fuentes de la inmobiliaria mantienen, en cambio, que lo que Barcelona necesita es más oferta de pisos y aseguran el impacto hacia arriba en el resto de precios no se tendría que producir "porque están destinados a un público muy diferente".

Por su parte, desde el Ayuntamiento insisten en que "es imprescindible que la nueva ley de vivienda estatal, además de regular los precios de los alquileres, regule también los precios de los pisos de temporada". "Es necesario que el marco legal se encamine a garantizar la vivienda para los vecinos y vecinas y no a alimentar la especulación inmobiliaria", añaden. En este sentido, desde Conren Tramway señalan que uno de sus objetivos principales es integrar este tipo de alquileres necesarios en el barrio. "Recomendamos a nuestros inquilinos los locales de proximidad y de km 0, los comercios del barrio e, incluso, organizamos rutas culturales", explica Hugas.

Sea como sea, el auge de este tipo de alquileres parece imparable y no solo en la capital catalana, por eso Palomera apunta algunas posibles vías de regulación como por ejemplo modificar los planeamientos urbanísticos a través de los plenos municipales, "por ejemplo en las zonas tensadas como Barcelona" o crear licencias urbanísticas para regular el uso. La Generalitat, asegura, también podría dotar a los ayuntamientos para hacer nuevas normativas y "evitar crecimientos desmesurados", mientras que en el ámbito estatal la LAU y la próxima ley de la vivienda –actualmente en negociaciones– también podrían abordar este "reto urgente", concluye.

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