Naturaleza

Cuando vayas al bosque, aprende a reconocer las plantas que te rodean

Aprovecha las salidas a espacios naturales para identificar las especies mediterráneas y sus secretos

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El palmito es la única palmera autóctona de Europa y es propia de los Países Catalanes.

BarcelonaLas excursiones en plena naturaleza son una de las actividades más agradecidas que se pueden hacer en verano. El goce de los espacios naturales tiene muchas posibilidades, y una de ellas es la observación del entorno para conocerlo y sentir que también formamos parte de él. Los paisajes mediterráneos nos son completamente familiares, pero la flora que nos rodea esconde muchos secretos y, demasiado a menudo, no sabemos reconocerla a pesar de tenerla bien cerca. ¿Cuál es la planta más común en nuestras latitudes? ¿Cómo se llama el arbusto más presente en nuestros matorrales? ¿Qué características ha desplegado la flora para adaptarse a un clima seco y con alto riesgo de incendio como el nuestro? Todo esto se puede descubrir con sencillas salidas a cualquier espacio natural a nuestro alcance, en escapadas en familia, con amigos o en pareja.

Hojas pequeñas y duras para adaptarse al clima

Sílvia Busoms, doctora en biología vegetal y profesora de la Unidad de Fisiología Vegetal de la UAB, explica que, en general, las plantas presentes en el clima mediterráneo tienen "hojas pequeñas, gruesas, a menudo con pelos o incluso espinas, para evitar la transpiración". Además, las flores suelen ser pequeñas y poco vistosas, y muchas son aromáticas. También muchas son crasas o suculentas, muy tolerantes a la sequía y a la salinidad, e incluso hay plantas pirófilas, "que son capaces de sobrevivir, rebrotar o propagarse después de un incendio", como los alcornoques, el lentisco o el pino blanco. Por su parte, Sandra Saura, investigadora del CREAF y del área de Ecología de la UAB, también señala que las hojas de las plantas del Mediterráneo suelen ser "planas y duras como el cuero", con varias estrategias para adaptarse al clima y retener agua, como el recubrimiento con ceras.

Un pinar a los pies de Montserrat.

Del Cap de Creus al delta del Ebro

Exceptuando las partes más elevadas de los Pirineos, todo Catalunya está influenciado por el clima mediterráneo y, por lo tanto, se encuentra esta flora, también presente en Italia, Grecia, el norte del África y cualquier región tocada por las aguas del Mediterráneo. Aquí, las áreas más destacadas son las del litoral y el prelitoral, a pesar de que en el interior también hay una gran variedad de flora mediterránea continental. Para Busoms, las zonas más destacadas de presencia de la flora mediterránea son el Cap de Creus, las zonas dunares, las Gavarres, el Montnegre, la sierra de Marina, Montserrat, el Montsant y el delta del Ebro. Saura especifica que, aun así, “no hay que ir a un parque natural para ver flora mediterránea, puesto que se puede encontrar al lado de casa, entre bordes de caminos, bosquecillos y matorrales cercanos, como la zarza o el romero".

Cap de Creus
Delta del Ebro

Las plantas 'hit' del clima mediterráneo

El clima mediterráneo tiene centenares de especies, pero hay algunas que son muy comunes y que hay que dominar si se tiene la aspiración de convertirse en un experto en cuanto a los árboles, arbustos y herbáceas que nos rodean. La lista de los hits vegetales está integrada, como árboles, por el pino blanco, el pino piñonero, el alcornoque, el madroño, el acebuche (el olivo silvestre) y el algarrobo. Los arbustos más representativos son la carrasca, el palmito, el enebro, el romero, el brezo, el lentisco y la aulaga. Y las herbáceas más frecuentes son el tomillo, el lastón, la esparraguera, la zarzaparrilla, la ruda y el hinojo. Con estos básicos, ya nos podemos considerar unos conocedores de mínimos de nuestra flora.

Flor de brezo, un matorral muy resistente a la sequía y al fuego.

¿Como descubrir las especies: quién es quién?

Para diferenciar todas estas especies de nuestros paisajes, hace falta fijarse en sus hojas, flores y frutos y, con paciencia, observar las formas y sinuosidades que tienen. Según explican las expertas, entre los árboles más abundantes está el pino blanco, que se diferencia de los otros pinos por su corteza grisácea, sus hojas aciculares (en forma de aguja agrupadas en pares) y piñas de tamaño medio. También está el madroño, un árbol pequeño, con ramillas rojas (los jóvenes) y hojas relucientes y de bordes serrado que tiene flores blancas y frutos rojos, carnosos y con granitos. Además, destaca la encina, un árbol grande que produce frutos de piel dura (las bellotas) y tiene hojas planas, duras y dentelladas, siempre verdes con un reverso aterciopelado y blanquecino. Entre los arbustos habituales, los reyes del Mediterráneo son la carrasca, de hojas duras y pequeñas, sin pelo, con dientes espinosos de color verde brillante y una bellota bastante grande con cúpula espinada; el lentisco, con tallos leñosos, hojas verde oscuro, flores rojizas y frutos redondos, rojos o negros y también en forma de uva; la aladierna, de hoja dentada con un borde translúcido; y el romero, leñoso, con hojas delgadas y duras y flores pequeñas, blancas o lilas.

Un ejemplar de encina en Collserola.

Qué no es mediterráneo y lo parece

Al otro extremo, muchas veces estamos acostumbrados a la presencia de ciertas plantas en nuestro paisaje que, a pesar de que parezca increíble, no son autóctonas. Uno de los casos más sonados es el de la chumbera, que, según detalla Saura, es una planta originaria de Centroamérica y "hace barreras cuando entra en el ecosistema". También es invasora la flor del cuchillo, planta con una vistosa flor lila que, según Busoms, está muy presente en la Costa Brava "después de esparcirse por su uso en los jardines particulares", visto su uso ornamental. También lo son la mimosa, que inunda de flores amarillas muchos espacios; la caña, presente en muchos ambientes, y el ailanto, un árbol de medidas considerables, entre otros.

Flor del cuchillo, una especie invasora aunque no lo parezca.

El llamativo caso de las orquídeas

Un caso particular es el de las orquídeas, que parecen flores ajenas e hijas de climas tropicales sin ninguna relación con la sequía mediterránea. "Las orquídeas siempre se asocian a las zonas tropicales, a las selvas, pero en Catalunya tenemos muchas especies de la familia de las orquidáceas que se han tenido que adaptar al clima mediterráneo igual que el resto de especies", detalla Busoms. Según relata, una de las características que les permiten superar las sequías estivales, el frío del invierno e incluso los incendios es que son especies bulbosas y completan su ciclo vital en muy poco tiempo. "El bulbo se mantiene vivo y protegido bajo tierra hasta que las condiciones de humedad y temperatura son buenas, en general en la primavera, y son capaces de crecer, florecer y reproducirse en solo un mes", señala. Otra característica de las orquídeas –y de muchas especies mediterráneas– es que se hibridan muy fácilmente, y esto aumenta su variabilidad genética y su capacidad de adaptarse al medio más rápidamente.

La orquídea 'Orchis cazorlensis', que se volvió a observar el 2020 en el macizo de los Puertos.

Según añade Saura, en Catalunya hay unas noventa especies de orquídeas, pero aquí son "pequeñas y con flores pequeñas, pero espectaculares, a pesar de que solo salen entre febrero y mayo". Casos similares a este serían las otras bulbosas como los tulipanes y lirios, así como el caso de las carnívoras autóctonas, puesto que "en los estanques mediterráneos también hay alguna planta carnívora que se alimenta de pequeños invertebrados". Es evidente que allá fuera hay mucho por descubrir.

Kit del buen explorador

Para una exploración de los espacios naturales exitosa , hay que dotarse de unos cuántos elementos básicos, como por ejemplo:

  • Lupa pequeña.
  • Libreta y lápiz.
  • Cámara fotográfica o teléfono móvil donde se pueda activar el modo macro.
  • Accesorios externos para hacer fotografías macro y ampliar al máximo.
  • Una guía de flora para resolver dudas, como las que ha publicado el ilustrador naturalista Toni Llobet.
  • Mucha capacidad de observación y paciencia.
  • Hacer las exploraciones temprano por la mañana y huir de las horas de sol para disfrutar al máximo.
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